AIMÉ, en la vida no hay nada provisional
Aimé
es una chica nacida en los años sesenta en Almería. En los ochenta,
en plena transición política en España, esta chica trata de ser
una mujer independiente, dueña de su vida y de sus decisiones. Para
conseguir esta independencia se enfrenta en un principio a su padre y
luego al resto del mundo.
A
ella le da miedo enamorarse y más aún un compromiso que, de alguna
forma, pueda coartar su independencia recientemente conseguida.
Alasdair,
un amigo del hermano mayor de Aimé, queda hechizado, desde el primer
momento, por ella, pero no quiere que Aimé se involucre, de ninguna
manera, en los problemas que viene acarreando su familia desde hace
años. Problemas que les llevaron a la muerte de su padre, a la
prisión de su hermano mayor, Payton, a la pérdida de todo su
patrimonio y al auto destierro a Madrid de su madre, su hermana y de
él.
La
lucha que mantiene con él mismo, entre ceder al amor que siente por
Aimé y evitarle a ella cualquier posible sufrimiento, derivado de
sus problemas, hace peligrar un futuro en común.
La
ajetreada vida de Aimé y Alasdair se vuelve peligrosa y más cuando
intentan asesinar a Aimé y no saben a quién deben enfrentarse para
acabar con ese peligro.
La
novela trata de contar en primera persona la vida de una chica normal
de aquella época, tratando temas tan tabú, como la sexualidad, la
homosexualidad, la vida en pareja fuera del matrimonio, la lucha con
las tradiciones tan arraigadas en España y representadas en todo su
esplendor por su padre.
Aimé
cuenta su historia, unas veces con humor, otras con dureza y sobre
todo con mucho amor, pasión y erotismo.
Los
dos personajes centrales de la obra son Aimé y Alasdair, que se
sirven de una serie de personajes secundarios que les ayudan a contar
su historia, tales como:
Gabi.
Gabriel es hermano y confidente de Aimé. Gabi es una persona alegre
y sencilla que aporta a la obra numerosas situaciones de humor. Es
gay y la relación existente entre ellos es tan fuerte, sincera y
especial, que es el hermano/a que todos quisiéramos tener.
Jaime.
Jaime es el típico niño guapo y calavera del que toda adolescente
se enamora en el instituto o en la carrera. Éste no siente ningún
tipo de empatía hacia nadie y la única persona importante en su
vida es él mismo.
Mario.
El amigo íntimo de Alasdair que pasa a ser también amigo de Aimé,
pero cuya fidelidad pertenece de forma inquebrantable a Alasdair.
Amalia.
Amiga íntima de Aimé durante los años de estudios en su ciudad
natal. Ella está locamente enamorada de Nicolás, hermano de Aimé.
María.
Madre de Aimé. Una mujer que ha vivido su vida dejándose llevar por
los acontecimientos que la rodeaban y que ve en su hija a esa heroína
que a ella, en secreto, le hubiera gustado ser.
Miguel.
Padre de Aimé, un hombre que si hubiera tenido que describirle mi
propio padre, habría dicho que Miguel Guerrero era un hombre de los
de palabra de honor sin necesidad de contrato escrito. Miguel fue
criado bajo estrictas normas de comportamiento, donde el padre es la
cabeza visible de una familia y como tal, se deben acatar sus órdenes
sin rechistar. El amor a su familia, finalmente, le hace plantearse
sus convicciones.
Payton.
Es un personaje con mucha fuerza en la novela. Y aunque aparece
prácticamente al final, está latente durante toda la obra. Payton
es un personaje que tiene vida propia y que se contará en otra
novela.
Davena,
hermana de Alasdair y al igual que Nicolás y Miguel, que son
hermanos de Aimé, aparecen con brevedad y no tienen la misma fuerza
que Payton.

A
lo largo de la novela, van apareciendo más personajes, pero sin el
peso de los anteriores, que realmente son los que viven y comparten
la historia de Aimé.