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Y SOÑÁBAMOS CON PÁJAROS VOLANDO. ANTOLOGÍA.






Hay ocasiones en que todo lo que rodea al ser humano se vuelve desasosiego, lo que me recuerda al gran Pessoa; que la vida es un oscuro túnel sin salida, que nunca tiene fin y la desesperanza nos habita y el miedo nos envuelve dejando nuestro cuerpo y nuestra alma gravitando en el vacío del averno. Cuando esto sucede –nos sucede-, la experiencia dicta –mi experiencia-, detener el tiempo con un libro en las manos, zambullirse en el agua fresca y clara de sus páginas y dejarte llevar hasta concluir el viaje, escuchar el sonido de las palabras que revolotean de un lado a otro, incansables, sugiriéndonos universos desconocidos y mágicos, modos de vida, conocimiento, emoción, poesía con mayúsculas. 



Como la que nos ofrece el poemario antológico “Y soñábamos con pájaros volando”, de la poeta Marta López Luaces (A Coruña, 1964), un libro que nos acerca a una voz singular, innovadora, reflexiva y erudita, pero que no deja de bucear en la raíz misma de la lengua para conformar un mundo pleno de imágenes y sensaciones, de vida, con saudade de la más grande tradición de la poesía gallega, pero también con una mirada siempre atenta y fija a la fría realidad de la gran ciudad de New York, a los continuos cambios que traduce y trasciende en su particular manera de escribir el verso. Recuerdo cuando leí por vez primera la poesía de López Luaces; se trataba de su libro “Después de la oscuridad” y tengo que decir que fue todo un descubrimiento. Su poesía se alejaba de las modas imperantes, de la frialdad de una escritura amorfa, que no dice nada, repetitiva, sin forma ni fondo.

 En aquella ocasión dije: «Ciencia y arte, poesía y matemática, se complementan en esta proposición, que no es sino un recorrido por las edades del pensamiento humano, desde sus orígenes hasta nuestros días. Marta López se adentra en la oscuridad más absoluta del principio del todo en su afán por hallar la luz de la materia-palabra: «De la oscuridad procedimos / de la razón y el sentimiento/ hacia la palabra». Ahora no puedo sino compartir con los lectores esta antología que recoge lo más selecto de la poesía de Marta López Luaces, prologada por la también poeta cordobesa Juana Castro, para quien su poesía es:«…un palimpsesto, un festival, una tragedia, un viaje, una alianza, el hambre y la sed, un ángel terribe, el pan-nuestro-de-cada-día, la noche oscura…Porque, aunque a veces duela, toda –verdader- poesía es fiesta de la luz». Y no le falta razón, porque adentrarse en las páginas de este libro es como volver a nacer a la luz, sentirse luz que avanza por lo desconocido y abre nuevos caminos para el entendimiento mediante el instrumento del lenguaje, de las lenguas. 

Constituido el libro por cuatro partes: “Después de la oscuridad”, “Los arquitectos de lo imaginario”, “Las lenguas del viajero” y “Distancias y destierros”, nos centraremos fundamentalmente en las tres últimas, por ser las que de alguna manera aportan a su discurso poético aspectos más novedosos y originales. Del libro “Los arquitectos de lo imaginario” destacaría el primer poema en prosa de título idéntico al libro, en el cual López Luaces, en un ejercicio metaliterario sobre la tradición poética universal, destaca versos y autores que son sólo la excusa, el leit motiv, para crear desde la esencialidad de la palabra como instrumento del saber, el conocimiento y la emoción, su propia voz: «por la palabra que se regenera con la pasión / desear la palabra como / desear la voz como / desear la respiración como / desearte como se desea / la respiración de un verso», para concluir preguntándose: «¿Cómo la poesía ante el terror?». 

Añade a este libro López Luaces otra de sus preocupaciones en cuanto al lenguaje, a la traslación de una lengua a otro (“Poema como translenguaje”), es decir, la traducción como elemento capaz de crear nuevos y distintos versos a los de la lengua original. De ahí que la tercera parte o tercer libro “Las lenguas del viajero” incida una vez más en la importancia de la palabra poética en toda creación que se precie. Construir desde los exilios interiores, reconocerse en los orígenes para ser otredad a través del lenguaje: 

«Renunciar a un yo
  para que en su traducción 
 la multiplicidad se torne 
 un camino de regreso.
 Reconciliar tu lengua con la mía 
 para descubrir en mi entorno 
 el signo exacto que me diga  
en un idioma olvidado. 
Recobrar en ti el yo 
que rechazaron mis ancestros». 

López Luaces sabe bien cómo quiere que sea su escritura y cómo expresar la emoción de cada descubrimiento, también cada recuerdo o melancolía 

Escuchar 
 una palabra de la infancia 
 y detenerse 
 en su regocijo

La extranjería, el nomadismo, el idioma y la experiencia vital forman parte indisoluble del yo poético que asciende y asciende, libre y puro como si fuera “ un sueño de pájaros volando”. 

En la última parte “Distancias y destierros” López Luaces se abisma en su propio yo y respira lenta y segura la gran ciudad americana, hasta hallar el tú y el yo en una misma calle de una noche cualquiera, ser “leyenda de agua”, porque lo que importa al fin y al cabo es la palabra, la poesía: 

« Poesía emigrante de mí 
 nace en mi destierro 
 sin nombre /
 Los hijos que no engendraré me piden agua».

 Un libro, “Y soñábamos con pájaros volando” y una poeta, Marta López Luaces, difícil de olvidar.



Título: Y soñábamos con pájaros volando
Autor: Marta López Luaces
Editorial: Tigres de Papel (Madrid, 2017)

DESPUÉS DE LA OSCURIDAD





DESPUÉS DE LA OSCURIDAD
Cada vez que nos sumergimos en un libro de poesía se inicia un viaje que no sabemos qué nos deparará, si sensaciones indescriptibles, nuevas formas de expresión o tal vez distintas maneras de entender el universo. Es un misterio a priori, nada se sabe de lo que hallaremos en sus páginas, es una sensación de incertidumbre y anhelo al mismo tiempo. Nada importa más que el viaje iniciático, el zambullirse en sus aguas y navegar por ellas hasta la conclusión del periplo. 

Acostumbrados al tono plano de la poesía actual, se agradece la alternancia, la originalidad y la construcción de un discurso poético distinto, tanto en su sentido estético como ético que, sin ocultar los valores de la tradición clásica y asumiendo su verdad, es capaz de constituir una visión más abarcadora de la poesía. El mestizaje también en la poesía nos enriquece, como es el caso de “Después de la oscuridad”, de Marta López Luaces (A Coruña, 1964). Una nueva manera de contemplar el cosmos, de relacionar ciencia y poesía es la propuesta de Marta López que, en un acto reflejo, nos lleva hasta la década de los años 90, cuando nace la corriente “Estética cuántica”, inaugurada por el escritor, poeta y ensayista Gregorio Morales (Granada, 1952-2015). Ciencia y arte, poesía y matemática, se complementan en esta proposición, que no es sino un recorrido por las edades del pensamiento humano, desde sus orígenes hasta nuestros días. Marta López se adentra en la oscuridad más absoluta del principio del todo en su afán por hallar la luz de la materia-palabra: «De la oscuridad procedimos / de la razón y el sentimiento/ hacia la palabra». Cinco partes componen este libro: Agua, Tierra, Fuego, Aire (los 4 elementos de la Naturaleza o estados de la materia) y Quark (partícula constituyente de la materia). Así, lo que llama más la atención de este poemario es su original estructura, la tensión que logra establecer a través de las palabras y los silencios, de la reiteración de algunos versos como una letanía inagotable que marca la pauta o clave poética (“El Imperio del Sur reinaba sobre nuestras cabezas”, o, “Y porque hubo visiones /hubosueños /hubo formas/hubo/sustancia/hubo materia /hubo elementos del poema como racimos de esplendor”, o, “El Usurpador de los Sueños acecha”, que nos advierte del peligro continuo y constante en el que se halla la humanidad). La primera parte del libro, “Agua”, contiene referencias continuas a la mitología, al pensamiento presocrático. Respecto al hecho poético sentencia: «El poema se crea para ser habitado / La poesía, para ser vuelo del alma», versos que se repetirán también hasta el final. La parte segunda, “Tierra”, introduce otras variantes respecto al discurso poético, apareciendo palabras que jugarán un papel fundamental no solo en sentido estético, sino también en el conceptual (SED, RENUNCIA, HAMBRE), en esa continua indagación de la existencia humana a través del pensamiento, que es una constante del anhelo por saber y que se concreta en preguntarse a sí misma aun a riesgo de no hallar respuesta: «Y entonces / ¿Quién dominará la tormenta? / ¿Quién amanecerá palabra?». El fuego constituye el objeto de reflexión de la tercera parte, siempre bajo la observancia de “El Usurpador de los sueños” en su acecho continuo y el sueño es “un susurro de pájaros volando hacia el ocaso”, y las preguntas volverán, sin embargo: «¿Dónde el equilibrio? / ¿Dónde la armonía? / ¿Dónde el tempo? / ¿Quién al timón de lo eterno? El camino no es determinado y la búsqueda del conocimiento persiste: Newton y Alexander Pope, física y poesía en fusión continua. El aire marca la cuarta parte del libro: «Nace una nueva sensibilidad / en el placer del objeto/la ambigüedad de lo bello/ciencia y arte=espejo como armonía-dinámica-impulso en la excentricidad/». Nace otro orden, otro sistema, “Y ya el Imperio del Norte reina sobre nuestras cabezas”, para concluir nuevamente con las interrogantes: «Y soñábamos con pájaros volando ¿hacia dónde / ¿hacia dónde?». ¿El hombre frente o junto al cosmos? La poesía de Hölderlin y la existencia real del átomo de Boltzman en la creación misma del universo. ¿El Imperio del Sur o del Norte? El Usurpador de los sueños nunca duerme y así «ya no somos gigantes jugando con los dioses: / sino protonoes + neutrones=tierra=quark». Con “Quark” concluye Marta López este interesante y complejo poemario, tanto por su aportación de una nueva estética poética como por sus contenidos conceptuales y lingüísticos. Caminar hacia la luz “Después de la oscuridad” en los versos de Marta López es un viaje inexcusable, vital, es «Como un nuevo íntimo rubor / del deseo-universo / contemplamos a los pájaros volando / hacia lo eterno».
 Título: Después de la oscuridad              
 Autor: Marta López Luaces 
 Edita: Pre-Textos (Valencia, 2016)