Son
Aymara
De
la nada nace, del fulgor del blanco de la hoja, abisal la palabra se
despeña en los orígenes hasta dibujar sobre la hoja los signos del
aire o los sonidos de la piedra, quieta en su quietud de siglos. En
el albo papel, en su candor la letra va inundando la hoja hasta
subvertirla: «Subversiva es la hoja donde la palabra cree asentarse;
subversiva es la palabra donde la hoja se abre a su blancura»
(E.Jabès). Estas son algunas de la señas de identidad, los mimbres
de esta poética tan alejada de modas y mercados, original y
mistérica al mismo tiempo, poesía luminosa, que bebe de la más
grande tradición lírica española para transformarse, trascendida
ya, en voz única y polifónica, honda, astral, hasta crear un
verdadero, mágico y particular universo poético. En este libro
hallamos al poeta en esencia, alma luz que alumbra la palabra en un
vuelo hacia la infinitud de lo finito y que conquista el espacio y el
tiempo con su voz abarcadora y precisa, abrasadoramente humana. El
poemario conforma un corpus en sí mismo, una manera de pensar el
mundo, de vivirlo y sentirlo en toda su plenitud. No hay fingimiento
alguno, sólo verdad, esa que el poeta modela con la arcilla del
tiempo entre sus manos, en la soledad de los días y un continuo
abismarse en un mar pleno de silencios, de vida. Dijo el novelista,
poeta y crítico literario ya desaparecido Juan Manuel González: «El
verdadero poeta escribe al dictado de su ser interior, siguiendo la
voz de una dimensión que intuye siempre, y que en muy pocos
instantes conoce a través del misterio acunado fuera de la lógica y
la razón poética». Y así es. Alfonso Berlanga interioriza, ahonda
en la oscuridad de la luz, escarba la tierra hasta encontrar la raíz
del ser de las cosas, de lo humanamente misterioso o desconocido;
viaja al espacio sideral y esculpe el lenguaje con tanto esmero y
natural afán que el lector verá fluir un discurso poético tan
extraordinariamente rico como deslumbrador. Es la “oquedad paceña”
la que ilumina los actos del poeta, la ciudad de La Paz convertida
así en sujeto poético, de tal manera que, consciente o no, Berlanga
inicia su andadura, camina hacia un lugar recóndito y lejano,
inexplorado aún pero sentido, imaginado, motivo por el que toma
suyas las palabras del poeta Cavafis cuando dice: «Iré a otra
tierra, hacia otro mar, y una ciudad mejor con certeza hallaré…».
En su maleta lleva a buen recaudo el legado de la más grande
tradición poética española y la certeza de que la riqueza
lingüística de una lengua o habla común hará posible todo lo
demás. De un sur bañado por el Mediterráneo al lejano sur del
Altiplano americano, de las cordilleras y las llanuras amazónicas.
Hasta la altura de lo inaccesible la palabra asciende lumínica para
descender luego a la realidad imaginada de lo material y cercano,
capaz de hacer aflorar en el poeta la voz de todos los silencios
vividos. Alfonso Berlanga nos muestra una ciudad de La Paz única y
diversa a la vez, detenida en el tiempo de su propia existencia, de
su vital cotidianidad, en la cual sus gentes y paisaje se
entremezclan en una suerte de alquimia tan original como
extravagante. La fuerza de este libro se halla no sólo en los
variados recursos literarios empleados, sino en la esencialidad misma
del estilo, en el uso de un lenguaje tan rico como variado, pues los
referentes de carácter cultural, como también del léxico propio
del habla boliviana aportan singularidad y una extraordinaria riqueza
a la lengua de Cervantes y al texto poético en sí mismo. Viviremos
La Paz como la ha vivido el poeta, pues en ella está su alma entera,
la luz de la palabra, solidaria y humanamente plena. Seremos también
parte de la familia boliviana en su conjunto, de los lugares y de las
tradiciones y costumbres ancestrales que el pueblo no ha querido
dejar en el olvido.
Todo ello con la brillantez propia de un poeta
cuya experiencia vital siempre estuvo impregnada por la literatura,
por la palabra poética. Creo no equivocarme si afirmo que, de todos
los poemas incluidos en este libro, incluso de todos los versos que
conforman cada poema, uno solo resume el conjunto, o si se prefiere,
uno solo es la clave de este libro, y que como una letanía
inacabable se repite una y otra vez hasta ser como la sangre que
corre por las venas o como las aguas cristalinas de un río que cae
en torrencial cascada y sólo el aire escucha su nombre: «son
aymara…, son aymará». El resto está en descubrir los secretos,
aprehender de lo escrito, interiorizarlo y repetir incansablemente el
eco de esa voz como un temblor capaz de estallarnos en los ojos y
oídos como única verdad, la verdad poética de Alfonso Berlanga.
Son aymara, pues, nos invita a recorrer el camino de esa
esencialidad poética, sin máscara ni disfraz alguno, encarando la
realidad para transformarla trascendida ya en la palabra justa y
necesaria, hasta alcanzar la más alta cima del sueño en el silencio
ensordecedor de Tiahuanaku, un lugar tan sagrado como fieramente
humano. Con este poemario sentirán sin duda la abarcadora “oquedad
paceña” y en cada verso una sacudida electrizante, el fulgor de la
palabra poética, nacida a borbotones, nutricia y polifónica de su
autor, Alfonso Berlanga.
Título:
Son aymara
Autor:
Alfonso Berlanga
Edita:
Alhulia (Salobreña, Granada, 2017)
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