LA GOMERA



Nace un silbo esta noche
que va y viene, del mar
al monte, de los barrancos
al cielo, y vuela, vuela ese silbo
con alas de manantial y cobre,
y vuela, y vuela, una vez más,
mil veces mil, siglos enteros.

Nace un silbo esta noche
como un trueno inmarcesible;
nace, de la tierra y el fuego,
y nos abrasa el alma y los labios;
nace como un son preciso,
como única palabra: la vuestra,
la que une y separa,
la que nos redime y abraza
y nos tiende su cálida mano,
fraternal, copiosamente bella.

Nace un silbo, y con él,
la tierra tiembla, el universo entero
tiembla, tiembla, tiembla…



La Gomera, 21.04.05

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