ACERCA DE LOS DÍAS

SALÓN DE LECTURA
José Antonio Santano


Acerca de los días
FERNANDO DE VILLENA

        De nada serviría la materia si no se acompañara de alma. Las cosas, los objetos, los seres vivos nada son sin alma. Y aunque dudemos de su existencia, en todo vive, si de vivir se trata y no de muerte, el alma, esa imprescindible espiritualidad que nos hace más humanos. En esa búsqueda de la espiritualidad, del alma si se prefiere, es fundamental mirarse hacia adentro, viajar a las entrañas del propio ser y allá en su silencio, calmos y dispuestos a conocerse dejar de respirar por un segundo, así casi al encuentro con la muerte, para vivir ese segundo solo de luz y paz. Pudiera parecer locura cuanto digo, pero en verdad que es la mejor de las dichas, el momento del resplandor más sincero y saberse de uno mismo, adentro en el propio laberinto de la vida, reconociéndose en la celebración del espíritu, de lo innombrable e indecible, al fin y al cabo de una mística deslumbradora, en la que el ‘ser’ y ‘estar’ se hallan levitando en el espacio y confraternizados. La poesía, entonces, es un volcán en erupción continua, una inmensa lámina de mar convertida en tsunami incontrolable. Este sentido de insuperable grandeza en lo material y espiritual podría definir la poesía de uno de los poetas españoles más prolíficos, un clásico, con una voz tan portentosa como singular, y lo hace en esta ocasión con seis libros en uno, dos publicados con anterioridad y 4 nuevos. El poeta en cuestión no es otro que Fernando de Villena (Granada, 1956) y el libro “Acerca de los días”. Contiene un trayecto poético que va del año 2014 al 2020. Seis libros en total: “Morir por mi demanda” y “Estampas de Vejecia” (ya editados) y los inéditos “Noticias que me duelen”, el más prosaico pero también esencialmente humano y solidario, del que destacamos versos como: 

«Y helos aquí a los refugiados 
/ con su costal de sueños, 
/ sin comprender que toda su tragedia 
/ nació en cualquier despacho 
/ donde los grandes de este mundo 
/ (no más de veinticuatro) /
 deciden repartir acá o allá 
/ dolor, miseria y muerte».

 Con “La luna en la enramada”, el segundo de los inéditos, el poeta trata de la memoria y muestra de nuevo su dominio del verso clásico, fundamentalmente del soneto, y así escribe: 

«Incierto es el paisaje que me cerca;
 / amarga, la lección de tantos años; / 
tristísima, la luz que ya me alcanza, // 
mas no siento el temor a parca terca /
 ni me dejo vencer por desengaños 
/ ni he perdido la fe ni la esperanza».

 El tercer inédito, “Libro de las peregrinaciones” viene a descubrirnos otros paisajes en los que el poeta en su ir y venir a lugares y vidas nos muestra, una vez más, su extraordinario magisterio, como en este canto a Costa Rica y sus Canales de Tortuguero: 

«No es este el Gran Canal de Venecia, 
/ sino el Gran Canal de Dios, 
/ y avanzas bajo las infinitas verdes bóvedas 
/ de la más hermosa de las catedrales /
 como por una miniatura de un libro de horas. //
 Y si tal te parece el río de la Suerte, /

 ¿cómo ha de ser el mar en el que desemboque? “Búcaro de cenizas” es el cuarto libro inédito que Fernando de Villena ha querido incluir en este “Acerca de los días”, que al cuidado editorial de Carena viene a confirmar la esencialidad poética de Fernando de Villena y la apuesta constante de este pequeño e independiente sello en pro de la poesía española contemporánea. En esta última propuesta el poeta hace balance de la vida, su vida, simbolizando todo ese trayecto vital en versos como estos del poema que da título al libro:

«En suma, que he vivido, mas ya no miro atrás 
/ y si al futuro pido la suerte de los míos, 
/ por lo que a mí respecta puedo afirmar con bríos /
 que una vida es bastante; de aquí no quiero más».

 Esta es parte de la grandiosa obra de un poeta esencial como lo es Fernando de Villena.




Título: Acerca de los días       
Autor: Fernando de Villena
Editorial: Carena (2020)

INTERMEZZO LÍRICO

INTERMEZZO LÍRICO
SALÓN DE LECTURA 
José Antonio Santano


Intermezzo Lírico
Heinrich Heine , tradución de  Jesús Munarriz

INTERMEZZO LÍRICO

Es conveniente y sano que de vez en cuando miremos hacia atrás y ahondemos en la cosas que nos han sucedido y conocer de las razones y de emoción que el recuerdo nos lega, que la memoria incisiva nos muestra de nuestra historia personal. Lo mismo podría decir si nos detuviéramos en la historia de la literatura, de la poesía en concreto. En cómo fue y ha evolucionado a través del tiempo. Las corrientes o tendencias poéticas que han sido baluarte y todavía hoy mantienen ese pálpito, ese latido necesario que nos hace aprender, porque la tradición no está reñida con la evolución, ya lo creo que no. Quien eso piense creo que yerra, y lo digo sin acritud alguna. Es el caso de ese ciclón literario que vino en llamarse Romanticismo, y que si nos acercamos a él, a cualesquiera de los autores que lo secundaron hallaremos tesoros de incalculable valor literario. Celebramos en este particular “Salón de Lectura” el regreso de uno de esos clásicos ya libros pertenecientes al movimiento romántico, y más concretamente, al alemán, con la figura de Heinrich Heine y su obra universal “Intermezzo lírico”, en versión de Jesús Munárriz (Hiperión) y edición bilingüe. Nos dice Munárriz en “nota del traductor” que “Intermezzo lírico” viene a ser “la culminación del romanticismo alemán y el final de esa corriente”, que se trata de una obra de juventud pero al mismo tiempo que es su mejor obra. Por otra parte, añade Munárriz que esta versión “pretende mantener el difícil equilibrio entre fondo y forma, decir lo mismo que se dice en alemán, ni más ni menos, pero con un ritmo y una música que recuerden en cuanto puedan los del original” y, ciertamente, se agradece esta consideración del traductor. 

HEINRICH HEINE

Por ser una obra de juventud Heine cumple en su construcción con todos los requisitos que el propio movimiento romántico aduce y todos conocen: subjetividad, libertad de pensamiento, significación de las emociones, fantasía e imaginario, etc. El amor se presencia de forma rotunda en este libro, de tal manera que los estados melancólicos se muestran en todo su esplendor. La voz poética de Heine es pura música, que acompañada por los dones de la naturaleza producen en el lector una sensación de serena plenitud: «Quiero sumergir mi alma / en el cáliz de algún lirio; / exhalará el lirio tímido / una canción a mi amada. // Canción que estremezca y tiemble / como el beso que su boca / me dio una vez en la hora / más dulce y maravillosa». Llama la atención que ya desde el prólogo observamos cómo la influencia del romanticismo alemán, y concretamente Heine, tuvo en la poesía española, fundamentalmente en Gustavo Adolfo Bécquer, como se comprueba en el verso 8 de dicho prólogo de “Intermezzo”: “De la casa en el más oscuro ángulo”, y este archiconocido de Bécquer: “Del salón en el ángulo oscuro”. 

Es evidente que “Intermezzo lírico” y en general el romanticismo alemán, tuvo una gran influencia en el resto de Europa, por ese despertar de las emociones y nueva forma de expresarlas que supuso dicho movimiento. Heine y su “Intermezzo lírico” se configura como un texto singular y necesario para comprender la poesía romántica de la época, que aún en la actualidad asumen, con alguna diferencia, muchos poetas. Bienvenido sea esta rigurosa traducción de Jesús Munárriz, que sirve de recordatorio de la esplendorosa lírica de un romántico como lo fuera Heine. Sin lugar a dudas, y como así se condira por su traductor “Itermezzo lírico” es “la quintaesencia de la poesía de Hein y la mejor introducción a su lírica.

Jesús Munarriz

Título: Intermezzo lírico
Autor: Heinrich Heine 
(Traducción Jesús Munarriz)
Editorial: Hiperión (2019)

LA DESTRUCCIÓN DEL CIELO


SALÓN DE LECTURA 

José Antonio Santano



La destrucción del cielo


Manuel jurado lópez



       
MANUEL JURADO LÓPEZ
MANUEL JURADO LÓPEZ
 
En este tiempo de oscuridades e incertidumbres, de un miedo que ha sido inoculado lenta pero seguro y que amenaza con quedarse, la humanidad entera se siente desorientada. Cuando la sociedad invierte más en el objeto que en el sujeto es normal que aflore un estado de ánimo desgarradoramente amargo y que el horizonte posible no se atisbe por mucho que miremos. El ser humano necesita señales, pero aún así, es tan incomprensiblemente reincidente en la obcecación que no se percata de la necesidad inminente de cambiar desechando lo inservible y adoptando en su forma de vida lo verdaderamente importante. A veces un libro nos puede trasladar a situaciones futuras, jamás imaginadas. La pandemia a causa de la COVID-19 y las situaciones vividas a causa de la misma eran impensables, inimaginables hace tan solo unos meses. Sin embargo, ha sucedido, y hemos adoptado hábitos desechados con anterioridad pero que nos han servido para sobrevivir en tan atroz situación. Las artes todas han sido el oasis en el que hemos podido calmar nuestra sed y soledad. Entre esas artes se halla la poesía, que ha sido un imprescindible salvavidas para muchos compatriotas. Si además ese libro de poesía elegido es premonitorio o es capaz de trascender la realidad y provocar ese temblor que nos hace más sentirnos más vivos que nunca, más humanos, el objetivo está cumplido. El poeta andaluz Manuel Jurado López (Sevilla, 1942) es un ejemplo de esa poesía diferente y singular, capaz de descubrirnos nuevos universos, tal vez más tristes y dolorosos de lo deseado, pero necesarios para entender el mundo en que vivimos, y al que posiblemente, de no remediarlo, estamos destinados. “La destrucción del cielo” es ese libro que no deja indiferente al lector, que ahonda en la condición humana a través de una voz personal e inconfundible. En este sentido “La destrucción del cielo” ha sido doblemente galardonado, primero con el Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez, 2019, y unos meses más tarde con el Premio Andalucía de la Crítica en su vigesimosexta edición. Sin duda que ambos premios catapultan esta obra de Jurado López, pero sobre todo la principal motivación reside en la propia obra, su estructura, recursos literarios y su concepción de una poesía diferente, capaz de emocionar y crear mundos propios. En ese territorio de la oscuridad, de lo negro, del luto continuo por causa de la estulticia del hombre cabe situar este poemario. En esa estética del negror abunda la luz de sus versos que anidan y se hacen materia viva en el paso del tiempo, en la fugacidad que siempre es la vida: 

«El negro es la base, no el blanco, no la camisa 
 tendida y que ha vuelto a mojar la lluvia en la madrugada.
 El negro es la esencia de la vida, el sótano, el claustro, 
 la placenta, o el luto, el lunar, la ceguera, la poderosa rabia
 de los ojos de los perros. 
 Los besos también se han vuelto negros bajo los árboles».

 El abecedario, sus 28 letras (incluida la ch) constituyen los 56 poemas que nos ofrece el poeta, con ellos recorre un tiempo y un “cielo” inalcanzable por la incapacidad del hombre para conservarlo, de ahí que ese amargor doloroso de la pérdida, de su destrucción total. Sabe bien el poeta cuál es su casa, y por ello, la cita inicial de Karl Kraus viene a confirmarlo: “Soy solo uno de los epígonos que vive en la vieja casa del lenguaje”. Y es la lengua, la de todos, diversa y diferenciadas a la vez la que nos abriga al calor de la vida. La memoria de lo acontecido, del pasado entre guerras y sangre, acaso sea como un resplandor de todos los silencios, y entre ellos, el poeta en su voz: “Siempre queda la amarga caligrafía de unos versos”.  
                                    
LA DESTRUCCIÓN DEL CIELO
MANUEL JURADO LÓPEZ
 
Título: La destrucción del cielo        
Autor: Manuel Jurado López
Editorial: Diputación del Huelva (2019) 

LA DESTRUCCIÓN DEL CIELO


SALÓN DE LECTURA 

José Antonio Santano

La destrucción del cielo


Manuel jurado lópez




       
MANUEL JURADO LÓPEZ
MANUEL JURADO LÓPEZ
 
En este tiempo de oscuridades e incertidumbres, de un miedo que ha sido inoculado lenta pero seguro y que amenaza con quedarse, la humanidad entera se siente desorientada. Cuando la sociedad invierte más en el objeto que en el sujeto es normal que aflore un estado de ánimo desgarradoramente amargo y que el horizonte posible no se atisbe por mucho que miremos. El ser humano necesita señales, pero aún así, es tan incomprensiblemente reincidente en la obcecación que no se percata de la necesidad inminente de cambiar desechando lo inservible y adoptando en su forma de vida lo verdaderamente importante. A veces un libro nos puede trasladar a situaciones futuras, jamás imaginadas. La pandemia a causa de la COVID-19 y las situaciones vividas a causa de la misma eran impensables, inimaginables hace tan solo unos meses. Sin embargo, ha sucedido, y hemos adoptado hábitos desechados con anterioridad pero que nos han servido para sobrevivir en tan atroz situación. Las artes todas han sido el oasis en el que hemos podido calmar nuestra sed y soledad. Entre esas artes se halla la poesía, que ha sido un imprescindible salvavidas para muchos compatriotas. Si además ese libro de poesía elegido es premonitorio o es capaz de trascender la realidad y provocar ese temblor que nos hace más sentirnos más vivos que nunca, más humanos, el objetivo está cumplido. El poeta andaluz Manuel Jurado López (Sevilla, 1942) es un ejemplo de esa poesía diferente y singular, capaz de descubrirnos nuevos universos, tal vez más tristes y dolorosos de lo deseado, pero necesarios para entender el mundo en que vivimos, y al que posiblemente, de no remediarlo, estamos destinados. “La destrucción del cielo” es ese libro que no deja indiferente al lector, que ahonda en la condición humana a través de una voz personal e inconfundible. En este sentido “La destrucción del cielo” ha sido doblemente galardonado, primero con el Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez, 2019, y unos meses más tarde con el Premio Andalucía de la Crítica en su vigesimosexta edición. Sin duda que ambos premios catapultan esta obra de Jurado López, pero sobre todo la principal motivación reside en la propia obra, su estructura, recursos literarios y su concepción de una poesía diferente, capaz de emocionar y crear mundos propios. En ese territorio de la oscuridad, de lo negro, del luto continuo por causa de la estulticia del hombre cabe situar este poemario. En esa estética del negror abunda la luz de sus versos que anidan y se hacen materia viva en el paso del tiempo, en la fugacidad que siempre es la vida: 

«El negro es la base, no el blanco, no la camisa 
 tendida y que ha vuelto a mojar la lluvia en la madrugada.
 El negro es la esencia de la vida, el sótano, el claustro, 
 la placenta, o el luto, el lunar, la ceguera, la poderosa rabia
 de los ojos de los perros. 
 Los besos también se han vuelto negros bajo los árboles».

 El abecedario, sus 28 letras (incluida la ch) constituyen los 56 poemas que nos ofrece el poeta, con ellos recorre un tiempo y un “cielo” inalcanzable por la incapacidad del hombre para conservarlo, de ahí que ese amargor doloroso de la pérdida, de su destrucción total. Sabe bien el poeta cuál es su casa, y por ello, la cita inicial de Karl Kraus viene a confirmarlo: “Soy solo uno de los epígonos que vive en la vieja casa del lenguaje”. Y es la lengua, la de todos, diversa y diferenciadas a la vez la que nos abriga al calor de la vida. La memoria de lo acontecido, del pasado entre guerras y sangre, acaso sea como un resplandor de todos los silencios, y entre ellos, el poeta en su voz: “Siempre queda la amarga caligrafía de unos versos”.  
                                    
LA DESTRUCCIÓN DEL CIELO
MANUEL JURADO LÓPEZ
 
Título: La destrucción del cielo        
Autor: Manuel Jurado López
Editorial:Diputación del Huelva (2019)