Fuente de la luz . Algo así vendría a ser el significado de la palabra «munira», de origen árabe. ¡Musicalidad y belleza plena! Acaeció en el restaurante y tetería Aljaima, convocados en torno a la luz de la palabra, el verso y la música, el colectivo Munira llevó a cabo otro de esos encuentros poéticos inolvidables. Hay que reconocer que no es fácil -en esta y en casi todas las ciudades de España sucede lo mismo-reunir a un grupo considerable de personas y dejar que la magia de la poesía penetre en cada uno hasta los huesos, y si a esto añadimos, la palabra musicada y envolvente en la voz de Sensi Falán, el resultado no puede ser sino sencillamente exquisito. En estos tiempos de creciente crisis intelectual viene que ni anillo al dedo hallar un lugar y unas gentes para quienes la palabra escrita, en verso o prosa, sea como la vida misma. Ya todo está dispuesto. Alrededor de la mesa los asientos se han ido ocupando hasta completar el aforo de la casa de Mustafa (el elegido), que nos recibe con el abrazo fraternal y la sonrisa en los labios.
El poeta queda en el centro de la mesa. Lo flanquean Mar, que hace de presentadora y Sensi, la voz más hermosa de La Chanca. El poeta, agradecido por la acogida, se abisma en la poesía, entona su canto desesperado, y nos conduce hacia el poniente, allá donde un mar de plástico se extiende al infinito:
un mar de plástico y de espejos
sobre esta tierra de poniente
donde viven y resisten, heroicos,
los apátridas del mundo y sus confines
a la espera de un verbo o una sílaba
que los haga más hombres y más libres
la humana voz que anhela los silencios, se pregunta una y otra vez:
Para qué me preguntas qué pienso
como si no fuese contigo esta historia
que ocultas y niegas cada día
ante los cientos y miles de vencidos
que obedecen las órdenes precisas
de los amos del mundo en esta hora
y el poeta, incansable, responderá al fin:
Y yo, aferrándome a los colores del día
proclamo en sus colores la vida,
y oigo los rumores del beso en la brisa
que se clava hasta sus huesos,
pues ya solo me importan sus pesares
y en ellos reconozco la dignidad
de ser hombres cabales aun siendo
la piel de mil colores o el habla
tan compleja y tan distinta,
que a su lado la huella de la vida
se asemeja a una luz intensa y única
que alumbra los caminos de poniente
entre mares de plástico y de soledades.
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