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DANIEL GOROSITO PÉREZ. MONTEVIDEO

DANIEL GOROSITO
MONTEVIDEO DE DANIEL GOROSITO

CENIZAS

                                 “Montevideo es un lugar muy lejos

                                  donde no puedo mentir, y alguien siempre

                                  me está esperando”.

                                  Juan Carlos Onetti en su exilio español



LLUEVE


en la ciudad que mira al Monte.

entumecida por la ventisca helada

y la terrible soledad

de los hombres.

Borrosa existencia

como los colores

de la bandera roída

que  tirita en la proa de la chalupa

mientras se mece

en las aguas mudas del Plata.

Desarticulando mitos y temores

se pierde el viento

en un día de cenizas

lo gris contra lo gris.






MI CIUDAD…”MONTE VIDE EU”…



Está frío y garúa,

rigores del invierno del Sur.

El silencio late

en la piel de los adoquines.

Al final de la calle

el mar bravío guarda secretos.

Mientras, un hombre,

camina por la interminable escollera.

Mudo de soledad

con él,

la sombra frágil de las ausencias

suspiros lejanos

añoranzas

memorias inasibles.

La tenue luz de la tarde

muy temprano va muriendo.

Unas aves melancólicas

huyen en perfecta formación.

Los pétalos del cielo se abren

se derrama el dulce néctar

que al rato será poesía

multicolor celestial.

El hombre sigue caminando

y sólo ve un monte.





MONTEVIDEO  

                                             “Montevideo es mi ciudad, fui para allí a vivir con cuatro años,  y cuando estoy fuera siento nostalgia”.
Mario Benedetti




Montevideo,                                                                                         vistes tu cuerpo de siglos,                                                                
silencioso y gris.

Ciudad oxidada,
el pasado es polvo.

En tus muros,
el pueblo hace poesía.

Anónimas angustias se desplazan,
miradas distraídas y lejanas,
la memoria germinando
recuperando historias que nos pertenecen
perpetua tristeza.

Museo de Blanes, Rosedal del Prado y Tango llorón.

Washington Daniel Gorosito Pérez POEMARIO ALADO ROMPE CRISIS



Autor: Washington Daniel Gorosito Pérez


PÁJARO POETA

Una máquina de escribir rota,
descansa bajo el encino,
vieja como las enigmáticas estrellas.
Un pájaro azul
pica las teclas desvencijadas,
extendiendo sus delicadas alas.

Las palabras,
vuelan una a una
se acomodan a su gusto
formando líneas de versos,
que el viento susurra
y
surgen
rayos luminosos por doquier
en la etérea transparencia.

Extraño conflicto,
poesía y luz
retan a la oscuridad
de las crisis humanas,
más versos para amanecer
y llegará la claridad.

CLARIDAD

¿Cuáles son los límites de la noche
que trajo el hombre?

¿Hay nostalgia en la sombra?

Mi mente ya enajenada
busca la claridad.

Mi energía está mal orientada.
¿Cómo escribir poesía?

Cuando hay tantas cosas “útiles”
por hacer dicen por ahí.

Crisis, crisis, crisis, crisis,
se oye un murmullo que
acaba en grito ensordecedor.

De valores, económica, moral,
racial, política, crisis…

Mientras yo poeta,
humildemente,
descargo mis frustraciones
en unos cuantos versos
en los que se incluyen
trocitos de esperanza.

ESPERANZA EN EL ASCENSO

Descendemos
de eso no hay dudas.
la paz endeble en que vivíamos
se ha roto dicen “para siempre”.

¿Qué nos queda a los poetas?

Escoger, entre el conformismo
y la sedición

Callar o escribir,
sólo eso nos queda.

Eso sí,
aborrecer la neutralidad
existir pese a todo
a pesar de los presagios,
de las crisis, de la muerte.

Es que hay mucho por hacer
en el exilio de las palabras.

Descendemos,
como el sol al final del día,
y
como la luna
los poetas
nos rebelamos.



PALABRAS PERDIDAS

Lluvia de letras sobre el
paisaje del desamparo- O. Paz.

Me envuelvo en las palabras
como un manto protector.

La poesía me separa
del áspero mundo de las manipulaciones
mecánicas y normalizadas.

Desciendo recordando
el abismo del destino.

Me faltan las palabras redentoras
para alumbrar las tinieblas humanas,
sacudidas por el estruendosas crisis
y sus monstruos,
las bombas, la pobreza, la esclavitud,
que no dejan percibir
el triste susurro del alma.

Por lo tanto tristemente
no me puedo sorprender
que me falle una y otra vez
el lenguaje
para pintar la realidad
y brindar una
esquelética esperanza.

ESQUELÉTICA ESPERANZA

No se ven las mariposas,
sólo un puñado de gorriones
caminan velozmente dando tumbos por la calle,
picando piedritas de colores.
El aire frío duele
y la falsa calma abruma.
Antesala de metamorfosis,
palabras clausuradas
el tiempo del silencio
o la complejidad del silencio.
Un pájaro símbolo
hilvana melodías
ese poema sonoro es la ruptura
esquelética esperanza.