Mostrando entradas con la etiqueta Francisco Morales Lomas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Francisco Morales Lomas. Mostrar todas las entradas

LAS EDADES DEL VIENTO


 SALÓN DE LECTURA  

José Antonio Santano 



   Las Edades del Viento

AUTOR: FRANCISCO MORALES LOMAS

      
Francisco Morales Lomas
Francisco Morales Lomas
Las edades del viento
    ¿El viento tiene edad? ¿Podemos hablar del viento exponiéndolo a las vicisitudes de un tiempo dado, una época, un acontecimiento histórico específico? Quizá desde un punto de vista meramente material no, pero como metáfora es de una extraordinaria agudeza. El viento va y viene, libre, no tiene dueño. “El viento sopla donde quiere, aunque oyes su murmullo, no sabes de donde viene ni adónde va…”, dice el Evangelio según San Juan (3:8), y el poeta chileno Gonzalo Rojas afirma que “Uno escribe en el viento: ¿para qué las palabras?”. Cada interpretación es una verdad, al igual que la pretendida edad del viento. El viento puede ser interpretado, significado o experimentado de multitud de formas. Y esto viene a colación por una apasionante novela, de título “Las edades del viento”, primera de una tetralogía del narrador, ensayista, poeta, dramaturgo, profesor de la Universidad de Málaga Francisco Morales Lomas (Campillo de Arenas, Jaén, 1957). El anuncio de ser esta la primera novela de una serie de cuatro, del periodo de entreguerras en Europa, confirma que el poder de creación de este autor no tiene parangón en las letras españolas actuales. Su dedicación plena a la literatura no hace sino acrecentar un legado que no dejará indiferentes a quien se acerque a él. Confieso que esta primera entrega de la tetralogía anunciada es, por muchas razones, un monumental homenaje a lo mejor de la poesía del siglo pasado, en concreto al poeta Antonio Machado, pero también una inmensa obra que rastrea el pensamiento y las ideas de un tiempo histórico fascinante, el que va de los últimos meses de la II República española y el golpe de estado del General Franco hasta principios de la II Guerra Mundial, donde el amor es el acicate, la fuerza interior que mueve el mundo, siempre contenido en la idea de un humanismo abarcador y solidario.

 En las “Las edades del viento” hallamos elementos suficientes como para considerarla de una extraordinaria excelencia narrativa. Morales Lomas ha sabido reunir todos los ingredientes para construir una sólida obra, desde la trama, los personajes, los diálogos, el género epistolar, la ambientación, el espacio y el tiempo, la precisión de orfebre en el discurso narrativo, la forma y el fondo, donde una vez más el pensamiento humanístico del poeta Antonio Machado adquiere un valor relevante que el autor hace también suyo. Es una novela coral, que inicia su andadura en Colliure pasando por París, Madrid, Valencia, Barcelona, entre otras ciudades y que cuyo hilo argumental es quizá el hallazgo más interesante por imaginativo y arriesgado, pero que viene a demostrar, por eso mismo, la capacidad creadora de Morales Lomas, nos referimos al hecho de insertar en la escenografía a un tercer amor Rose (después de Leonor y Pilar de Valderrama), una actriz francesa que viene a representar a Madrid una obra de Anatole France. Dos investigadores de la figura de Antonio Machado, Virgilio Aguilar, español y Vicent Bergére, francés, la amante, la hija y la nieta de Machado, Rose y Luci Savarroi y Rose Strindberg respectivamente, además de otros personajes secundarios conforman una historia que, ahonda en una época dramática, plena de oscuridad donde la intolerancia y el terror del fascismo, asola no solo España sino Europa. Morales Lomas en su afán por encontrar la perfección, que no es sino la belleza, ha escrito una magnífica novela, de un intenso ritmo narrativo, situando al lector como un actor más que no puede inhibirse de cuanto acontece, para entrar en el imaginario del autor y hacerlo suyo. 

El conocimiento de Morales Lomas de la Literatura española añade un valor a la historia, la complementa con sus investigaciones, acrecentando así el interés por la lectura de esta obra centrada en el más grande de los poetas españoles, don Antonio Machado, el poeta que hay que soñar como se dice en la novela. Tiempo es de reconocer en Morales Lomas al creador que es, al hombre de un nuevo Renacimiento literario andaluz, y por ende, español, y al pensador y humanista que lo habita.   

 
Las edades del viento
FRANCISCO MORALES LOMAS


Título: Las edades del viento
Autor: Francisco Morales Lomas
Editorial: Dauro (2020) 


PUERTA CARMONA. DE FRANCISCO MORALES LOMAS por JOSÉ ANTONIO SANTANO




Si en la España actual existen conspiraciones, corrupción, felonías, etc, etc., no lo fue menos en otras épocas, pongamos por caso, como podríamos poner otros, el reinado de Felipe II. Quiere decir esto, entre otras muchas cosas, que pocos son los avances alcanzados en esto de la política y la ética no solo en la administración del común, sino también en otros ámbitos, incluso en el literario como se pone de manifiesto en nuestros días por algunos escritores y analistas. Dicho lo cual y, dadas las circunstancias ya indicadas, el mejor antídoto posible en los tiempos que nos ha tocado vivir no es otro que zambullirse en el gozo mar de la literatura, navegar por las páginas de un buen libro y dejarse arrastrar por las corrientes marinas hasta fondear en una playa de blanca arena y aguas cristalinas para placer del cuerpo y de la mente. 

En esta ocasión mi propuesta es un viaje al Siglo de Oro, finales del reinado de Felipe II, a la ciudad Sevilla concretamente para dejarse seducir por la clarividencia de un libro, “Puerta Carmona”, que junto a otros dos: “Bajo el signo de los dioses” y “Cautivo” constituyen una trilogía difícil de olvidar: “Imperio del sol”. Su autor es Francisco Morales Lomas (Campillo de Arenas, Jaén, 1957), una de las personalidades más destacadas del panorama literario e intelectual de la España actual. Así lo constatamos en palabras de otro gran escritor y poeta granadino, Fernando de Villena: «Francisco Morales Lomas es uno de los autores más fecundos de las Letras españoles de hoy, cultivador de todos los géneros: narrativa, dramaturgia, poesía y ensayo». La novela objeto de este comentario, “Puerta Carmona”, contiene los elementos esenciales para constituir, sin temor a equivocarme, una narrativa de extraordinario valor. El autor es buen conocedor de la sociedad áurea española, la ha estudiado concienzudamente no solo su historia política, sino social, económica y cultural, de tal manera que su construcción narrativa es el resultado de ese conocimiento previo.

 La viveza en la descripción de los personajes, la recreación del ambiente propio de la época (finales del siglo XVI) en la sociedad sevillana: «En la gran explanada del Arenal y a sus faldas, bajo los puentes o en las orillas del río, corros diversos de fisgones se citaban: bizarros y entonados espadachines llegados de los tercios, hombre bragados en la guerra… », así como la expresión de todos los entresijos (conspiraciones, traiciones, secuestros, espionaje) propios del reinado de Felipe II son la materia prima de la que se vale Morales Lomas para construir una narración lúcida y al mismo tiempo fácil de comprender. De ahí que el elemento primordial para que todo lo indicado anteriormente funcione es el lenguaje que, aún siendo fiel a su época, es perfectamente inteligible para el lector actual: «Estando un día en una de aquellas partidas interminables, alguien con el semblante blanquecino y buenas maneras, que llevaba un sombrero con plumas en la mano, amplio cuello con pelendengues así como grandes gregüescos en los brazos y en las calzas, se acercó a don Diego y le sopló una confidencia al oído». No obstante, hallamos en “Puerta Carmona”, además de los personajes secundarios como pueden ser el mismo Cervantes:«Por aquellos días, en la Cárcel Real había conocido a un manco infeliz que fue encarcelado por unas deudas con la Hacienda Real, aunque él decía que era un error de cuentas de su criado y producto de la mala ventura, y con el tiempo se sabría de su inocencia», Mateo Alemán, Francisco Pacheco, el duque de Lerma, Cristóbal de Moura y otros actores de la política de aquel momento:«De celo incansable, perspicaz, gran juicio y rara prontitud, de Moura era para Lerma el enemigo a batir, cuando aquel se inventó al duque de Osuna, al que había favorecido casi veinte años antes…», con algunos guiños a otros como el caso del tristemente desaparecido profesor y poeta Rafael de Cózar, “Fito”: «Nunca agradecieron tanto al poeta amatorio Fito de Cózar su llegada como en esta ocasión. De bigote alargado hasta las patillas que se le estiraban con incertidumbre, sonrisa socarrona y maliciosos ojillos…», como así lo hizo también en otra de sus novelas incluyendo en la Academia de Valencia al escritor Ricardo Bellveser. Pero si hay un personaje destacado en la figura de una mujer es el de Catalina Salgado, que protagoniza los pasajes más interesantes de esta narración por su doble papel de espía y mujer. En su persona se muestra a la mujer adelantada a su tiempo, con formación y pensamiento propio, que se expresa libremente cuando tiene que hacerlo: «Y lanzó un discurso que los dejó aturdidos: Estamos, dijo, en un mundo concertado por los hombres, ellos prescriben y mandan, hacen las guerras, establecen la paz, aderezan nuestra existencia. […] ¿Y si una mujer nos ha gobernado –en referencia a Isabel de Castilla- por qué una mujer no puede ser escritora como Teresa de Jesús, por qué una mujer no puede ser cirujana, por qué una mujer no puede ser capitana?» No es ésta una cuestión baladí porque es la voz de una mujer la que habla en una sociedad fundamentalmente machista. Con todo, “Puerta Carmona” es, sin duda alguna, una novela extraordinaria, con la que su autor Francisco Morales Lomas se reafirma como un destacado escritor de la literatura andaluza y española. Una lectura muy recomendable para comprender también la sociedad en la que vivimos hoy.



Título: Puerta Carmona
Autor: Francisco Morales Lomas
Editorial: Quadrivium (Girona, 2016)

Bajo el signo de los dioses. Francisco Morales Lomas



BAJO EL SIGNO DE LOS DIOSES


La novela objeto de comentario en esta ocasión toma el título «Bajo el signo de los dioses» y su autor es Francisco Morales Lomas, quien nos propone un viaje en el tiempo, justo a la esencialidad de una época que sigue suscitando nuestra atención e interés a pesar de los años transcurridos: los siglos XVI y XVII, cuyo conocimiento es fundamental para comprender mejor nuestro devenir en el conjunto de la historia posterior de España. Morales Lomas nos muestra en esta novela aspectos imprescindibles tanto de la historia social y política de la España áurea (reinado de Felipe III, intrigas y corrupción en el caso del duque de Lerma o Rodrigo Calderón), como de la literaria, que protagonizarán Cervantes, Lope, Quevedo o Góngora. Siempre se ha dicho que profundizar en el conocimiento de nuestro pasado no es sino un aval seguro para construir el futuro. Ambientada, pues, esta novela en ese momento histórico, Morales Lomas construye una narración que bien pudiera, obviando la ambientación propia de la época, ser de una actualidad rabiosa. Y así lo es, al menos, en lo que toca al tema principal de la obra: las intrigas, venganzas y la corrupción política. Los personajes que afloran en «Bajo el signo de los dioses» son, como ya se ha dicho, en unos casos reales, y en otros, pertenecientes a la ficción (Leopoldo del Prado). El discurso narrativo no pertenece a un solo narrador sino que se amplifica o multiplica en voces distintas, en narradores varios, quizá pensada así para contrastar los diferentes pensamientos o ideas.

El protagonista de esta narración «in extrema res» es Rodrigo Calderón, quien llegó a ser un hombre muy poderoso en la Corte de Felipe III, pero que concluiría su vida siendo degollado en la Plaza Mayor de Madrid. Junto a él, el más poderoso de los hombres, el duque de Lerma. Realidad y ficción se entremezclan con algún guiño a escritores coetáneos, como es el caso de Ricardo Bellveser, a quien el autor de esta novela cita como miembro de la Academia literaria de los Nocturnos en la Valencia del XVI. La narración se estructura en diecinueve capítulos, cada uno de ellos, y a manera de puzzle, cuenta los hechos que se suceden en el tiempo y que conforman la novela en sí misma. Muchas de las situaciones que se narran en esta novela son coincidentes con los acaecidos en la España actual, como es el caso que motiva el traslado de la Corte a Valladolid: «Señora, después que ha faltado el rey viejo y han cambiado los ministros y consejeros, y han aparecido estos otros que no entienden ni saben de negocios sino de su propio oficio, aquí no hay orden ni concierto y se ha trabucado todo de pies a cabeza. Debe saber V.E. que la hacienda real amenaza ser llevada al naufragio total y a la ruina. Pero el rey el incapaz de dejar de hacer mercedes a Lerma y a sus paniaguados. […] Y debe saber aún más, que debido a ello, a la influencia que S.E. ejerce en su nieto advirtiéndole de los excesivos juegos, jornadas, gastos y despilfarro de los ministros… ha ordenado el duque que la Corte se mude a Valladolid, aunque haya disgusto universal. El teatrillo lo ha cambiado de sitio el autor-Lerma y con ello se ha llevado a todos los actores del retablo». La especulación inmobiliaria y el resultado desorbitado de las ganancias derivadas de tan magno negocio estaba servido. El control de Lerma sobre el rey era total, «hasta el punto de que controla también el dinero de bolsillo que tiene el monarca y del que no necesita dar cuenta a nadie».

Otro aspecto a resaltar de esta novela es la presencia en sus páginas de los grandes hombres de las letras: Cervantes, Lope de Vega, el joven Quevedo, Luis Vélez de Guevara o Góngora, al hilar un discurso en el que la literatura se presenta como el más grande patrimonio espiritual de la humanidad, aun incluyendo las desavenencias con otros escritores, como en el caso de Cervantes, que no gusta del teatro de Lope ni de su vanidad, y añade como «tampoco me gustaban su enajenación con el poder y con el valido de Lerma, al que halagaba siempre que podía, como había sucedido hace unos meses con la obra que estrenó en Lerma, El premio de la hermosura, un absoluto dislate pagado por el duque, atlante del peso de esta monarquía». Morales Lomas nos presenta la sociedad de la época: «Las cosas que suceden en esta nación de pícaros solo tienen sentido en ella», algo que también pensamos en estos principios del siglo XXI; el retrato pretende ser lo más ajustado a aquella realidad –coincidente con la actual-: «El ser humano se mueve por el beneficio y solo por él es capaz de actuar. Es un principio básico que si no se conoce, mejor es no andar metido en política». Tales extremos se evidencian más aún cuando en uno de los diálogos que componen la novela se llega a decir: «A mí no me preocupan estos (refiriéndose a los ladrones) de poca monta sino los que están arriba. Todos se enriquecen mientras el pueblo paga». Pero también Morales Lomas ha querido retratar el espectáculo de la muerte en aquellos días, mediante la ejecución pública del conde de la Oliva y marqués de Siete Iglesias, Rodrigo Calderón, protagonista de esta novela. La muerte de un noble como castigo ejemplarizante: «No todos los días de su vida contemplarían morir (acaso ninguno) a un grande como al más humilde de los mortales. Y ese espejismo, ese pasatiempo pedestre, encendía lo mórbido y pasional». Este es el acabamiento definitivo, el último silencio y la rotunda oscuridad, la única verdad que nos iguala a todos: la muerte.

Es, pues, «Bajo el signo de los dioses» una novela amena, donde el lenguaje, la palabra, fulge en cada página, como es propio en Morales Lomas, dado su oficio de poeta, narrador, ensayista, crítico y profesor universitario, con conocimiento exhaustivo del Siglo de Oro español.



Título: Bajo el signo de los dioses
Autor: Francisco Morales Lomas
Edita: Alcalá
14 €


DIARIO DE ALMERÍA. 01 Diciembre 2013