EL ÚLTIMO GIN-TONIC



EL ÚLTIMO GIN-TONIC
SALÓN DE LECTURA ______ José Antonio Santano


No creo que me equivoque si afirmo que es muy difícil encontrar en el panorama literario actual una voz que se distinga, elegante y personal, con variedad de registros que la hagan diferente, innovadora, perspicaz e irónica al mismo tiempo, esencial en su concepción misma, divertida incluso, cosmopolita, heredera de la mejor tradición narrativa española, y moderna en el sentido de original, de una frescura tan sublime como inaudita. Pocas veces halla uno una novela tan sólida en su estructura como sugerente por sus variados recursos lingüísticos, sintácticos y semánticos. 
Lo dicho y algo más que añadiremos más adelante constituye el ensamblaje, la arquitectura de un texto extraordinario, de una novela que derrocha imaginación e ingenio a lo largo de sus algo más de 200 páginas: “El último gin-tonic”, de Rafael Soler, que regresa así al género narrativo, a tomar las riendas de una prosa vivaz y diamantina. De la idea inicial de un correo electrónico, que sitúa la acción narrativa y el motivo central de lo que será luego un derroche de historias tan distintas como distintos son los personajes protagonistas de las mismas, hasta la conclusión de la narración, Soler viene a demostrar su talento para crear situaciones tan reales y sugestivas, desde una perspectiva lingüística y sintáctica que revela al escritor de raza que ha sido capaz de construir esta novela apasionante. 

Y lo es por muchos motivos: el manejo del lenguaje, una mirada que parte de la anécdota hasta transformarse en elemento trascendental de la narración, la descripción como pilar consustancial del discurso (poético-lírico en muchas ocasiones), el laberinto como modelo resolutivo de los conflictos y las relaciones, la presentación de los personajes enfrentados a sí mismos, el culto a lo novedoso tanto en su concepción como en su ejecución, influencia de modelos audiovisuales (cine, televisión, teatro, etc.) en la acción y narración de cada una de las historias, así como la frescura constructiva de los diálogos, son aspectos que hacen difícil definir o conceptuar exactamente la tipología narrativa de la novela. Todo sucede de lunes a jueves, en cuatro capítulos respectivamente: “Tres más uno”, “Los abrazos”, “Aquí nadie tiene a nadie” y “Póker de ases”. Tiempo suficiente, cuatro días, para contarnos lo mucho que sucede a la familia Casares (Moisés Casares Cendoya, el abuelo; Alberto y Lucas, sus hijos, y Juan, Marcos y Mateo –como los evangelistas- los hijos de Lucas, además de otros personajes que complementan la narración como María –la amante- o Diego –el esposo cornudo y autor de los correos electrónicos- hasta crear una narración de auténtica filigrana). La disección de cada uno de los personajes mencionados es de una precisión matemática y todos juntos o por separado constituyen el elemento vertebrador de la narración, a veces laberíntica por su propia estructura discursiva pero nunca incomprensible o aburrida. Soler construye una historia tan sólida como ingeniosa y actual, que afronta los problemas propios del tiempo que nos ha tocado vivir, pero que él trata con ese regusto por la palabra y un lenguaje siempre acorde con la realidad que describe, en muchas ocasiones irónico, en otras con un humor tan negro como elegante, que nos devuelve a la mejor tradición novelística española, a la cervantina concepción de la novela. Realidad y ficción se complementan para vivir en las páginas de “El último gin-tonic” situaciones que van del hecho mismo de la muerte hasta el amor, pasando por la soledad, miedos, violencia, traiciones, dolor, sexo, juego; es decir, el deseo de revelar la porción que en cada ser existe de felicidad o desdicha, desde la concepción personal que cada uno de los personajes posee de la vida, que a fin de cuentas es la literatura. Un viaje al territorio de lo desconocido, no solo al de los pingüinos de Puerto Madryn en la Península Valdés (Argentina), sino al mundo interior de cada uno de los protagonistas de esta historia escrita con el rigor y el ingenio que caracteriza a su autor, Rafael Soler. 
De fuera hacia adentro, y viceversa, Soler ha sabido plasmar lo que parece una simple anécdota, en una obra que contiene innumerables matices expresivos, desde los propios del lenguaje audiovisual, hasta los de encadenamiento narrativo de los diálogos en los tiempos y el espacio que el narrador ha considerado novedosos para imprimir a la historia ecos de auténtica literatura. Una ciudad, una familia y la soledad, el vacío que la vida nos impone en determinados momentos y la alegría de otros, los menos, porque el dolor y la muerte siempre están acechantes. Un recorrido por la vida misma en sus aspectos más cotidianos, que hacen de esta novela una lectura necesaria para comprender mejor el mundo en que vivimos, que a fin de cuentas de eso se trata, de desvelar y descubrir los misterios con la mejor herramienta que dispone el verdadero escritor: la palabra. Una novela original, que no dejará indiferentes a sus lectores, para los que deseo no sea este “El último gin-tonic”, sino el penúltimo, en compañía de su autor, Rafael Soler, y sus futuras narraciones.
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EL ÚLTIMO GIN-TONIC


Título: El último gin-tonic
Autor: Rafael Soler
Editorial: Contrabando (Valencia, 2018)

DIVÁN DE POETISAS ÁRABES CONTEMPORÁNEAS

Diván de poetisas árabes contemporáneas
DIARIO DE ALMERÍA. 
SALÓN DE LECTURA POR JOSÉ ANTONIO SANTANO


Es cierto que todos los regalos son siempre bienvenidos. Pero hay ocasiones en que son, además de bienvenidos, especiales. Es el caso de este libro que ahora muestro en este singular escaparate: “Diván de poetisas árabes contemporáneas”. Y es un regalo especial por dos razones: por quien me lo obsequia y por su temática. No es fácil hallar en el mercado editorial un libro de estas características, menos aún cuando sus protagonistas son mujeres árabes, y, además, poetisas. No me negarán que no tiene la cosa enjundia. Hay estar hecho de una materia especial para atreverse a reconocer públicamente la integración de la mujer, a más árabe, en el cerrado mundo de la poesía. Un acto revolucionario si nos atenemos a los hechos que vienen sucediéndose en la sociedad árabe desde tiempo inmemorial. Mostrar el lado femenino de la literatura árabe, y en especial el de la poesía es merecedor de todo encomio. A nadie se le escapa la dificultad para afrontar un trabajo de estas características, y es de justicia reconocer esta labor, precisamente en la persona de Jaafar Al Aluni, un hombre, que no, curiosamente, una mujer, lo que añade más valor si cabe a esta publicación. En palabras de Ibn Arabí «Todo lugar que no acepta lo femenino es estéril, no cuenta» y el poeta Adonis, autor de la presentación de este libro añade: «la masculinidad que anula la feminidad se anula a sí misma, y esta es la situación actual de las sociedades árabes e islámicas: están anuladas, tanto en lo masculino como en lo femenino. La mujer en estas sociedades es un objeto religioso codificado, enjaulada en lo lícito y lo ilícito, es un ser sin rostro, y todo ser que carece de rostro, carece de identidad», y concluye, refiriéndose a esta antología: «En esta selección de poesía femenina árabe, el lector encontrará diversas maneras en las que la mujer poeta se expresa a sí misma, expresa su libre feminidad, su cuerpo, su relación con el mundo y con las cosas, y, sobre todo, su relación la lengua árabe femenina, la cual, en sí misma, necesita la libertad y liberarse de lo masculino que dirige la tierra en nombre del Cielo». 
DIVÁN DE POETISAS ÁRABES CONTEMPORÁNEAS

Por su parte, Jaafar Al Aluni, autor de esta edición y traducción nos acerca a la poesía árabe escrita por mujeres mediado el siglo XX, años después de lo que vendría en llamarse “el despertar árabe”. Será entonces cuando la poesía árabe femenina comience su andadura y su presencia sea más activa, aunque dadas las circunstancias sociales del mundo árabe no sean las mejores para una verdadera difusión del quehacer poético de las mujeres árabes, relegadas y silenciadas sistemáticamente. Diez son las poetas seleccionadas por Aluni para este “Diván”, diez voces diferentes que abren el camino a un mayor conocimiento de la poesía árabe. Fadwa Tuqán y Názik Al-Malaika inician el movimiento poético femenino y son las primeras en introducir cambios en la tradición poética a partir de los años cincuenta. Para Aluni los años sesenta representarán la entrada de la modernidad a través de la revista “Sh’ir”, con poetas como Saniya Saleh y Ámal Yarrah. El papel de la libertad de la mujer y su papel en la sociedad es asumido poéticamente por las poetas Lamía Abbás Amara, Suad Al-Sabah y Fawzía Abú Jáled, en los años setenta y ochenta. Concluye su selección Aluni con la representación de poetas pertenecientes a los países orientales, como la libanesa Souzanne Alaywan, de los occidentales la marroquí Widad Benmusa y de los países del Golfo a la yemení Huda Ali Iblán. Una muestra tan heterogénea como acertada si nos atenemos a los propios textos que avalan la trayectoria poética de cada una de las poetas seleccionadas por Aluni. 
Como prueba de lo dicho sean los versos de las poetas representativas de las etapas expresadas anteriormente. De Tuqán, del poema “Tu nombre”: «¿Tu nombre? / Oh suspiro de flor que exhala en el rocío de la palabra, / ¿tu nombre? / Oh luz de madrugada que apareciste / cuando caí en la oscuridad del camino. / Oh melodía que me levanta y me acuesta con su armonía», de Saniya Saleh, del poema “Patria”: «Mi patria es mi sueño, / cabeza y corazón / ardiente y palpitante. / Mi patria son los caminos aislados, / la tumba y las salas de espera»; de la tercera etapa seleccionamos a Fawzía Abú Jáled y los contundentes versos de “El poema del agua”: «Sumergió sus dedos en el desierto, / y con el agua del espejismo escribió un poema» y de la última etapa sean estos versos de la marroquí Benmusa, donde el silencio es el eje de la vida: «El viento del silencio / penetra mi cuerpo / heme aquí celebrando / una soledad distinta…». No cabe duda que este libro “Diván de poetisas árabes contemporáneas” marca un antes y un después, que es una referencia clara de la poesía femenina árabe, y que todo él trasluce verdad e inteligencia, ética y estética para un tiempo nuevo en el que la mujer no puede seguir representando “lo estéril”, sino todo lo contrario, el fruto de una manera diferente de entender el mundo, también de construirlo.
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JAAFAR AL ALUNI



Título: Diván de poetisas árabes contemporáneas
Autor: Jaafar Al Aluni






Ediciones del oriente y del mediterráneo   (Madrid, 2016)

UNA VERDAD EXTRAÑA. (POESÍA 1974-2018)


SALÓN DE LECTURA _____________________ José Antonio Santano


José Antonio Santano


UNA VERDAD EXTRAÑA. (POESÍA 1974-2018)


Si de aconsejar se tratara y teniendo en cuenta la falta de rigor con el que nos sorprenden algunos escaparates de la literatura española actual, no sería complicado dar con una relación suficiente de títulos para esta etapa veraniega, en la que, poco a poco, se va asentando la costumbre de leer, aunque sean, en su mayoría, libros insustanciales con los que las grandes editoriales, llevadas por el más puro sentido mercantilista (promociones salvajes en radio, prensa y televisión), seducen a los eventuales lectores. Para esta ocasión, la recomendación, atendiendo al exclusivo sello de calidad, tendrá su plasmación en un libro que, con toda seguridad no defraudará al lector de poesía, sea principiante o ya avezado en la materia. Se trata de la segunda edición de la obra corregida y aumentada “Una verdad extraña (Poesía 1974-2018)”, del poeta de Jódar (Jaén), Manuel Ruiz Amezcua, cuyo estudio, de casi 200 páginas, ha corrido a cargo del profesor de Literatura Española, en la Universidad de Sevilla, Carlos Peinado Elliot. Queda publicada así, en un esfuerzo ingente por parte del sello editorial Comares, la obra completa –hasta ahora-, corregida y aumentada del poeta Manuel Ruiz Amezcua. Si nos atuviéramos a algunas de las opiniones versadas sobre la trayectoria y la voz poética de Ruiz Amezcua, tendríamos que detenernos, obligatoriamente, en la de su paisano Antonio Muñoz Molina, cuando dice: «Manuel Ruiz Amezcua ha realizado una carrera literaria tan tenaz y rigurosa como desasistida de cualquier clase de reconocimiento público. Va siendo hora de que sea escuchado. 


Es dueño de una voz y de una obra poética que deben ocupar cuanto antes el sitio que les corresponde en el repertorio público de nuestra literatura», y también, por resumir dado el gran número de críticos y poetas que han reseñado la obra de Ruiz Amezcua, la del premio Nobel, José Saramago, que llegó a escribir: «Una novela nunca da la sensación de poder levantar el mundo. La poesía sí. Como esta de Ruiz Amezcua». Dos opiniones suficientemente relevantes, sin quitar importancia a otras que no han sino reconocer el trabajo y la calidad poética de la obra de Ruiz Amezcua. En este volumen, “Una verdad extraña”, Carlos Peinado Elliot recorre de principio a fin la obra de Ruiz Amezcua contenida en sus más de 800 páginas, y lo hace desde el análisis y la reflexión profunda, ahondando en aquellos elementos propios y caracterizadores de su poética, olvidada y silenciada durante un tiempo en el que la poesía era concebida como un club de amigos al que solo podían pertenecer algunos elegidos, y no precisamente por su calidad y su aportación a la poesía del siglo XX, sino por la relación más o menos interesada de amistad o, en su defecto, política. Fueron aquellos, años de sequía para la poesía española, en la que solo cabía una única tendencia, una corriente que lo absorbía todo, incluido el sector editorial. En estas circunstancias, “la otra poesía” no tenía cabida, fue denostada o en el mejor de los casos silenciada. A esa “otra poesía” pertenecía por derecho propio Ruiz Amezcua, porque tampoco quiso nunca que le relacionaran con la moda poética de aquellos años, tan laxa y plana para él. Hubo de pasar el tiempo, de sucederse los años para que viniera el reconocimiento a su trabajo poético, como ahora se puede constatar en este libro. «La revelación del mal y de la injusticia», está en el origen de su poesía, y añade el propio autor: «Las palabras también consuelan. Y redimen. La poesía duele, pero siempre cura. Hay marcas que no se borran y las palabras nos sirven para convertirlas en un mundo distinto, en un viaje distinto. Un viaje de por vida. Un viaje al fin de la noche buscando la claridad del día». En esto consiste el hecho mágico de descubrir la luz en la oscuridad misma, un viaje al interior del silencio y capaz de revelar la luz es el acto poético por excelencia, la esencia de la poesía en su camino hacia la transformación del mundo (interior y exterior), en el cual el ser humano es el centro. Claro que la poesía redime y sana, ese ha sido siempre el principio motor de Ruiz Amezcua que, aún frente a las vicisitudes y obstáculos que se interpusieron en su camino, siempre supo cuál era el camino. En esa lucha del hombre con el mundo siempre estuvo Ruiz Amezcua, con la palabra exacta, el lenguaje preciso que sangra por las venas del poeta hasta convertir lo vivido en el único edén posible. Todo esto y más hallamos en la poesía de Ruiz Amezcua que parte de “Humana raíz”(1974) y llega hasta “Palabras clandestinas” (2015), con el añadido de algunos poemas inéditos. Un trabajo de análisis recogido en casi 150 páginas escritas por el profesor Carlos Peinado, desde la objetividad del conocimiento de su poesía y con la brillantez de su palabra y pensamiento, para quien la obra del poeta es un continuo descender a uno mismo para rebelarse luego ferozmente contra sí mismo. “Una verdad extraña (Poesía 1974-2018)” contiene lo mejor del gran poeta que es Ruiz Amezcua, que es como decir de lo mejor del panorama actual de la poesía española.

Manuel Ruiz Amezcua


Título: Una verdad extraña
(Poesía 1974-2018)
Autor: Manuel Ruiz Amezcua
Edita: Comares (Granada, 2018)



ANTOLOGÍA DE POESÍA IBEROAMERICANA ACTUAL.

 Coordinado por Alfonso Berlanga Reyes y José Antonio Santano Serrano. La publicación ha estado al cuidado del sello editorial "Exlibric", de Málaga. La presentación oficial del libro se llevará a cabo durante el XXI Encuentro de Poetas Iberoamericanos a celebrar en Salamanca en el mes de octubre, que se conmemora también los ocho siglos de la fundación de la Universidad de Salamanca.
Los integrantes han nacido entre 1970 y 1985 hasta completar una nómina de 55 autores de diferentes países. Las poetas representadas en la presente antología tienen una presencia destacada, infrecuente en este tipo de publicaciones y con un objetivo, la mujer iberoamericana tiene una voz y una concepción distinta de la expresión poética, una visión del mundo diferente de tal forma que su contribución al panorama poético resulta de trascendental importancia de ahí su presencia especial en esta Antología.
El lector constatará que se incluye la más rica variedad temática, técnica y estilística, como corresponde a una nómina de poetas tan considerable y de procedencia tan diferente.
El índice de autores lo componen:


A
Abril, Juan Carlos (España)
Alonso Cruz, Luis (Perú)
Alonso Sánchez, Diego (Perú)
Alvarado, Javier (Panamá)
Alves Costa, Tiago (Portugal)
B
Belmonte, Luis Enrique (Venezuela)
Blum, Ana Cecilia (Ecuador)
C
Carrión, Ernesto (Ecuador)
Castell, Frank (Cuba)
Cerón, Rocío (México)
Cevallos Perugachi, Javier (Ecuador)
Charry Noriega, Camila (Colombia)
Chávez Casazola, Gabriel (Bolivia)
D
Duarte, Luis Enrique (Nicaragua)
E
Espinosa Guerra, Julio (Chile)
Estrada, Fabricio (Honduras)
Estrada, Lucía (Colombia)
G
Gallo, Paola (Uruguay)
Garcia Pereira, Adriane (Brasil)
García Quintero, Felipe (Colombia)
Gatica Bravo, Marcelo Ismael (Chile)
Ghezzi Solís, Melissa (Perú)
Guerreiro, Sandra (Portugal)
I
Iris, Manuel (México)
López Sandoval, David (España)
Luis Rafael (Cuba)
M
Martínez Clares, José Luis (España)
Martínez Pérsico, Marisa (Argentina)
Masin, Claudia (Argentina)
Méndez, Roxana (El Salvador)
Mendoza, Néstor (Venezuela)
Merino, Ana (España)
Midence, Magdiel (Honduras)
Mills, Alan (Guatemala)
Mussó, Luis Carlos (Ecuador)
Ñ
Ñaupari, Héctor (Perú)
O
Oyuela, Mayra (Honduras)
P
Palomo Pinel, Carmen (España)
Pariso, Valeria (Argentina)392
Parls, Glaem (República Dominicana)
Pastor, Mara (Puerto Rico)
Payeras, Javier (Guatemal)
Pereira, Alberto (Portugal)
Piranesi, Silvia (Costa Rica)
Pólack, Bruno (Perú)
Q
Quevedo Rojas, Aleyda (Ecuador)
R
Rodríguez Leytón, Paura (Bolivia)
Rodríguez Moya, Daniel (España)
S
Santamaría, Gema (Nicaragua)
Secaira Velástegui, Juan (Ecuador)
Solórzano-Alfaro, Gustavo (Costa Rica)
T
Torres, Maggie (Paraguay)
V
Valencia, Ingrid (México)
W
Wolkoff, Gisele Giandoni (Brasil)
Y
Yezzed, Fredy (Colombia)

Completa antología de poesía coordinada por Francisco Alfonso Berlanga Reyes y José Antonio Santano Serrano.

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PAISAJE CON LATIDO


SALÓN DE LECTURA _______
______________ José Antonio Santano


PAISAJE CON LATIDO
Hay regresos que se celebran de forma especial y placentera. Después que el tiempo haya sido como una losa, un estentóreo silencio que anubla la palabra y la encarcela en la prisión del olvido, reconforta comprobar que ese tiempo solo fue eso, una corta parada, un lapsus solo, un paréntesis. Ocurre a veces que cuando creías perdida esa voz que en otro tiempo propició momentos de extraordinaria delectación, un día sin más, vuelve de nuevo, te llega clara y diamantina en forma de libro, y entonces, en ese instante, esa voz ahora convertida en armónicas grafías, recorre todos los silencios del pasado hasta aflorar una indescriptible emoción. 
Gabriel Montes Galdeano
Ilustraciones de Gabriel Montes Galdeano

El libro del que hablamos lleva por título “Paisaje con latido”, siendo el autor de los poemas, 22 en total, José Tuvilla (Guadix, Granada, 1958), y de las ilustraciones, también 22, el fotógrafo almeriense Gabriel Montes Galdeano. Poesía e imagen que se complementan en un juego de espejos donde la belleza del paisaje (Viejas Salinas de Roquetas de Mar) y el latido de los versos nos aventuran en la cotidianidad de los días, en la vida misma de quien mira (fotógrafo y poeta) desde la altura del conocimiento y la emoción que surge de la experiencia, de lo vivido. Ya desde las primeras líneas del generoso prólogo, autoría del también notable poeta Francisico Domene leemos: «Paisaje con latido servirá para que sus viejos lectores por fin nos reencontremos con él y para que los nuevos descubran su extraordinario talento». Y no le falta razón a Domene, esa vuelta a la poesía de Tuvilla nos congratula a quienes sabemos de su inteligencia y su magisterio, a quienes siempre estuvimos a la espera de su luz poética, del fuego de su palabra, esa que alimenta el alma y nos abisma en el silencio de lo invisible hasta estallarnos toda en un segundo. Tuvilla añade a su condición innegable de poeta, otra tan importante como olvidada: el humanismo que impregna su vida, y su obra. Tuvilla es un luchador incansable, un hombre que vive en los hombres y a la luz de otros hombres que supieron alumbrarnos en el difícil camino de la vida. Su poesía está avalada por esa mirada que trasciende en “el otro”, que quiere ser “el otro” en cuerpo y alma para sentirse vivo, de ahí sus continuos logros en el campo de los Derechos Humanos y la Educación para la Paz. 
José Tuvilla
Poemas de José Tuvilla,
 Paisaje con latido

El poeta que es José Tuvilla está más que demostrado con anteriores entregas: “Ritual de la palabra” (1981), “Vibración de la ceniza” (1982) y “Memoria inmóvil (1992), ahora lo revalida en “Paisaje con latido”. Un latido profundo que nos recorre de pies a cabeza cuando leemos los 22 poemas que contienen esta publicación, complementada por la sensibilidad y oficio de Gabriel Montes, que ha sabido captar el alma de los amaneceres. Comienza Tuvilla su periplo poético en este libro por los cuatro elementos de la Naturaleza: Aire, Agua, Fuego y Tierra, en un despertar único que vislumbra el Amor («Si el tiempo permitiera que la luz única fuera aire, aire sería tu voz, / tu latido, la última palmera que el viento acaricia, la hierba exquisita (…) Aire es tu mirada, aire es mi voz que te llama y te dice: “Amor mío”», el Deseo («Allí, en otra hora, en las lindes de la oscuridad, / se abrazó el deseo con afiladísimos y dulces labios, /al amor furtivo», la soledad («Salgo cada día al sendero, entre las sombras que el alba disipa, / y encuentro allí la soledad y la paz que, luego, la urbe me arrebata. / Hoy, todo se alumbra de un rojo intenso, del fuego desnudo», o la tierra en sí misma, la ciudad frente al silencio («En la ciudad, traspasada la línea que marca el sendero, / hoy, las cosas discurren sin quebranto, / como ayer, como mañana, / como las infructuosas estaciones… // Aquí el agua y la tierra…». Pero el poeta camina por el sendero de la vida, ahonda en su realidad diaria y se abstrae para seguir el rumbo de la cálida luz del cielo en su inmensidad, del tiempo que nunca se detiene, que es pasado y presente, futuro innombrable: «Se ha propuesto decidido vencer su récord, / el tiempo todo, la fatiga indomable, / el aire encendido en los pulmones. / Vencer, no ser vencido». El color y la luz de las imágenes provocan en el poeta el amor por la Naturaleza, por el hombre y sus soledades y silencios, en un claro ejercicio de humano sentir, y donde el tiempo es el adversario de la contienda, y la meta el paraíso, el Olimpo: «He aquí al atleta contra el tiempo, en su desafío matutino, / cuando nadie ocupa la línea que la naturaleza prolonga… // Y entonces, sabiéndose extenuado / y frágil, comprenda que ya la juventud le fue arrebatada. / Venimos y nos vamos de este mundo…Sabiéndonos, al final, que no somos nada. (…) Detrás, la urbe se levanta, / se extiende el asfalto y el ruido, en todo su sombra, se eleva». Sin duda, Tuvilla nos devuelve la esperanza en la poesía que crece muy adentro, en las entrañas del lenguaje, en la palabra luz y aureola que nos alerta de los peligros y la vaciedad del hombre, para redimirse en el Amor como única verdad: «Amor mío, deja que la sangre del amor te aceche y te atrape. // Abandónate a mis pasos como yo me abandono a tu latido».
Paisaje con latido

                                       Título: Paisaje con latido
Autores: José Tuvilla / Gabriel Montes
Editorial: Los autores (Almería, 2017)


LETRA Y NUBE de JUAN ANTONIO BERNIER por JOSÉ ANTONIO SANTANO


LETRA Y NUBE
SALÓN DE LECTURA DIARIO DE ALMERÍA


LETRA Y NUBE de JUAN ANTONIO BERNIER
El tiempo vuela. Y cuando queremos darnos cuenta de esta contundente verdad estamos atrapados en ella, sin remisión. El tiempo es un hilo invisible que va tejiendo los días y las noches con una seda especial que crece y crece alrededor nuestro y nos envuelve en su soledad de siglos, un silencio que grita a cada instante, seguro de alcanzar el lugar más recóndito del espacio, el vacío que nos muestre el camino hacia lo desconocido. La construcción de un universo personal deviene en profundizar en el misterio del cosmos, atreverse y dejarse sorprender por lo oculto. Nadar a contracorriente hasta quedar exhausto, en el convencimiento de saberse presa del asombro, perplejo ante la extraña mirada del tiempo. Un poco de todo viene a ser el texto que presentamos en esta ocasión “Letra y nube”, del poeta Juan Antonio Bernier (Córdoba, 1976), sobrino del también poeta cordobés Juan Bernier, cercano al Grupo Cántico. Con anterioridad a este poemario ha publicado otros dos, también en la editorial Pre-Textos: “Así procede el pájaro” y “Árboles con tronco pintado de blanco”. En la actualidad compatibiliza poesía y arte al ser gerente de la Fundación Provincial de Artes Plásticas Rafael Botí. La poesía concebida en “Letra y nube” es minimalista, de versos de arte, caracterizados por la profunda reflexión metalingüística y poética, provocando así una sensación de acabamiento que sitúa al lector en un plano de espejos y laberintos cuya resolución quizá dependa de la palabra, en esa búsqueda por la verdad, su verdad poética, como así se expresa ya desde el comienzo, en este breve poema de la primera parte del libro titulado “El eclipse” : «Para volver en sí, / la luz de la mañana / compuso en la ventana / un paisaje sin mí». El poeta necesita de la breve exposición del pensamiento, de la idea llevada al detalle, para concluir a modo de enseñanza, como si todo pudiera resumirse en un instante solo, en un segundo que perpetuase la existencia. Los poemas, a veces casi aforísticos, entroncan con esa tradición literaria que roza lo filosófico, que trasciende enriquecida por la actitud del poeta en el mundo. Metapoética que aporta valores en su propia simbología, resurgiendo así una nueva fórmula de expresión en esa constante búsqueda de lo desconocido desde la propia realidad material, como así sucede en la tercera parte del libro titulada “La fiebre del oro”, y más concretamente, en el poema “Molino de Rodalquilar”, que nos transporta hasta tierras almerienses: «Perdiz entre el tomillo. / Girando en torno a ella, / las estrellas. // Oculta en el violeta, / eleva a las esferas / su estribillo». Un venir continuo del pensamiento, una ontología latente que predispone al poeta con lo más abstracto en un ejercicio constante de aproximación a aquellas zonas proscritas, pero que Bernier recupera para un discurso poético que sabe de los desiertos y la soledad, como se muestra en este poema, Douane: «Con su paso ondulante, / el sol pule la arena. // Y la duna, desnuda, / recita con la brisa // el áureo trabalenguas / del sol en los trigales», o en este otro, Nocturno: «Quién me cerrará los ojos / cuando esté solo»; concisión y brevedad en la fórmula expresiva como ya habíamos adelantado en líneas anteriores, casi aforística. Una vez más Juan Antonio Bernier visita el espacio ancestral de la palabra, sus campos semánticos en la búsqueda por esa “verdad absoluta” que todo poeta necesita y a la que aspira en todo momento. 
Letra y nube
LETRA Y NUBE DE JUAN ANTONIO BERNIER

Por muy penoso que sea el camino la voz siempre renace. Es como un grito que pervive en todo tiempo, que se mantiene sólido, inalterable. Es la poesía principio y fin, un son que habita en el poeta, en su respiración y en sus pupilas. El pensamiento en su desnudez absoluta, alimento de vida, el viaje último a no se sabe qué clase de eternidad, pero eternidad al fin y al cabo; una luz que rebasa la plenitud de lo infinito, del tiempo en sí mismo y que el poeta advierte en cada sílaba, en cada letra, dejando que a la altura de la nube ascienda y se transforme en voz del aire, hasta el punto de ofrecer una nueva dimensión del “ser” y “estar” en el mundo: «La esfera es imperfecta. / En la flor del granado / fructifica otra esfera»; un viaje a las nubes en su más amplio sentido, hacia el celeste mar del espacio, nube plena en su blanco diamante o en su gris cristalino. “Letra y nube” es un libro tan complejo como interesante, donde la razón del ser se abisma en la vivacidad de la palabra trascendida en un juego de intertextualidades afortunadas al fin que se persigue: la creación de un universo propio. El presente en su dimensión más futurista y la vida en su esencialidad futura: «El fruto se desprende. / La muerte se satura. / La vida vence». Nos muestra Juan Antonio Bernier en este poemario una parte de él tal vez secreta, que germinaba en el tiempo y sus silencios y que hoy y ahora confiesa, como en palabras de R.M. Rilke, con las que cierra este círculo vital de su poesía: «Habla y confiesa. Más que nunca / Se hunden las cosas y desaparecen, las cosas que vivimos, / Porque eso que las empuja y desplaza es un hacer sin imagen».
JUAN ANTONIO BERNIER
JUAN ANTONIO BERNIER

Título: Letra y nube
Autor: Juan Antonio Bernier
Editorial: Pre-Textos (Valencia, 2017)

Los otros que me habitan.


SALÓN DE LECTURA _________________________ José Antonio Santano

LOS OTROS QUE ME HABITAN
Es habitual que con la llegada del verano las librerías reciban un mayor número de personas que se acercan a ellas con la sana intención de adquirir un libro y leerlo en las tan esperadas vacaciones. Al menos ese parece ser el objetivo a priori y con esa determinación las librerías ganan en este tiempo más visitantes. Lo que siempre es una alegría dada la precariedad lectora de nuestro país. Géneros para todos los gustos esperan en los anaqueles de las librerías, solo falta ese lector dispuesto a adquirir uno de ellos: poesía, ensayo, teatro, novela, cuento o relato…Para esta ocasión mi atención crítica recae sobre un libro de este último género: “Los otros que me habitan”, del escritor Paco Huelva (Almonte, Huelva, 1956).

 El libro que nos ocupa consta de doce extraordinarios relatos que harán de su lectura un verdadero placer. Con anterioridad Paco Huelva ha publicado otros libros de narrativa, entre los que destacan: Griego, Y cien, Andando sobre el tiempo, La búsqueda de la identidad y El perfil de los sueños. Huelva es un interesantísimo fabulador, un narrador de raza, como lo demuestra en estas doce historias fraguadas al calor, podría decirse, de una chimenea o el brasero de picón en las largas noches de invierno. Ese contador de historias que nos recuerda a nuestras abuelas en la intimidad de la casa cuando éramos niños. Todo ese espacio, ese paisaje donde habitan otros seres se nos presenta en esta cuidada edición de Niebla. Doce son los cuentos, como ya hemos dicho, y doce las historias que nos harán vibrar como solo sabe hacerlo la buena literatura, esa que ahonda y se abisma en la nada para crear vida en cualesquiera de sus formas. Doce narraciones que, además, se desarrollan o tienen mucho que ver con lo rural, ese espacio tan sobrepasado por todo lo relacionado con lo urbano, motivo que hace más atractivo aún este libro de relatos. Huelva ha sabido transmitirnos ese ambiente rural, tan desconocido y misterioso, con tan buen oficio que uno tiene la sensación de remontarse en el tiempo, de ser en esencia “los otros que te habitan”, los que su creador ha elegido como protagonistas para sentir así la respiración de cada uno de ellos.

 La temática, la acción y los personajes nos muestran de forma brillante el mundo rural, y de esa concepción que Huelva posee de ese territorio fabula, crea a su vez otro universo que nos hace temblar de emoción a través de un lenguaje preciso, contundente, exquisito en su fondo y en su forma, de tal manera que se siente el hálito amargo unas veces y dulce otras de esa realidad rural. Huelva aporta a su discurso narrativo no solo experiencia y conocimiento, sino algo ausente en la literatura actual, emoción, capacidad de turbar, de sorprender con un estilo depurado al lector, hacerlo cómplice de su delirio creador. Huelva nos presenta así doce historias construidas sobre la base de lo aprehendido a lo largo de los años de los propios libros, de donde bebe continuamente, hasta la saciedad. Sus relatos son de extensión variada, en su mayoría breves, pero todos ellos de una construcción sólida, sugerente, profundamente humanos en toda su extensión de la palabra. Una obra, “Los otros que me habitan”, difícil de olvidar, capaz de mantener al lector atento desde la primera página, que así comienza: «Malaleche camina procurando no resbalar entre los guijarros. A Cabezón no le gustan los vaivenes que da Malaleche porque se parecen a los de las cunitas de feria», hasta la última:«Una noche de insomnio forcé el desvencijado cajón de un mueble de la vieja casa, de aquella casa que ahora es solo sombra en la memoria, y que por animarla o revivirla, acudía ella, sumiso, extraviado y perdido no sé por qué necesidades del alma o del niño que fui, y que anda escondido en lo que soy sin manifestarse a los otros… ». Entre la primera, correspondiente al relato que titula “La vendimia”, generalista, donde se cuenta la historia de una venganza, y la última, “Aquella casa vieja”, intimista y biográfica, existen otras diez historias que nos devuelven a recordar otras páginas memorables de la mejor tradición literaria española. Historias de parricidio, prostitución, venganza, adulterio, de todo tipo contienen este libro, pero sobre todo llama la atención esa maestría con la cual Paco Huelva nos presenta cada uno de los relatos, cómo se crece en el desarrollo de los mismos y cómo sorprende en su resolución, en ese continuo descarnar hasta llegar al mismo tuétano del hueso, a la esencia de todo discurso narrativo. Valor añadido a este conjunto de relatos son las ilustraciones que los acompañan, tan inquietantes como los propios textos, autoría de Víctor Pulido. “Los otros que me habitan” es un viaje al interior de los orígenes, un recorrido por la vida en su esencialidad, de unas vidas que discurren entre el puro instinto, lo primario o atávico, y que nos muestran básicamente la tragedia de ese mundo tan alejado de nuestra mirada cotidiana como es el rural. Un libro, pues, muy recomendable, que nos acerca a la buena literatura que ofrece su autor: Paco Huelva.
PACO HUELVA
LOS OTROS QUE ME HABITAN
PACO HUELVA


Título: Los otros que me habitan
Autor: Paco Huelva
Editorial: Niebla (Huelva, 2017)


UN ASCETA EN LA CORTE NAZARÍ

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Un asceta en la corte nazarí de José Miguel Puerta Vílchez
La llegada de un libro es siempre motivo de alegría, sin duda. Una vez que se sostiene entre las manos y se acaricia todo él, una nueva dimensión se nos muestra clara y transparente, un universo distinto se hace nuestro y en él vagamos días y noches enteras. En ese camino renacido, la aventura es una luz que crece en nosotros hasta límites insospechados. Una explosión de silencios se adensan en nuestro interior y el alma siente como una transfiguración que nos aproxima a un estado de inquietud creciente. En ese estado casi místico confluye la emoción y la sabiduría, porque un libro siempre es eso, la necesidad de saber y sentir. El libro que presentamos es mucho de todo lo enunciado. Un asceta en la corte nazarí, del profesor de la Universidad de Granada y arabista José Miguel Puerta Vílchez (Dúrcal, Granada, 1959) nos invita a, como bien nos indica en su prefacio, conocer la biografía del asceta Ibn Ja'far al-Conchi (al-Qunchi), del Valle de Lecrin, descrita así: «la peripecia de este asceta nos conduce ante el debatido tema en el islam clásico de la moralidad o no de la arquitectura monumental, defendida por unos en tanto modo de simbolización de la realeza con el fin de cohesionar a la sociedad, censurada por otros atribuyéndola al afán de lujo y dominio de los potentados, o nos acerca a las disputas sobre la verdad y la mentira en el arte, o sobre la función del artista cortesano y las relaciones entre literatura, arte y pensamiento en la Granada nazarí».
Un asceta en la corte nazarí
JOSÉ MIGUEL PUERTA VÍLCHEZ
A partir de algunos datos históricos sobre al-Conchi, Puerta Vílchez recrea la vida de al-Qunchi, para desvelarnos, con un exquisito lenguaje, la razón de ser de un viaje juvenil al Oriente en busca de la luz y el saber, y el regreso al ocaso de Occidente. Con el subtítulo de "Los misterios de los sentidos, la imaginación y la creatividad", el profesor Puerta nos propone un viaje a la esencia cultural de Oriente, junto al geómetra Ridwán, creador de «una variada serie de estrellas geométricas pensadas para representar los siete cielos mencionados en el Libro Sagrado y de la gran cúpula de madera del Salón del Trono de nuestro señor, Príncipe de los Creyentes».
En ese diálogo entre el asceta al-Conchi y el geómetra Ridwánm hallaremos algunas de las razones de uno y otro sobre la moralidad o no de la arquitectura monumental: «-…los auténticos seguidores de la senda espiritual hacen de la escritura una experiencia vital… Para ellos, la música (sama') es una vía unitiva y cuando practican la poesía lo hacen para recrear el lenguaje y hallar nuevos caminos de expresión del ser y su extinción en lo absoluto, -dijo el asceta». Y añade en páginas posteriores: «-Por muy maravillosas y bellas que sean sus edificaciones el sultán se empeña en estampar su nombre y el de su familia por todas partes: arriba, abajo, a derecha, a izquierda, al norte, al sur. Es tedioso, molesto, atenta contra la pureza de espíritu, entorpece la contemplación. Quien libera el sentimiento, su poesía, en su largo camino hacia la luz, purifica su ser, lo pule, y es posible que se eleve hasta el saber. Mas quien graba poemas en las paredes de los reyes no busca más que la fama en este mundo, sea para él, para su señor, o para ambos a la vez».
Un asceta en la corte nazarí es un libro extraordinariamente revelador de la más honda concepción del mundo islámico, de su sabiduría, y así nos lo muestra Puerta Vílchez, en su esencialidad, a través de un manuscrito: "Luces de alocuciones y misterios". Siete misterios y siete alocuciones, como siete cielos, en ese continuo desvelar de la energía creadora del número 7: El Misterio de los Sentidos, de la Creatividad, del Sentimiento Poético, de la Armonía, de la Imaginación, del Amor y de la Belleza. Como muestra de esa hondura de pensamiento, de búsqueda y sabiduría, destacamos el referido al sentimiento poético, cuando se dice: «La poesía es el espacio de la globalidad, del enigma, del símbolo y del ocultamiento // La poesía es experiencia del lenguaje y del ser. // La poesía consiste en degustar permanentemente el mundo. Es la creación de la Imaginación en el espejo de las formas y la belleza. Es el corazón respirando con el pulmón de la palabra». Con todo, "Un asceta en la corte nazarí" es un libro tan sabio como bello, pues las ilustraciones que lo contienen, de Nairus Bakour, añaden valor al mismo en la contemplación de ese juego de sombras con el que se nos presenta vivamente Oriente, toda su belleza; también la propia de su grafía árabe al traducirlo. «Soy granadino y en Oriente me hice más hondamente granadino. Considero que la belleza de lo sencillo es la más difícil y maravillosa creación. Por ello, prefiero las acequias a los palacios. El misterio de la Belleza radica, en suma, en que moviliza los sentidos, despierta la creación, da vida al sentimiento, se manifiesta armónica y luminosa, enciende la Imaginación y ésta la crea», palabras de al-Conchi que bien definen la prolífica obra, el pensamiento y la sabiduría del autor de "Un asceta en la corte nazarí", el profesor y arabista José Miguel Puerta Vílchez.
UN ASCETA EN LA CORTE NAZARÍ

CRÓNICA DE UNA NOVELA.


Novela de Enrique Myro
El Renacer de la Rebelión Ilustrada (Don Pablo de Olavide y el Ingeniero Izquierdo)” de Enrique Myro
Antonio Ortiz, La Voz de Todas Partes

CRÓNICA DE UNA NOVELA




Tras la entrevista que le hicimos a Enrique Myro, Sevilla 1946, en su Casa Sinapia en La Aldea de Los Ríos, situada entre La Carolina y Guarromán, ver en DIARIOVOZ. REVISTA DE LITERATURA y después de, siguiendo las directrices que nos dio el autor, haber vuelto a leer su novela “El Renacer de la Rebelión Ilustrada (Don Pablo de Olavide y el Ingeniero Izquierdo)”, creemos que es hora de hacer la reseña literaria de dicha obra.
De entrada, confieso que me ha parecido una novela bien elaborada, rica en diversas historias y, a pesar de su complejidad, equilibrada y fácil de leer; es decir, una buena novela, lo cual no es óbice para cuestionar algunos detalles de la obra.
El primero, a mi entender, es que estamos ante “una novela para el autor” no ante “una novela de autor”, que también lo es. Cuando digo esto me viene a la memoria “El Péndulo de Foucault”, de Umberto Eco, porque al igual que al italiano en dicha obra, a Enrique Myro le notamos en muchos pasajes de su novela que está escribiendo, en buena medida, para su disfrute personal.
Nos referimos, por ejemplo, a la cantidad de cuadros con los que viste las paredes de los restaurantes a los que van los personajes, e incluso los que cuelgan en la biblioteca del castillo de Canena, todos descritos con detalle. Bien es cierto que tienen relación con lo que está sucediendo y también con los lugares donde transcurre la trama, pero quizás para algunos lectores puede resultar cansino, y eso sin mencionar a su admirado Zabaleta, de quien se ocupa con singularidad.
Pero antes de seguir con los digamos desaciertos, entremos de lleno en la obra.
Como nos decía el autor en la referida entrevista, la novela desarrolla siete historias entremezcladas, dos de las cuales tratan sobre hechos históricos.
La historia principal versa sobre Don Pablo de Olavide, donde en los nueve capítulos que la componen, el Ingeniero Izquierdo conversa oníricamente con el Superintendente Olavide y éste va desgranando su vida.
En dichos diálogos el autor nos hace entrar en la vida doméstica de hace 250 años desde una perspectiva actual. Tenemos que admitir que, con una narrativa excelente, Don Pablo le cuenta al ingeniero en un diálogo mezcla de expresiones del siglo XVIII y las actuales, cómo fue su vida en aquellos años, desde que salió de la cárcel en 1754 hasta que volvió a entrar en ella veinte años más tarde por motivos que el lector descubrirá en la novela.
De forma muy amena se nos narra cómo Don Pablo enamora a Doña Isabel de los Ríos, la viuda rica de Leganés, cómo viaja por Europa y en Lille Madame Practiquesuyer, amiga de Diderot, le enseña una prenda nueva, el albornoz, que luego él mejora para su mayor goce y disfrute. Además de otras circunstancias de su vida, y sobre todo cómo le nombran Asistente de Sevilla y Superintendente de Las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena.

ENRIQUE MYRO
ENRIQUE MYRO 

El relato del viaje que hace desde Madrid a Sevilla para tomar posesión de sus cargos, pasando por la Peñuela, actualmente La Carolina, es muy interesante y entretenido, sin olvidar su estancia en Écija en el palacio de los Marqueses de Peñaflor.
A su vuelta a Las Nuevas Poblaciones asistimos al levantamiento del enclave de los Ríos, hoy la Aldea de los Ríos, durante el cual se inicia y se nos cuenta el desarrollo de un proyecto industrial, El Agua Airosa, que resultó espectacular y que nos retrata el carácter emprendedor de los ilustrados en aquella época.
La vida de don Pablo se desarrollaba entre Las Nuevas Poblaciones y Sevilla, y en una de sus estancias a la orilla del Guadalquivir, el prepotente de Don Pablo prepara una trampa a las recalcitrantes autoridades sevillanas cuya narración resulta en verdad divertida, reflejando con nitidez meridiana el carácter de nuestro personaje.
Hay más datos interesantes de la vida del Superintendente Olavide, pero no quiero omitir mencionar sus amores diversos y libres, mucho más libres si los comparamos con los actuales, lo que él mismo le recrimina al Ingeniero Izquierdo.
Reflexionando acerca del porqué los capítulos sobre Olavide son tan entretenidos y tienen tanta fuerza, llegamos a la conclusión de que se debe a la atrevida técnica narrativa que utiliza el autor.
En primer lugar, el narrador es no omnisciente, es decir sólo cuenta lo que ve y oye, frialdad que el autor intenta mitigar con las descripciones del entorno. En segundo lugar, a dicha frialdad se contrapone la vivacidad lograda en los diálogos entre don Pablo y Fernando. Por último, se introduce la vehemencia de la narración en primera persona que hace Olavide de los diversos sucesos ocurridos en su vida.
El uso equilibrado de esa terna de técnicas narrativas, es donde creemos que estriba la alta calidad literaria alcanzada en estos textos y que modestamente instamos al lector para que se fije en ellas, pues seguro que disfrutará aún más con su lectura.
Las siguientes historias en importancia son las del ingeniero Izquierdo, su mujer Esperanza y su entorno familiar, sus dos hijos Nando y Giralda , y Manuela la canguro portuguesa.
En estas historias, literariamente hablando, la virtud principal recae en la naturalidad de los diálogos y la capacidad del autor para ambientar las escenas con un narrador que sólo puede contar lo que ve y lo que oye, y no lo que los personajes se supone que sienten y piensan. En ellas se nos hace ir desde los grabados de Escher que tiene Fernando en su despacho, a los imanes que están pegado en su nevera o a los striptease que le hace su mujer cuando llega del trabajo y se cambia de ropa.
El interés empieza por las repercusiones personales del accidente que tuvo el Ingeniero al caerse de una mula con la que acostumbraba a pasear por los alrededores de la Aldea de los Ríos. Por cierto, el tío Pirri, que le cuida la mula, y su mujer son unos personajes entrañables.
En cuanto a las relaciones profesionales tanto de Fernando como de Esperanza, en sus correspondientes entornos laborables, se cuentan con tanto rigor y credibilidad que inducen al lector a mantener el interés en sus circunstancias.
Pasemos ahora a referirnos a la historia de Carlet y Fernadina la chocolatera, una idea que el autor confiesa haber tomado prestada de Buero Vallejo, en su obra “Un Soñador para un Pueblo”, que supone una especie de ucronía fallida, llena de sexo sano e ilusionante. Pero no vamos a decir más para no desvelar el secreto ni romper el encanto del que el lector pueda disfrutar de su lectura.
Si hablamos de sexo, en esta novela lo hay de forma explícita e implícita, no podría faltar en una época en la que triunfan tantísimas sombras, pero, aunque haya escenas con una alta carga erótica propensas a lo cutre, debemos señalar que los versos de San Juan de La Cruz proporcionan un sentido místico a los encuentros amorosos de los protagonistas.
Algo también complementario que me ha gustado y mucho, son las descripciones de los paisajes que recorre el ingeniero Izquierdo, su camino hasta La Carolina o El Porrosillo, por ejemplo, sin olvidar sus idílicos atajos por las pistas forestales.
¡Ah!, y otra cosa son los sofisticados platos que degustan los protagonistas tanto en El Balneario de Canena, en La Isabela, en El Acebuchal e incluso las delicatesen de La Petite Maison, por no hablar del espectacular menú en la comida en el Castillo.
Volviendo de nuevo a las historias que componen esta novela, en una de ellas se narran los amores ilícitos, complementarios y novedosos de algunos personajes secundarios, todo ello al hilo de la tesis que defiende don Pablo en el sentido de que en el siglo XVIII las personas gozaron de mayores libertades en el tema amoroso. Algunas de estas escenas de amor complementarios como es el caso de Juan y Enara están muy logradas.
Ya sólo nos quedan dos historias que comentar, una de ellas es en la que se narra la vida del pueblo de Quesada. El ardid literario empleado por el autor es realmente brillante, pero obviamente no lo vamos a descubrir. Recientemente he leído “Manhattan Transfer” la novela de John Dos Passos, y salvando las distancias entre el escritor norteamericano y Enrique Myro, como antes lo hicimos con Umberto Eco, tengo que admitir que nos lo ha recordado. Los pueblos tienen su propia vida que no la constituyen la de cada uno de sus habitantes, sino la de todos en su conjunto, y el escritor sevillano la narra de forma excelente.
Por último, nos queda la historia protagonizada por Isabelo de Olavide, un personaje nacido como con fórceps pero que poco a poco va tomando consistencia hasta convertirse en el contrapunto perfecto del Ingeniero Izquierdo. Es un personaje extremadamente desgraciado pero que merecía ser feliz, como lo describe Esperanza. ¿Lo será?
Ésa y otras historias quedan pendientes de resolver en esta interesante, amena y bien escrita novela, lo cual, quieras que no, deja un cierto desencanto en el lector. Mas no se frustren, Myro promete una segunda parte de la novela en la cual promete desentrañar los misterios pendientes de esclarecer en las historias que componen esta obra.
Y a todo esto, se preguntarán los lectores ¿dónde comprar la novela? Pues en su librería habitual o directamente en la página web de la editorial:
http://editorialmaluma.com/producto/renacer-la-rebelion-ilustrada-don-pablo-olavide-ingeniero-izquierdo/