ADRIANA ZAPPAROLI

2.- Adriana Zapparoli (Campinas - São Paulo - Brasil) es escritora, poeta y traductora. Ha realizado estudios de post-doctorado en la Universidad Estadual de Campinas (SP). Sus poemas han sido publicados en revistas de arte y literatura en diversos países. Es autora de los libros A FLOR DA ABISSÍNIA (versión bilingüe) en 2007; COCATRIZ en 2008; VIOLETA DE SOFIA en 2009; TÍLIAS E TULIPAS (versión bilingüe) en 2010, O LEÃO DE NEMÉIA en 2011; FLOR DE LÍRIO (versión bilingüe) en 2012, FLOR DE LÓTUS (versión bilingüe) en el año 2013, EL ORNITORRINCO NARANJA (2014), FLOR-CADÁVER, 2015 todos han sido editados por Lumme Editor (Bauru - SP). COMPOTA EM MANGABA por Edições Debalde (Portugal).



- una vida en preñez de posibilidades. una espera áspera que acecha. una arena árida de guijarros demasiadamente humana, de sensibilidad nómada. en protección diaria : el amor no nace o sobrevive. es una sombra sórdida que se colla a las entrelineas de las emociones y de los asombros naturales. una oscuridad metamorfoseándose en larva y pupa, lavando magmas de odio, para mariposas. sus capullos en cedros, espesos de hernias, sus mitades. sus contratiempos...y el cielo continúa en los tonos de los adulterios en una fosa de flora fósil en tiempos de lluvia y lindas mariposas.


- uma vida em prenhez de possibilidades. uma espera áspera que espreita. uma arena árida de seixos demasiadamente humana, de sensibilidade nômada, em proteção diária: o amor não nasce ou sobrevive. é uma sombra sórdida que cola nas entrelinhas das emoções e dos assombros naturais. um escuro metamorfoseando em larva e pupa, lavando magmas de ódio, para borboletas. seus casulos em cedros, espessos de hérnias, suas metades. seus contratempos ... e o céu continua nos tons dos adultérios em uma fossa de flora fóssil em tempos de chuva e lindas borboletas.

(orquídea e vasilisa, inédito)







- las piedras de los demonios envueltos en azúcar/ moldean su piel en pasado-remoto-oscuro, verde-gris./ entonces, venga mi amor,/ no tenga miedo./ lastimará sólo, y un poco, las crostas-escaras y las úlceras por decúbito... /... porque el amor tiene ojos verdes, es tatuado con flores y tiene una cicatriz en la fissura occipital del cráneo ...


- as pedras dos demônios envoltos em açúcar/ moldeiam sua pele em passado-remoto-escuro, verde-gris./ então, venha meu amor,/ não tenha medo./ lastimará só, e um pouco, as crostas-escaras e as úlceras por decúbito... /... porque o amor tem olhos verdes, é tatuado com flores e tem uma cicatriz na fissura occipital do crânio ...


(tulipanes negros, inédito)







animales comen el umbral situado en eco, en jardin, en axilas. hacen señal en triángulo o en pentagrama [en círculo son tan agrários de un verde bituminoso y monótono]; son rotos en escleróticas en ojos gris-tamarindos; son ojos de lémures de un ser ajeno; son patas y carne en tránsito, en carne [cúpula-limo] en su sentencia abisal: 


por el amor, ahora,
traducido en sus ojos
castaños ...

animais comem o umbral situado em eco, em jardim, em axilas. fazem sinal em triângulo ou em pentagrama [em círculo são tão agrários de um verde betuminoso e monótono]; são rotos em escleróticas em olhos gris-tamarindos; são olhos lêmures de um ser alienígena; são patas e carne em transito, em carne [cúpula-limo] em sua sentença abissal:

pelo amor, agora,

traduzido em seus olhos

castanhos ... 


(tulipanes negros, inédito)



--- les temía. los verdes - entre tanto - de los leones que estaban así desfrazados en peces-
vulgares... sus pequeños rostros rosados - desdichados - en los ojos sin párpados, tan poco incapaces de expresíon, asfálticos : 
y alejo... es un hombre y una imagen, ahora de piedra rosa, 


sin comunicacíon.


--- lhes temia. os verdes - entretanto - dos leões que estavam assim disfarçados em peixes-vulgares... seus rostos pequenos rosados - desgraçados – em olhos sem pálpebras, tão pouco incapazes de expressão, asfálticas: 
e alheio ...  é um homem, agora de pedra rosa, 

sem comunicação .

(tulipanes negros, inédito)






- mientras beso el león de nemea: 
leonella - conservada en el formol del vacío, bajo la mirada progámica de regiones tectónicas que lloran ... llora donde orquídeas blancas levitan... en aguas topacias, los truenos distantes son apenas las señales, en un piar triste, de un ave nocturna. sus monstruos, ramadijos pasivos, de Triphyophyllum, contenidas en las formas depresivas de los colores, alrededor de un vientre de melancolía en flor, del destino, pues ambiguo es luchar, por ahora, hablar con el dolor advenido del fondo de una víscera encogida. y siendo ella, cualquier víscera, acoplando lo oculto de las cosas, entre otras cosas, en otras dimensiones. es tarántula el dolor justa de las gambas y de las mamas de la leona amarrada por fibras de yute y guita, acompañando su gaita que grita en circunstancia ...
***
- enquanto beijo o leão de neméia:
leonella- conservada no formol do vazio, sob o olhar progâmico de regiões tectônicas que choram... chora onde orquídeas brancas levitam... em águas topázias, os trovões longínquos são a(s)penas os sinais, num piar triste, de uma ave noturna.os seus monstros, são armadilhas passivas, de triphyophyllum, contidas nas formas depressivas das cores, ao redor dum ventre de melancolia em flor, do destino, pois ambíguo é lutar, por ora, falar com a dor advinda do fundo duma víscera encolhida. e sendo ela, qualquer víscera, acoplando o oculto das coisas, entre outras coisas, em outras dimensões. é taranta a dor justa das coxas e das mamas da leoa amarrada por fibras de juta e guita, acompanhando a sua gaita que grita em circunstância...

(o leão de neméia, lumme editor, 2011)



avallon
de las espumas del cuerpo. de los cuentos. la mordida de govindadel. desnuda, describiera lo junto a la biografia de la pierna. en la ranura que divide el desbordar de la pupila.una fécula excesivamente adornada por la excitación, por el entendimiento que disimula, adentro…

avallon  
das espumas do corpo. dos contos. a mordida de g
ovindadele. desnuda, descrevera-o junto à biografia da perna. na ranhura que limita o transbordar da pupila.
uma fécula excessivamente ornada pelo excitamento, pelo entendimento que dissimula, dentro...

(a flor da abissínia, lumme editor, 2007)




en un fin de la tarde, para tulio son tulipanes
deduzco pájaros jilgueros de almendras chilenas, que sobrevuelan espacios, de canoros rubios (sì, ellos son otros pájaros). el cacahuate colorido sobre comida china que carga el libre-arbitrio en la movilidad de las cosas buenas y nuestro mivimientos peristálticos de otras...poesías, zurdos de libros, hilos a los pedazosen un circuito fechado dentro de esas conversaciones,en tubos galvanizados y dentro de las células, más allá de la ciudad de nieve.


em um fim de tarde, para túlio são tulipas
deduzo pássaros pintassilgados de amêndoa chilena, que sobrevoam espaços, de canoros rubiáceos [sim, eles são outros pássaros]. ou amendoim colorido sobre comida chinesa que carrega o livre-arbítrio na mobilidade das coisas boas, e nos movimentos peristálticos de outras... poesias, canhotos de livros, fios aos pedaços e um circuito fechado dentro dessas conversas, em tubos galvanizados e dentro das células, além da cidade de neve.

(tílias e tulipas , lumme editor, 2010)




el ornitorrinco naranja y el varanus komodoensis – dragón de kómodo

estado de conservación vulnerable el varanus sauropsida - hombre
hembra que miraba el ornitorrinco naranja con recelo-macho: una bestia y sus cariños.

dragones son dóciles … hombres. el dragón endémico de la isla de flores y tan lagarto y tan emboscada y tan estado salvaje. la puesta de huevos hembras-machos-hombres – son 60 dientes serrados, que cambian a menudo hasta centímetros de largo. su saliva manchada de sangre y  una lengua amarilla-bifurcada. se les ha observado asustando ciervas-hombres embarazadas con la intención de que aborten los restos del feto-macho… hombres-hembras-machos… y de pie sobre sus patas traseras tienden emboscadas-hembras, arrancando grandes trozos de carne de sus presas-hembras-hombres-machos y tragándoselos enteros mientras sujetan el cadáver …hombres-hembras… la saliva roja lubrica la comida, embistiendo el cadáver contra un árbol para forzarlo a bajar por la garganta, hembras, y regurgita una masa de cuernos-machos-hombres, cabello-hembra y dientes cubiertos de una mucosidad maloliente: hembras-machos en una pelota gástrica …– y con recelo se frota la cara en la extraña apariencia el hombre-hembra de este mamífero macho-ovíparo, venenoso-hombre, con hocico en forma de pico de pato-hembra, cola de castor-hombre y patas-machos anaranjadas ... hembra-hombre que las emplea para propulsarse, para maniobrar en el água-hombre, en un área biogeográfica-hembra y hábitats y climas-machos ... cismas-miedo-machos a las cosas simples. miedo-cisma rarito-hombre-hembra ... porque el temor tiene los ojos negros y patas anaranjadas y el amor es macho-hembra-hombre... hecho una bestia de cariño y amor hombre-hembra.macho.

o ornitorrinco laranja e o varanus komodoensis – dragão de kômodo
estado de conservação vunerável o varanus sauropsida - homem
fêmea que olhava o ornitorrinco laranja com receio-macho: uma besta e seus carinhos.
dragões são dóceis … homens. o dragão endêmico da ilha de flores e tão lagarto e tão emboscada e tão estado selvagem. a postura de ovos fêmas-machos-homens – são 60 dentes serrilhados, que mudam para miúdos até centímetros de comprimento. sua saliva manchada de sangue e  uma língua amarela-bifurcada. se há observado assustando cervas-homens grávidas com a intenção de que abortem os restos do feto-macho… homens-fêmeas-machos… e em pé sobre suas patas traseiras tendem emboscadas-fêmeas, arrancando grandes pedaços de carne de sus presas-fêmeas-homens-machos e tragando-lhes enteiros enquanto seguram o cadáver …homens-fêmeas… a saliva vermelha lubrifica a comida, batendo o cadáver contra uma arvore para forçá-lo a baixar pela garganta, fêmeas, e regurgita uma massa de cornos-machos-homens, cabelo-fêmea e dentes cobertos de uma mucosidade mal cheirosa: fêmeas-machos em uma bola gástrica …  e com receio roça a cara na estranha aparência o homem-fêmeas desse mamífero macho-ovíparo, venenoso-homem, com focinho em forma de bico de pato-fêmea, cauda de castor-homem e patas-machos alaranjadas ... fêmea-homem que as usa para propulsar-se, para manobrar na água-homem, em uma área biogeográfica-fêmea e habitats e climas-machos ... cismas-medo-machos às coisas simples. medo-cisma esquisito-homem-fêmea ... porque o temor tem os olhos negros e patas alaranjadas y o amor é macho-fêmea-homem... feito uma besta de carinho e amor homem-fêmea. macho.

( el ornitorrinco naranja, lumme editor, 2014)



ALEYDA QUEVEDO ROJAS

 Aleyda Quevedo Rojas. 



Poeta, periodista, ensayista y gestora cultural (Quito, Ecuador, 1972). Ha publicado los libros de poesía: ‘Cambio en los climas del corazón’, 1989; ‘La actitud del fuego’, 1994; ‘Algunas rosas verdes’, 1996; ‘Espacio vacío’, 2001 y 2008; ‘Soy mi cuerpo’, 2006; ‘Dos encendidos’, 2008 y 2010; ‘La otra, la misma de Dios’, 2011; ‘Jardín de dagas’, 2014 y 2015; y las antologías que reúnen parte de su poesía bajo los títulos: Música Oscura, (2004) Amanecer de Fiebre (2011) y El cielo de mi cuerpo, (2014) que aparecieron en Almería, Guayaquil y La Habana, respectivamente. Obtuvo el Premio Nacional de Poesía “Jorge Carrera Andrade” en 1996. Ha representado a su país en los más importantes encuentros y festivales internacionales de escritores en España, México, Argentina, Colombia, Nicaragua, Puerto Rico, Perú, República Dominicana, Venezuela, Francia, Cuba, Chile y Brasil. Ha sido curadora de las antologías literarias: “13 poetas ecuatorianos”; Mordiendo el frío y otros poemas” del poeta Edwin Madrid; “Hacer el amor (humor) es difícil pero se aprende” del escritor Fernando Iwasaki. Es coordinadora editorial del sello independiente Ediciones de la Línea Imaginaria que tiene en su catálogo 28 volúmenes de poesía Latinoamericana. Colabora con revistas de cultura y literatura de Ecuador. Ha sido traducida al francés, inglés, hebreo, portugués e italiano. Mantiene un libro inédito.



22 poemas
Cortadas a media noche,
las flores de verano iluminan la habitación del hotel.
Las de color naranja excitan
hasta afectar,
en esa zona que las mujeres confunden con:
Deseo,
desgarro,
defectos.
Las flores fucsia y las excesivamente moradas
distraen y llegan a enervar.
Pero estoy húmeda,
lista para la noche en este hotel del mundo.
Piso un jardín de intimidades.
A las ramas verdes del follaje,
las chupo una por una.
Y la clorofila aceitada me va dejando,
las ganas de ir hasta el fondo.
Mas lo que hago antes de dormir
es leer los poemas de Szymborska.



Nunca las vi detenidamente ­―aunque siempre estuvieron―
y son las mismas a pesar de haber mudado de pétalos.
Jamás es la misma flor luego del granizo.
Algo modifica sus ojos secos y el destello del cáliz,
tan misteriosamente dispuestas en el mismo jardín.
Sus cuerpos me hablan cuando preparo mi daga
cortes exactos―.
Algo que congele la belleza de la pasiflora o el romerito negro.



Limón perfumado

Soy mi cuerpo
atrapado por partículas
de otros cuerpos

Cuerpo
que enjabono en el mar
reconociendo suciedades
y miedos

Miedos míos
enjuagados con
el agua que todo lo cura
la sal de mi sudor
los celos bien guardados
los dulces jugos
y de nuevo el agua
que me concede
un cuerpo nuevo cada día

Cuerpo fresco
tendido en la cama
como limón al filo
de la ventana

Y el sol quemando
el vidrio
la madera
el limón
perfumado y desnudo
de la ventana que soy

¿Sé quién soy?
me miro
en el largo espejo del baño
tengo 33 años
nunca estuve tremendamente sola
abandono de perras
que te marca y deja sin curiosidades

Lloro y mis piernas blancas
se vuelven negrura profunda
que bloquea los sentidos

Quién es mi cuerpo
puede afrontar sus propias
desgracias
incluso las más asfixiantes horas
ansiedad
falta de ti
horas cuando me fundo con un monstruo
que conozco bien
Cuerpo mío
pólvoracielo
intenso estallido
de lámparas que filtran tu claridad
sobre mi pecho

Soy este cuerpo mío.


Centrífuga


¡Oh Señor! concédeme
el don de callar a tiempo
y así llegar
a mis máximos estruendos
sin el más mínimo sonido.



Arrodillada yo


Pongo las manos
al Hermano Gregorio
él es mi intermediario


Centrípeta
llena de mí
riñones
uréter
vejiga
me entrego a la más honda fe.


Ventana


Todo en tu mente
es el cuerpo me dice Robert Creeley


La piel campo de batalla
los ojos un bosque extenso
y a partir del sentimiento una punzada
al corazón de cuando niña


La serpiente de la enfermedad
rasgando tus tejidos

Las costillas desdoblándose para escribir
sobre plantas e hijas bienamadas

Felicidad alcanzada por instantes
Con forma de un hombre de manos tibias
que retiene tus senos como pájaros blancos

Un río místico
ancho imantado y turbio que llega a ser etéreo
intentando salvarte a ti misma
pero regresa a tu cuerpo que es tu mente
y a partir de allí construye tu vejez en ese río.



Aparición

Me abandono a la virgen


Tomo sus manos de porcelana
y las llevo suavemente hacia mí


Hasta quemar con su frío mi piel
Ahora que ellos me tienen
en sus tentáculos de acero
reescribiendo mi destino 
Me abandono desnuda
a ese manto que he mirado desde niña.



TODAVÍA NO APRENDO A DISTINGUIR
el vértice donde se topan
la realidad y los sentimientos que soñamos.
Lo mismo me pasa,
cuando intento guiar la hiedra.
Esa liviana planta que tanto afecta
el muro de mi (tu) soledad.
Plantas y sentimientos bizarros
que me atraen, y poco logro entender.
Excepto la sobriedad de la hiedra,
están las plantas inflamadas del jardín:
lirios de sangre blanca,
farol chino que aprisiona deseos,
y la menta, húmeda calma que le da sentido
a mis otros sueños, donde no hay confusión,
y me es posible suspirar,
para empezar el nuevo día.




ME ARRODILLO ANTE EL ROSTRO DEL AMOR

en el fondo del pozo,
justo en su vórtice
oliendo la oscuridad.
Lamiéndome como gacela perdida
que conoce el punto exacto del dolor.
No me he separado de mí misma,
estoy en el fondo del pozo,
conociendo las heridas de amor,
perfectamente adheridas al cuerpo.




ARRANCO TODAS LAS FLORES DE MI CUERPO
para ofrecértelas, Señor.
Allá voy, más desnuda sin las diminutas flores
del torso, más desvestida que nunca
sin las dalias que crecían en mi espalda.
Voy saltando las piedras ciegas de la desdicha
y el viento me ayuda a alcanzar la arena.
Señor de las Angustias, todopoderoso mío,
me despojo incluso de la flor pasionaria
y de la corona de heliconias que adorna mi pubis.
Desnudísima, para entregarme a ti,
sin los lirios de la nuca o los girasoles de las nalgas,
pulcra, tal vez insondable isla de misterios
Y no más rosas, ni margaritas, ni violetas
encandiladas en mis senos.
Limpia estoy, vuelta promesa.
Brillante y sola para entregarme a ti
sin las astromelias del sexo,
sin la flor azul del corazón.



¡SEÑOR!, NO ME ABANDONES
en arenas de almas en movimiento.
Guárdame de la locura y de los gusanos de pus.
Mírame, soy la misma de los excesos,
la otra que te mandaba mensajes desde el salitre.
Líbrame de todo mal
y de su amor que llevo con cuchillos entre las piernas,
de mis desbordadas maneras de buscarlo
en la oscuridad profunda del mar,
de las acciones de libertad obsesivas.
Líbrame de mí misma, Señor.
Nada queda ya de la niña que fui
ni rezos, ni incienso,
quizá apenas el mismo brillo en los ojos.
No me abandones todopoderoso mío
ahora que el sexo lo tengo
justo a la altura del corazón
y recorro sábanas de arena
peinada con una corona de espinas verdes.



AGUIJÓN


Una caja
encierra siete escorpiones


La destapo con mis manos frías


Grabo en la retina sus cuerpos negros
y el aguijón dispuesto como una interrogante


Siento el poder de su pregunta
atrapada por el miedo y la belleza.



MÚSICA JAPONESA


¡Ah! de las horribles pasiones que recorren mi cuerpo
insoportables cuando los ojos de otros miran


En nombre del Señor, el más poderoso
voy hacia el despeñadero de cuerpos desconocidos
que me aman y emocionan


Señor, no me abandones en arenas
de almas en movimiento
soy tuya
camino descalza y pulcra en mitad del desierto
preparada para el goce o la muerte


Más allá de la seducción
guía mis pasos en el amor.



LA NOCHE BLANCA




En un inmenso hospital
un cuerpo vestido de espinas


Soy virtualmente la virgen del desierto
estampa desmayada sobre el miedo


Nada más yo
con las manos llenas de clavos calientes
caminando descalza entre las dunas


Un inmenso hospital es un desierto blanco


De mi boca sale el mensaje divino
pero aquí nadie me oye.



POEMA DE CAVAFIS



Despacio
sueltas tu calor
Tu lengua
ejerce la función
para la que fue creada
y cumples con el acto
de volverme animal sensible
tan parecido
al poema infinito
que escribiera Cavafis.



ALGUNAS ROSAS VERDES


Esta mujer de hechizos
de mentiras y
yeso
teje las medias
más cálidas
para el día
de su muerte
Una cruz
una caja de madera
algunas rosas verdes
esperan por ella


No hay temor
a la muerte


Solo pido
sea justa.



VIRIL VIDRIO

Aún hierve el vidrio
en mi boca
la lengua indefensa
te busca
cristal fatídico

Destrozaste
mis labios
transparencia sin remplazo.



HAI-KAI DE LOS PÁJAROS


Cuidaré tus pájaros
pero me niego
a hacer el amor en la jaula.



TIGRES EN LA HABITACIÓN


Un mundo de agua
me recorre como navaja
igual que tu insurrecto cuerpo
cuando me hace arder
y los tigres aparecen en la habitación
al acecho de la carne
Qué necesaria
es esta navaja
que aún cuando no estoy desnuda
me humedece.



¡Oh, Señor de la Poesía!
que tu ardor inflame mis metáforas.
Como los tulipanes que decoran
mi vientre ya cansado.
Ven a mí con tu manto de palabras elásticas
para cantar a los pobres de la tierra.
No soy la única que siente tu presencia.
Estás en los versos al mar y en las perras
rosadas de los prados.
En los poemas a las montañas y a la noche cubierta de helechos.
Pienso en los poetas y sus cuchillos.
En sus versos y suicidios por tu ardor, Señor.
La soledad es mi regalo.
La absoluta soledad de una acuariana mujer.
¡Y esa daga brillante del jardín de mi muerte
también es tuya, mi Señor!



El arte de perder ―ya profundizó Bishop―:
Casas, amigos, países, amores, libros, viajes…
Hasta que un día miras sin reconocerte en los
difusos bordes de la que fuiste.



¡Oh, Señor de la Poesía!
que tu ardor inflame mis metáforas.
Como los tulipanes que decoran
mi vientre ya cansado.
Ven a mí con tu manto de palabras elásticas
para cantar a los pobres de la tierra.
No soy la única que siente tu presencia.
Estás en los versos al mar y en las perras
rosadas de los prados.
En los poemas a las montañas y a la noche cubierta de helechos.
Pienso en los poetas y sus cuchillos.
En sus versos y suicidios por tu ardor, Señor.
La soledad es mi regalo.
La absoluta soledad de una acuariana mujer.
¡Y esa daga brillante del jardín de mi muerte

también es tuya, mi Señor!