SALÓN
DE LECTURA ___________________________ José Antonio
Santano
TRADUCCIÓN
DEL SILENCIO
Abrir
las páginas de un libro es siempre un acto de amor indescriptible.
Abrir las páginas de un libro de amor es abismarse en la frondosidad
del silencio. El silencio del amor es como un mar inmenso e infinito.
Por eso el amor es el motor del mundo, no hay nada que pueda con el
amor, ni siquiera la muerte. Cuando la muerte se interpone y deja a
los amantes en el dolor de la ausencia, la vida es un calvario, la
oscuridad plena, el precipicio que invita a la caída, como si el
mundo no existiera ya, solo sus cenizas, y sin embargo, el amor
renace como un Ave Fénix. Abrir las páginas de un libro de amor es,
entonces, como hallar un oasis en el desierto, el mejor bálsamo
posible, pura razón de la existencia. Uno de esos libros es, sin
duda, “Traducción del silencio”, de Trinidad Ruiz Marcellán
(Zaragoza, 1950), poeta honda donde las halla y perseverante editora,
responsable desde el año 1979 de “Olifante. Ediciones de Poesía”.
Nace “Traducción del silencio” como consecuencia de la muerte de
Marcelo Reyes, compañero de vida de la poeta. Después de dos años
de habitar el más absoluto silencio, de conversar con él día y
noche, de odiarlo y amarlo al mismo tiempo, de bucear en la oscuridad
hasta la extenuación, en un delirio incomprensible, de caminar sin
orden ni concierto; después de haber volado hasta la más alta
montaña y haber rozado los bordes dorados de la luna, de sentir la
quemazón de la ausencia definitiva, de amamantar el desconsuelo y la
desesperación o precipitarse en la más honda y triste soledad, Ruiz
Marcellán, refugiada en la escritura, acierta al comprender de que
es posible renacer a la vida después del último y aterrador
silencio, de que la luz puede iluminar tanta oscuridad y que para
ello no hay mejor remedio que regresar al origen del propio silencio,
entenderlo, asistirlo, dialogar con él, recrearlo mediante la
palabra, interpretarlo, traducirlo al fin. Ya en el prólogo el
también poeta Luis Alberto de Cuenca dice: «La escritura mitiga los
efectos devastadores de la muerte. Se transforma en un grito que
consigue emerger de la soledad y vencer al silencio.
Un grito que, en
el caso de este libro de Trinidad Ruiz Marcellán, no sobrecoge ni
aterroriza, sino que conduce a la calma y suscita el sosiego. La
calma y el sosiego que reinan en el país del recuerdo, allí donde
las llagas en el alma que produce el dolor comienzan a cicatrizarse».
Y así es o así nos lo parece, porque este libro es un libro de
vida, de la victoria siempre del amor en su entrega pura y generosa.
Bien lo sabe la mujer y la poeta que vive en Trinidad Ruiz Marcellán,
y lo sabe el paisaje del Moncayo, los pobladores de Litago y los
árboles y pájaros, la tierra entera. Ya lo dijo el también poeta y
gran amigo de Trinidad, Ángel Guinda: «Ya no hablo otra lengua que
no sea el silencio». Y esto mismo ocurre con la lengua que habla y
escribe Ruiz Marcellán.
Ella ha querido, deseado amorosamente,
adentrarse en la mismísima médula del silencio para crear un
universo nuevo, distinto, de una belleza inconmensurable y de una
extraordinaria hondura. Del silencio a aprehendido y de él ha nacido
la esperanza. La poética del silencio que anida en este libro
esencial es la huella indeleble del recuerdo, del amado ausente, y al
mismo tiempo la vida en toda su grandeza y honestidad. Versos que
beben de la tierra y el agua, del vuelo del pájaro en su descenso
delirante a la planicie; versos que resplandecen los sentidos y
desbordan la emoción: «Verás cómo crece / la mimosa de Tasmania /
que da sombra a tu ventana. // Entre las dos te auparemos /
sujetando tus vértebras rotas / y desplazadas a otro mundo. // Amor
más poderoso que la vida». “Traducción del silencio” contiene
la esencia de la palabra poética de Trinidad Ruiz Marcellán, la
brevedad de sus versos, en esa especie de golpe seco, contundente y
único, que nos alerta y nos asombra, nos seduce y abisma, distingue
su personalísima voz.
El silencio que nos muestra en toda su
magnitud no es sino su propio silencio, aquel al que un día se vio
sometida y del que aprendió a sentir y vivir como otros muchos
silencios que habitaban la casa y la montaña: «Cumbre / del
Moncayo. // Recomenzar». Versos como hilos de seda que van tejiendo
cada instante de vida, a la que se aferra ya sin remisión, pues en
ella habita toda la esperanza de saberse amada aún después del
silencio y haber amado aún después de la muerte. Abrir las páginas
de este libro es como iniciar un vuelo a lo desconocido, a los
misterios de la vida o como respirar el aire puro de las altas
cumbres. La verdad poética de Trinidad Ruiz Marcellán resplandece
en cada una de las páginas de este pequeño gran libro, una joya
literaria que no dejará impasible a lector alguno, porque en él se
halla el silencio en todas sus formas y sentires. “Traducción del
silencio” nos devuelve la esperanza en el ser humano para cambiar
la vida y para creer en ella, y por eso la poeta se pregunta: «¿Para
quién / vivir? // Silencio. / Vacío. // ¡Para la vida!». Poesía
del silencio y para la vida, pura poesía la de Trinidad Ruiz
Marcellán.
Título:
Traducción del silencio
Autor:
Trinidad Ruiz Marcellán
Editorial:
Olifante (Tarazona,
2017)