CAFFÈ LETTERARIO MANGIAPAROLE.


María Ángeles Lonardi, recién regresada de Roma, nos cuenta las emociones tan intensas que ha vivido en la antigua capital de imperio romano. Esta poeta y escritora Entrerriana y Argentina, afincada desde hace muchos años en Almería, es nieta de italianos nacidos en Verona, de la región del Véneto, al norte de Italia, y recientemente, ha visto su sueño hecho realidad al ser invitada como Huésped excepcional, como poetisa argentina a participar en una Lectura poética en Mangiaparole, y presentación de su libro “Poemas para leer a deshoras”, de Letra Impar, 2017.

CAFFÈ LETTERARIO. MANGIAPAROLE
Mariángeles comentó hace un par de meses a unos amigos en Roma, que viajaría a primeros de septiembre a la ciudad eterna y fue así que, aprovechando su viaje, la invitaron para compartir una Lectura poética como poetisa argentina invitada de excepción, tal y como dice en el cartel que prepararon un mes antes y con el que invitaban al público a asistir al evento.

María Ángeles Lonardi

La lectura fue en Mangiaparole, un café literario muy conocido en el mundillo de las letras del país vecino, donde se hacen lecturas poéticas y presentaciones, etc. y se puede tomar un buen vino y comer algo frugal mientras se disfruta del arte y la buena compañía. A dicha lectura, bajo el lema “por la paz, la sostenibilidad y la justicia” concurrieron invitados treinta poetas y una traductora muy simpática, Antonietta Tiberia que tradujo acertadamente los poemas y palabras de la autora.

café Literario Mangiaparole


La lectura fue alternando poemas de Lonardi y de los presentes, en italiano y español y no fue una lectura simplemente, sino más bien, una presentación de su libro “Poemas para leer a deshoras”, acompañada y arropada por lecturas de poemas. 




Después de una magnífica presentación a cargo de Cinzia Marulli, organizadora del acto que compartió la mesa con la autora, Mariángeles se atrevió a hablar unas palabras en italiano, muy emocionada, como agradecimiento por esta invitación que para ella es muy especial. 

café Literario Mangiaparole



café Literario Mangiaparole
Y por las fotos podemos ver que estuvo muy bien acompañada y que fue una presentación exitosa. ¡Enhorabuena!






café Literario Mangiaparole
Nuestra poeta quiere agradecer muy especialmente a los organizadores y coordinadores del evento Marco Limiti y Cinzia Marulli en colaboración con la Asociación Academia Creativa territorial de Tiziana Colusso y la organización internacional No- profit 100 mil poetas por el cambio. (tal y como aparece en el cartel del evento). 





 Y a la gente del café Literario Mangiaparole que son estupendos. Gracias a todos siempre.


CUIDADO CON LO QUE DESEAS


Dime si no has deseado,
más de una vez,
que el mundo fuera pequeño,
que sus bordes encajaran
en un diminuto pañuelo.
Dime si no has pensado
que así estarías más cerca
para poder abrazarnos
y reírnos de las distancias
que nos dejan en tierra de nadie,
como a Ulises soñando
con el regreso a Ítaca.
Dime si te pasa como a mí,
que viene a buscarme la nostalgia
cada vez que cierro los ojos
o que huelo a tierra mojada,
a magnolias, a hierba fresca
recién cortada, a mandarinas,
a río, a sudestada…
Cada vez que las nubes
se hacen alfombra mágica
y me llevan lejos
donde el horizonte se curva.
Allí donde el cono sur
nombra la distancia
y se agiganta…
Dime si no te pasa como a mí
cuando estrujas un pañuelo…

Del libro “Poemas para leer a deshoras”
(Letra Impar Ediciones) 2017




STAI ATTENTO A QUELLO CHE VUOI

Dimmi se non hai voluto,
più di una volta
che il mondo era piccolo,
che i suoi bordi si adattano
in un minuscolo fazzoletto.
Dimmi se non hai pensato
in questo modo saresti più vicino
essere in grado di abbracciarci
e ridi alle distanze
che ci lascia nella terra di nessuno,
come Ulisse che sogna
con il ritorno a Itaca.
Dimmi se succede a te come me,
chi viene a cercare la nostalgia
ogni volta chiudo gli occhi
o che io odori di terra bagnata,
alle magnolie, all'erba fresca
appena tagliato, ai mandarini,
al fiume, alla sudestada ...
Ogni volta che le nuvole
si fanno un tappeto magico
e mi portano via
dove l'orizzonte si curva.
Dove il cono meridionale
nominare la distanza
e cresce ...
Dimmi se non succede a te come me
quando stringo un fazzoletto ...




LA VENTANA

Mirar por la ventana cuando nadie te ve,
cuando te haces invisible.
Abrir las ventanas y dejar que el sol entre,
que lo bañe todo, que lo pinte,
que lo inunde de luz
y que la sombra
empiece a girar desconcertada.
Saltar desde afuera hacia adentro
y resbalar por una mirada indiscreta,
pendiente abajo hasta la baldosa.
Estamparte en el suelo
y desperdigar los huesos
como fragmentos de gota salada.
Cuando la lágrima cae
te sientes más sola que la una.
Dentro, en la guarida,
detrás de la ventana, tiemblas,
antes del colapso definitivo.

Cuando nadie te ve, el horizonte
deja de ser lejanía y viene.

Del libro Poemas para leer a deshoras, Letra Impar 2017

Traducido por MalenaFiorotto Presidenta Asoc de descendientes del Veneto

Guardare per la finestra quando nessuno ti vede,
quando ti fai invisibile
Aprire le finestre e lasciare che il sole possa entrare,
che lo bagne tutto, che lo dipinte,
che lo piene di luce
e che la ombra
inizia a girare sconcertata.
Saltare da fuora verso indentro
e ascivolare per uno sguardo indiscreto,
pendente basso fino alla piastrella.
Stampare nel sul pavimento
e spargere le ossa
come frammenti di goccia salata.
Quando la lacrima cade
ti senti più sola che l’ una.
Dentro, nella tana,
dietro la finestra, tremi,
davanti alla decadenza definitiva.

Quando nessuno ti vede, l'orizzonte

lascia di essere lontano e viene.





María Ángeles Lonardi nos comenta ilusionada que mientras estaba en el aeropuerto de Fiumicino, en Roma, esperando para embarcar de regreso a Almería, le informaron por correo electrónico que ha sido finalista, 4º premio, en el Concurso “Versos descubiertos” convocado por Circulo Rojo, de un total de dos mil participantes en esta convocatoria de carácter internacional. Próximamente se editará una Antología conjunta.
Otra alegría que merece ser compartida.



METÁSTASIS.

JOSÉ ANTONIO SANTANO

SALÓN DE LECTURA ___________________ José Antonio Santano

Los libros se amontonan sobre la mesa por días. A veces desearía reseñar cada uno de esos libros con tan solo la mirada, pero eso, como es lógico, no es posible. El libro necesita un cuidado especial, hay que sentir su piel acartonada sobre las manos, leer atentamente cada una de sus páginas, de sus versos y abstraerse en su mundo de signos y palabras, en su lenguaje hasta casi desfallecer. Solo la pasión por la lectura es la clave para luego analizar todos y cada uno de los aspectos que contienen ese objeto extraordinario que es el libro. En él todo es importante: prólogo, epílogo, encuadernación, portada y contraportada, color, tipo de letra, etc, etc. Entre esos libros de culto, o al menos así me lo parece, habría que considerar “Metástasis I”, del poeta Luis Tamarit (Puçol, Valencia, 1961). 
METÁSTASIS
Ya desde las primeras páginas del libro, su prologuista, la también poeta argentina Mercedes Roffé nos advierte de la posible reserva que su título pueda producir en el lector. La palabra en sí misma es un llamamiento al acabamiento, lo terminal, el miedo que deriva de su pronunciamiento, a la agria realidad que vaticina: la muerte. Sin embargo, esta “Metástasis I”, propuesta poética de Tamarit, es mucho más que todo eso, porque se adentra en el proceso de culminación de la obra literaria, basada en un lenguaje preciso, de filigrana, tal que uno parece ascender a un territorio cielo tan apasionadamente desconocido y misterioso que no dejará de crecer aun después de su lectura pausada, incluso discontinua, capaz de producir un ensimismamiento del pensamiento, de la idea poética que dejará una huella imborrable. 
Es la poesía de Tamarit un oasis entre tanta vacua versificación y tanto pseudopoeta que campa por doquier. La palabra como remanso de profunda reflexión, como si el poeta ejerciera de imán del tiempo y el espacio necesarios para construir un discurso tan novedoso como inteligente, un corpus único que trasciende la propia existencia del poeta. Tamarit teje una verdad indiscutible, su verdad: el poema en sí mismo. Abre las puertas de la razón y el conocimiento, se abisma en el alma de las cosas hasta atrapar la esencial palabra, el verbo que defina su poética incorruptible. Motivo de su expresión poética es la observación del mundo que le rodea, de las palabras que nacen y crecen y se precipitan a no se sabe dónde; es todo su bagaje puesto a disposición de la comunicación y consumación del lenguaje para crear otras formas de expresión, otro universo capaz de alterar, de alterarnos, propiciando una nueva concepción de la vida a partir de la palabra, las palabras. “Metástasis I” es la primera entrega de un proyecto que contendrá diez volúmenes (“Metástasis II”, en breve verá la luz); cada libro contiene 100 poemas y el primero del libro siguiente y todos formando un único ser. La estructura poemática es muy parecida en estas 101 composiciones, de tal manera que dos de los cinco versos que constituyen el poema se repiten en su enunciado inicial pero concluyen con resultado reflexivo desigual. Sirva como ejemplo este poema que aúna soledad y silencio, la luz y las sombras de lo humano: «A pesar de todos los pesares cavar y seguir / cavando una tumba sin manos // Escuchar el sonido de la ebriedad retumbando dentro // Escuchar el sonido del silencio soledad adentro // Permanecer andando permanecer humano ». Luis Tamarit halla el verdadero camino de su yo poético y lo sitúa atemporal sobre la esencialidad del lenguaje, trabaja su interconexión con otros universos hasta conseguir que la luz de la palabra escrita refulja diamantina y libre. Es como si el poeta se dejara llevar por la corriente de un caudaloso río, aun a sabiendas que el peligro acecha en su trayecto hasta desembocar en las azules aguas marinas. “Metástasis I” es un libro complejo, donde el pensamiento puebla cada uno de los versos que lo componen, y en su propia independencia lo aforístico también.
 La razón no es otra que la transfiguración de lo cotidiano hasta convertirlo en parte indisoluble de la creación propia del poema, el poema en sí mismo como única raíz, el origen del ser todo: «El verdadero poema camina por la muerte sin volver la vista / atrás sin tregua ni descanso // Tarde o temprano convierte todo acontecer en un ahora // Entre el carbón y la ceniza permanece cantando // Entre el carbón y la ceniza pertenece andando». Observése cómo provoca la ruptura del verso, como si en su orfandad creciera otro ser distinto. «En esa composición estrófica… cobra una significación extrema el intervalo, es decir, lo que no vemos, lo que no se ha escrito…”, escribe en el epílogo Alejandro Céspedes. Es lo que yo llamo “los silencios” tan extraordinariamente necesarios en todo poeta que se precie, porque en ellos toma fuerza la esencialidad del discurso, en lo que no se dice, sino que se silencia, sea con rupturas, espacios u otros signos de puntuación. La palabra en su esencia más pura vive y muere en el poema, y el silencio se hace música: «Cada dolor disperso en el devenir es lo único que de verdad / nos pertenece // Lo visible llama a lo invisible la luz a la oscuridad / Lo audible a lo no audible el silencio a la música // Tal vez no puedas aceptar la visión sin la muerte». Así es la poesía de Luis Tamarit: silencio al límite.
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LUIS TAMARIT.



Título: Metástasis I
Autor: Luis Tamarit
Editorial: Olifante (Tarazona, 2017)


EL ÚLTIMO GIN-TONIC



EL ÚLTIMO GIN-TONIC
SALÓN DE LECTURA ______ José Antonio Santano


No creo que me equivoque si afirmo que es muy difícil encontrar en el panorama literario actual una voz que se distinga, elegante y personal, con variedad de registros que la hagan diferente, innovadora, perspicaz e irónica al mismo tiempo, esencial en su concepción misma, divertida incluso, cosmopolita, heredera de la mejor tradición narrativa española, y moderna en el sentido de original, de una frescura tan sublime como inaudita. Pocas veces halla uno una novela tan sólida en su estructura como sugerente por sus variados recursos lingüísticos, sintácticos y semánticos. 
Lo dicho y algo más que añadiremos más adelante constituye el ensamblaje, la arquitectura de un texto extraordinario, de una novela que derrocha imaginación e ingenio a lo largo de sus algo más de 200 páginas: “El último gin-tonic”, de Rafael Soler, que regresa así al género narrativo, a tomar las riendas de una prosa vivaz y diamantina. De la idea inicial de un correo electrónico, que sitúa la acción narrativa y el motivo central de lo que será luego un derroche de historias tan distintas como distintos son los personajes protagonistas de las mismas, hasta la conclusión de la narración, Soler viene a demostrar su talento para crear situaciones tan reales y sugestivas, desde una perspectiva lingüística y sintáctica que revela al escritor de raza que ha sido capaz de construir esta novela apasionante. 

Y lo es por muchos motivos: el manejo del lenguaje, una mirada que parte de la anécdota hasta transformarse en elemento trascendental de la narración, la descripción como pilar consustancial del discurso (poético-lírico en muchas ocasiones), el laberinto como modelo resolutivo de los conflictos y las relaciones, la presentación de los personajes enfrentados a sí mismos, el culto a lo novedoso tanto en su concepción como en su ejecución, influencia de modelos audiovisuales (cine, televisión, teatro, etc.) en la acción y narración de cada una de las historias, así como la frescura constructiva de los diálogos, son aspectos que hacen difícil definir o conceptuar exactamente la tipología narrativa de la novela. Todo sucede de lunes a jueves, en cuatro capítulos respectivamente: “Tres más uno”, “Los abrazos”, “Aquí nadie tiene a nadie” y “Póker de ases”. Tiempo suficiente, cuatro días, para contarnos lo mucho que sucede a la familia Casares (Moisés Casares Cendoya, el abuelo; Alberto y Lucas, sus hijos, y Juan, Marcos y Mateo –como los evangelistas- los hijos de Lucas, además de otros personajes que complementan la narración como María –la amante- o Diego –el esposo cornudo y autor de los correos electrónicos- hasta crear una narración de auténtica filigrana). La disección de cada uno de los personajes mencionados es de una precisión matemática y todos juntos o por separado constituyen el elemento vertebrador de la narración, a veces laberíntica por su propia estructura discursiva pero nunca incomprensible o aburrida. Soler construye una historia tan sólida como ingeniosa y actual, que afronta los problemas propios del tiempo que nos ha tocado vivir, pero que él trata con ese regusto por la palabra y un lenguaje siempre acorde con la realidad que describe, en muchas ocasiones irónico, en otras con un humor tan negro como elegante, que nos devuelve a la mejor tradición novelística española, a la cervantina concepción de la novela. Realidad y ficción se complementan para vivir en las páginas de “El último gin-tonic” situaciones que van del hecho mismo de la muerte hasta el amor, pasando por la soledad, miedos, violencia, traiciones, dolor, sexo, juego; es decir, el deseo de revelar la porción que en cada ser existe de felicidad o desdicha, desde la concepción personal que cada uno de los personajes posee de la vida, que a fin de cuentas es la literatura. Un viaje al territorio de lo desconocido, no solo al de los pingüinos de Puerto Madryn en la Península Valdés (Argentina), sino al mundo interior de cada uno de los protagonistas de esta historia escrita con el rigor y el ingenio que caracteriza a su autor, Rafael Soler. 
De fuera hacia adentro, y viceversa, Soler ha sabido plasmar lo que parece una simple anécdota, en una obra que contiene innumerables matices expresivos, desde los propios del lenguaje audiovisual, hasta los de encadenamiento narrativo de los diálogos en los tiempos y el espacio que el narrador ha considerado novedosos para imprimir a la historia ecos de auténtica literatura. Una ciudad, una familia y la soledad, el vacío que la vida nos impone en determinados momentos y la alegría de otros, los menos, porque el dolor y la muerte siempre están acechantes. Un recorrido por la vida misma en sus aspectos más cotidianos, que hacen de esta novela una lectura necesaria para comprender mejor el mundo en que vivimos, que a fin de cuentas de eso se trata, de desvelar y descubrir los misterios con la mejor herramienta que dispone el verdadero escritor: la palabra. Una novela original, que no dejará indiferentes a sus lectores, para los que deseo no sea este “El último gin-tonic”, sino el penúltimo, en compañía de su autor, Rafael Soler, y sus futuras narraciones.
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EL ÚLTIMO GIN-TONIC


Título: El último gin-tonic
Autor: Rafael Soler
Editorial: Contrabando (Valencia, 2018)