ANUNCIO
Delfos, visión de marzo.
Un
prodigio se presiente
por
santuarios y costas
que
sellan sus latitudes
en
las nostalgias, que afloran
cuando
la tarde, amanuense,
su
códice desempolva
para
descrifrar un vértigo
que
culmina con tu sombra.
Con
toda serenidad
las
lloviznas codiciosas
trazan
verbos en la tierra
como
arquitecto su obra.
¿Qué
corazón desvelado
ha
de apurar esta copa?
¿Qué
oleaje sin descanso
mi
ausencia invernal agota?
Sumérgeme
en el enigma
que
la borrasca custodia.
Revélame
los hallazgos
de
acrópolis prodigiosas.
Y
consuma el gran milagro
de
esta irrevocable diosa
cuya
estatua anuncia oráculos
que
acechan entre las olas.
Sosiego
me otorgarás
en
el trazo de tus notas;
las
que coronan mis párpados
y
en sus alas me retornan.
©
Abraham Ferreira Khalil