Mostrando entradas con la etiqueta Estación Sur. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Estación Sur. Mostrar todas las entradas

Los intocables. Estación Sur

      No sé si se acordarán, amigos lectores, de una serie de televisión denominada así: «Los intocables», producción norteamericana emitida por TVE allá por los años 60, y protagonizada por Robert Snack, en el papel de Eliot Ness, agente incorruptible, al igual que sus compañeros. En este caso de «Los intocables» eran los policías quienes luchaban incansablemente contra la mafia y el crimen organizado. Ahora, en estos tiempos de tremenda crisis, se han cambiado las tornas, y quienes realmente deberían protegernos de los actos delictivos son los que propician estos actos.
«Los intocables» son, después de más de treinta años de democracia, una sola y única casta: la política. Todos los que viven de la política, sin exclusión de ningún tipo. Ellos, los políticos, por desgracia, son nuestro verdadero problema, nuestro más grande tormento, la primera y única causa de esta crisis que amenaza con la destrucción total de los derechos fundamentales de los ciudadanos. La política española se ha instalado en la mentira y el pensamiento único para arruinarnos la vida. No se puede entender, bajo ningún concepto, que se atente contra la libertad de expresión de forma tan reiterada, contra las leyes y el sentido común, y sigan siendo «intocables» quienes así actúan.
La lista de acciones llevadas a cabo por estos políticos irresponsables, prepotentes e insolidarios sería interminable. Las más altas instituciones, la Constitución como norma de normas y el Estado no sirven ya, no son referentes de nada, pero al mismo tiempo nada se quiere cambiar, y ellos, los políticos, en su afortunada realidad, quieren seguir siendo «Los intocables»: aforados, para ralentizar o eludir la ley, benefactores de privilegios (pensiones, seguridad social, etc.), pluriempleados (consejeros de empresas, registros de la propiedad, organizaciones políticas, conferenciantes, etc.); ¿qué les diferencia del resto de los españoles?, ¿acaso están hechos de otro material distinto? Ellos legislan y ejecutan las leyes y detentan el poder absoluto, pero para beneficio propio, mientras exigen sacrificio a sus conciudadanos para salir de esta crisis.
Ninguno propone equidad y justicia, la aniquilación definitiva de las diferencias y los desequilibrios, de los privilegios y, sobre todo, de la corrupción. Pues, si no, amigos lectores, ¿de qué iban a vivir ellos?, ¿cómo iban a hacerlo con sus profesiones de antaño, en el caso de tenerlas, ellos, «Los intocables»?
  Para DIARIO DE ALMERÍA.

Publicaciones. Estación Sur


 PUBLICACIONES. INSTITUTO DE ESTUDIOS ALMERIENSES
 
Hace unos días, en ese afán de acceder a las novedades editoriales, vengan de donde vengan, el Instituto de Estudios Almerienses (IEA) me hacía llegar sus últimos títulos publicados. Hay que decir que la temática contenida en cada uno de esos libros es de lo más variada, desde narrativa para adultos e infantil, etnografía y cultura popular, pasando por varios ensayos sobre autores indalianos, guías o poesía. La autoría editorial, como digo, pertenece al IEA, que diversifica así tanto los temas como las colecciones.



<<Somontín.Crónicas e historias de otros tiempos>>, de Baldomero Oliver Navarro nos invita a realizar un viaje al pasado, y así evoca las riquezas naturales de la Sierra de Somontín (extracción de talco o jaboncillo, el esparto, etc.), detalla la emigración de antes de la guerra, nos acerca al mundo del estraperlo y el bandolerismo, nos habla de los juegos, de las fiestas o de las bandas de música. Un libro que, sin entrar en otras cuestiones, nos descubre algunas claves de la cultura popular.



Sorprende <<La parsimonia del corazón>>, de José Carlos Castaño Muñoz, con esos cuentos y recuentos de Padules que nos presenta a través de los personajes (gentes del pueblo) seleccionados, con un discurso cercano al reportaje intimista y en el que cada historia individual se convierte en la colectiva de todo un pueblo.



Respecto a la guía en cuestión <<Toros>>, autoría y coordinación de Antonio Sevillano, sobran las palabras. Dicha guía es continuación de las anteriores y sabemos de su magnífica edición. No obstante, y aunque sea el mundo del toro un tema polémico en los últimos tiempos, el resultado final es encomiable.



Dos indalianos ocupan la atención de María Dolores Durán Díaz: <<Siguiendo los pasos de Luis Cañadas en Almería>> y <<Antonio López Díaz. Un indaliano entre pinturas y esculturas>>, que nos aproximan, deseo de su autora, a la vida y obra de estos dos reconocidos artistas almerienses.



<<Urcitania, Reino del Sol>> es la apuesta de la escritora Concha Castro: un viaje que nos adentra en el conocimiento de la historia de Almería, con un lenguaje atractivo, fácil y adecuado para los más pequeños.



Y, finalmente, el poemario <<Los demás días>>, de Antonio García Soler, un texto sólido, apasionado, donde los silencios juegan un papel excepcional. De él hablaremos más detalladamente en otra ocasión. 

publicado en el  DIARIO DE ALMERÍA. ESTACIÓN SUR. Viernes, 25 octubre, 2013

Secuestrados. Estación Sur


SECUESTRADOS

La verdad es que no hay motivos fehacientes para preocuparnos por la marcha del país. Las cosas están saliendo a pedir de boca. Los presupuestos del Estado, elaborados por el inefable y súper ministro Montoro, tildados a bombo y platillo como los de la “recuperación” nos salvarán a todos, y tendremos que callar cuanto hemos dicho hasta ahora. Rajoy es nuestro presidente, el mejor presidente que España ha tenido en estos ya treinta y cinco años de democracia, y ahí están las hemerotecas. Rajoy perseverante, luchador, hasta que ha conseguido su primer objetivo, ser presidente del Gobierno de España; su segundo objetivo, acabar con el paro, y en poco tiempo lo veremos también cumplido, si ahora son 700 mil españoles los emigrados a otros países, en unos años ni un parado. ¡No digan que no es eficiente nuestro presidente! Se lo propuso y lo fue.

Quiso ser presidente por encima de todo y de todos, y ahí está, tan majo, y siempre con la verdad por delante, cumpliendo sus promesas electorales, como mandan los cánones y él, que para eso es el presidente de su partido. Rajoy, el honesto y honrado, aunque le haya salido una oveja negra llamado Bárcenas, ¡qué cosas piensan algunos!, ¿acaso no sucede esto mismo en las mejores familias?; él no tiene la culpa, y, además, no se enteraba de nada, concentrado como estaba en ser Presidente del Gobierno, y tampoco, total, por unos cuantos euros de más después de jornadas interminables de mítines y discursos, de viajes y comidas y cenas y desayunos de trabajo. ¡Qué poca consideración hay en este país para los verdaderos mártires de la patria! ¿No es suficiente con el desvelo de noches enteras pensando en cómo mejorar la sanidad, la educación, la dependencia, la fiscalidad, las pensiones, las infraestructuras, el I + D, las nuevas tecnologías, el transporte, las exportaciones, la industria, el turismo, etc., etc.? ¡Qué inconscientes somos! Tampoco ha transcurrido tanto tiempo desde su toma de posesión como presidente, confiemos en su indiscutible preparación y competencia. 
 
De verdad que no es para tanto. Hay que ser pacientes, y esperar un poco más, estoy seguro que de aquí a unos añitos, se arreglará todo y viviremos felices y nos acordaremos siempre del mejor de los presidentes. Al fin de cuentas, Rajoy, nuestro campechano Mariano, solo ha secuestrado la voluntad popular. Estamos secuestrados, sí, pero vivos aún, gracias a Dios.

Sin levantar cabeza. Estación Sur

SIN LEVANTAR CABEZA

DIARIO ALMERIA (Viernes, 13/09/2013)

 
 No sé a que viene tanto revuelo por el préstamo del rey don Juan Carlos I a su hija Cristina y su esposo Urdangarín. Es normal que los padres ayuden a los hijos, y él, el rey de España, es también padre, padre preocupado como lo están el resto de los padres de España porque sus hijos tengan una vivienda digna donde habitar y criar así a sus hijos, que serán a su vez los nietos. Que don Juan Carlos haya prestado 1,2 millones de euros a su hija y a su yerno está dentro de la lógica más apabullante. ¿No hacen lo mismo el resto de los padres de esta España nuestra?

Don Juan Carlos solo quería que su hija no viviera en un pisillo de mala muerte, de 300 metros cuadrados, cuando ella había estado acostumbrada a vivir en palacio. Eso es todo. Es simple y llanamente la preocupación de un buen padre por ayudar a su hija a vivir dignamente, es decir, en una vivienda acorde con su realengo, el palacete de Pedralbes, como así se le conoce, valorado en unos 9 millones de euros. ¿Qué es eso, comparado con la inmensidad del océano? Peccata minuta. Don Juan Carlos, ante todo, es padre y, como padre, no puede abandonar a sus hijos, no puede permitir que vivan en un pisillo de 300 metros cuadrados, ¿dónde se alojaría él cuando fuese a visitar a los nietos?

La verdad es que no es para tanto. Bien pensado el rey ha hecho lo que cualquier padre hace con sus hijos: prestarle su apoyo y comprensión, y si ese apoyo y comprensión se llama 1,2 millones de euros, no tiene la mayor importancia.

¿Qué ocurrirá ahora, cuando su hija Cristina se vaya a vivir a Suiza (¿casualidad?) y el pisito le quede pequeño? Lo lógico será que su padre, el rey, vuelva a prestarle dinero, lo normal en cualquier familia de bien. Lo único que ya no cuadra tanto es que después de tanta tinta vertida sobre los tejemanejes de su marido, Urdangarín, lo verdaderamente escandaloso es que tengamos que pagar los españoles 400.000 euros por la seguridad de la infanta Cristina en tierras de bancos y fortunas ocultas. ¿Por qué no corren a cargo de la Caixa, entidad que contrata sus servicios, todos los gastos que genere la infanta?

Lo peor de todo esto es que, al final, siempre pagan los mismos, los de siempre, los ciudadanos de a pie, y entre tanto pillaje, venga de donde venga, sea de los banqueros, la realeza, los políticos, etc, etc, no vamos a levantar la cabeza nunca.

Codicia e ignorancia. Estación Sur

         
RESULTA sorprendente comprobar que a mayor cúmulo de errores y mentiras del partido político en el gobierno de España, mayor resignación mostramos los españoles. Nadie mueve un dedo, como si nos hubiesen pegado con un potente adherente, y nuestros músculos y huesos no pudieran responder a estímulo alguno. Nuestros gobernantes, en las postrimerías de las vacaciones, vuelven a sus puestos como si aquí no hubiera pasada nada: como si las decisiones tomadas con anterioridad no afectaran a la sociedad, tampoco las que están por determinar, sin ningún tipo de escrúpulo ni vergüenza, contra sus conciudadanos. Nada les hará cambiar de estrategias políticas, continuarán con los recortes, asfixiarán cada día más a los ciudadanos con subidas de luz, agua, gas, etc.; abolirán la educación y la sanidad públicas, reiteraran sus mentiras ante la ciudadanía y los jueces, y culparán de todo lo que está pasando a los demás, que han vivido por encima de sus posibilidades, sin que se les caiga la cara de vergüenza por todos los sobresueldos cobrados, por la financiación ilegal de su partido, por la contabilidad B y por tantas y tantas otras cosas que no conocemos y, posiblemente, no lleguemos a conocer. 

Vivimos en un país arruinado en el corto tiempo de dos escasos años y nuestros gobernantes siguen propagando las excelencias de sus políticas. Con toda seguridad es este el peor momento vivido por los españoles desde que se aprobó la Constitución y se nos dotó de un régimen democrático para resolver nuestros problemas. Y ha sucedido todo lo contrario: todo lo conquistado socialmente en estos últimos treinta y cinco años, ha sido destruido de un solo golpe de mano en unos meses. La sociedad española, y por lo tanto, la voluntad del pueblo español ha sido secuestrada después de las últimas elecciones, al proceder los representantes elegidos por una mayoría absoluta contra los propios ciudadanos que los eligieron. La indecencia política es, pues, el resultado de esta lamentable situación en la que se encuentra España, y los poderes políticos sus únicos responsables, que son los que han sustraído al pueblo lo que es del pueblo.

Emilio Lledó, filósofo e intelectual español de reconocido prestigio nacional e internacional afirmaba en un entrevista reciente: El mundo está fatal por culpa de la codicia y la ignorancia, y habría que añadir que, de Rajoy y sus ministros, en el caso de España.
 
José Antonio  Santano |

Inmorales. Estación Sur


ESTACIÓN SUR

EN los tiempos que corren no es fácil encontrar en la política a verdaderos servidores-defensores de lo público como pilar básico de una sociedad civilizada y progresista, preocupada por la buena administración del común, que no otra cosa es "la política", y en consecuencia la democracia, como sistema garante de libertades y derechos de los ciudadanos. Sin embargo, todo huele a corrupción, a chanchullos políticos para acrecentar las fortunas personales, máxima del poder establecido en este país desde que se votara la Carta Magna, que nos dotó de un sistema político basado en la monarquía parlamentaria, es decir, de una democracia, en la que los representantes elegidos no serían sino la expresión de la soberanía popular. Sin embargo, el ciudadano, hoy por hoy, tiene la sensación -constatación diría- de haber sido engañado durante todos estos años, más de treinta y cinco ya.

La mentira se ha convertido en el arma preferida de la clase política, compuesta por personajes ñoños e ignorantes, y donde la indecencia y la ineptitud campa a sus anchas por todo el territorio español. No hay un municipio que se salve de tanta barbarie, por muy pequeño que sea. La corrupción se ha instalado en la sociedad española y parece que no importa que se perpetúe en ella después de tantos y escandalosos casos, sobre todo aquellos que afectan a los tres poderes fundamentales del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial).

En cualquier país de nuestro entorno (Europa) casos menos graves han producido la dimisión inmediata del político de turno, pero aquí en esta nuestra España, la de todos y cada uno de los ciudadanos que viven en su territorio, no pasa nada, y si me apuran, todo lo contrario, casi se justifica que ocurran estas cosas, que se viva en perfecto ayuntamiento y connivencia con tan funestas prácticas delictivas. Es inaceptable que en pleno siglo XXI nuestros gobernantes sean noticia un día sí y otro también por repugnantes casos de corrupción: evasión de capitales, cobro de comisiones y sobresueldos, malversación de caudales públicos, financiación ilegal de partidos, etc., etc., y aquí no pase absolutamente nada.

Es inaceptable, digo, resistir en tan indigna situación, los ciudadanos somos quienes representamos la soberanía popular (el voto no es un cheque en blanco); inaceptable -reitero-, que estemos gobernados por una panda de miserables, vagos e inmorales.

INMORALES

José Antonio Santano | Actualizado 16.08.2013 - 01:00
EL DIARIO DE ALMERÍA.


Malola.Estación Sur

ESTACIÓN SUR. Diario de Almería.



DICE el poeta Antonio Colinas, en el prólogo al recién publicado "Idilios" (libro inédito), de Juan Ramón Jiménez: "La palabra en los límites del ser y de ser. No otra cosa es la mejor poesía". Ciertamente, la palabra en su propio límite que es, por otra parte, ilimitado, ha de imbricarse en el ser, y además, ha de ser, para poder llevar a cabo esa sensación de vértigo, de alteración interior, de conmoción, de éxtasis. La palabra que trasciende la realidad convirtiendo a ésta en algo mágico y misterioso, encumbrada por el ingenio y la emoción del poeta. Pues bien, algo de esto ocurrió hace unos días, al leer un poemario antiguo (1976) pero reeditado ahora por el Instituto de Estudios Almerienses (IEA), "Malola", del poeta murciano afincado en Almería, Domingo Nicolás.

"Malola" es un bello y extenso poema a camino entre el verso libre y la prosa poética, como dijo en su día el también poeta Juan José Ceba, y yo diría más, es un poema que nace del dolor y trasciende el dolor convirtiéndose así, en esencia, llama de amor: Malola. Desde el preciso instante de su pérdida, el poeta se abisma, se metamorfea en otro ser que es el mismo ser ausente (Malola) y su figura es un jardín de rosas y estanques con nenúfares, la voz del viento hacia levante, una vuelta a los orígenes de la vida y la muerte: "Sin vida y aún cálido tu cuerpo, es acunado entre mis brazos y mi pecho. Ardiente todavía y dormida para siempre".

Malola es la elegía en sí, el canto que nunca acaba, el sueño que se repite cada noche cuando la luna otea la tierra desde su altura de siglos, y el poeta solo el compañero de viaje, el que asiste, conforta y reconforta la espera en el reencuentro: "Malola, he grabado con sudor y amor tu nombre sobre el más alto granito; y lo besas las estrellas y el viento. He grabado tu nombre con sudor y amor sobre el más profundo acantilado; y lo besa el mar". Malola es esa sinfonía que nunca acaba, que vuelve siempre para otoño y primavera, que se hace luz en las umbrías y recorre los caminos por donde el poeta, errante y solitario, bebe los silencios de la vida. Y así será siempre. Domingo Nicolás es Malola, y viceversa, ambos son la misma mar y el mismo cielo, los silencios que habitan en los días de lluvia y los ecos que anuncian el devenir del tiempo:
Colaboración con DIARIO DE ALMERÍA. ESTACIÓN SUR

El mal gobierno de España. Estación Sur

Estación Sur

 SORPRENDE comprobar la rabiosa actualidad de la poesía de Jaime Gil de Biedma. Uno de sus poemas, concretamente una extraordinaria sextina provenzal (composición de treinta y nueve endecasílabos de seis estrofas y una contera final con tres versos), nos redescubre la realidad en la que vivimos los españoles hoy, año 2013, pleno siglo XXI. Gil de Biedma se adelanta así al futuro de lo que es ya presente, y se pregunta:

        ¿Y qué decir de nuestra madre España, / este país de todos los demonios / en donde el mal gobierno, la pobreza / […].

El poeta no solo intuye, conoce y reconoce en las formas la propia realidad política y social de España. Sabe discernir entre deseo y realidad, hasta el punto de ser hoy, su poesía, y esta sextina de una rabiosa actualidad, como ya se ha dicho. Su mirada es tal que, llega a decir que de 

            "Todas las historias de la Historia / sin duda la más triste es la de España",

y no hay más que otear a nuestro alrededor para comprender y hacer nuestra esa tristeza de la que habla Gil de Biedma: corrupción política que salpica y mancha de lleno hasta el propio gobierno de España.

Pero quizá, y aún siendo triste esta circunstancia, lo es más pensar que no hay nada que hacer, que la justicia no actúa porque no es independiente y que el paso del tiempo ocultará la verdad hasta hacerla desaparecer definitivamente sin que nadie sea condenado y pague sus culpas. Biedma escribe:

      Nuestra famosa inmemorial pobreza, / cuyo origen se pierde en las historias / que dicen que no es culpa del gobierno / sino terrible maldición de España, / triste precio pagado a los demonios / con hambre y con trabajo de sus hombres.


¿Hasta cuándo esta pobreza de siglos, que no es solo material, sino sobre todo cultural? ¿Hasta cuándo esta oscuridad? El poeta se pregunta y responde, asciende hasta el espacio sideral o desciende hasta las entrañas de la tierra para comprender, para sentirse unido al hombre en el mismo destino, y escribe hasta la extenuación: Porque quiero creer que no hay demonios.

 / Son hombres los que pagan al gobierno, / los empresarios de la falsa historia, / son hombres quienes han vendido al hombre, Los que le han convertido a la pobreza / y secuestrado la salud de España.

 Y al fin, el hombre y el poeta, al unísono, exigen la restitución de la dignidad perdida. Certero dardo esta sextina de Jaime Gil de Biedma al hoy mal gobierno de España.

Cercano DOMENE. Estación Sur

ESTACIÓN SUR:             CERCANO DOMENE


SUCEDE con frecuencia, casi no le prestamos atención pero ocurre.  Vivimos contemplándonos, ensimismados en nuestro propio ombligo y no vemos más allá de nuestras narices. 
Es tal el narcisismo que a duras penas comprendemos que existen otras cosas, otros lugares u otros hombres y mujeres dedicados en cuerpo y alma al conocimiento y su divulgación, personas mantenedoras de una solidaridad sin límites. Nos dice el escritor granadino Ángel Olgoso en el último de los relatos que componen el libro "Las frutas de la luna": "Siempre nos sentimos más atraídos por la brumosa lejanía y por lo desconocido que por aquello que yace ante la vista". Y algo de esto ocurre con el escritor, ensayista y crítico literario Pedro M. Domene, que la cercanía de su persona y su obra es tal que ignoramos, desafortunadamente, a uno y otra. Domene, lector infatigable, desde su tierra madre nos lega, lo mejor de sí mismo, como el que encerrado entre cuatro paredes dedica su vida a los libros, verdadero y singular amanuense; creador y docente, ensayista y crítico vuela por el espacio fúlgido de la literatura dándonos a conocer una ingente cantidad de textos. Huércal Overa es ese pueblo silencioso y frontera, pero su patria es otra más grande y universal, la de la literatura de todos los tiempos y tendencias, la única literatura posible, y de su generosidad aprendemos cada día, de su magisterio indiscutible. A esa actitud generosa dedico hoy estas líneas. Hace unos días recibía uno de sus breves pero jugosos ensayos: "Disidencias. (en la Literatura Española del siglo XX)". Extraordinario estudio sobre el olvido al que se han visto sometidos muchos de nuestros escritores, "Disidencias: antología del olvido", podría titularse sin temor a engaño. Con unas palabras preliminares del desaparecido Medardo Fraile, Domene nos acerca a una nómina de autores desgraciadamente ignorados, pero que conformaron, independientemente de ideologías, lo mejor de nuestra literatura respecto al siglo XX (Lanza, Sawa, Colombine, Villaespesa, Díez Canedo, Gutiérrez Solana, Jarnés, Bergamín, Barea, Dieste, Salazar Chapela, Ros, Ayala, Rodoreda y Ridruejo). Así y no de otra forma se escribe la historia. Tal vez para algunos esta actitud generosa no tenga la menor importancia. Lamento llevarles la contraria, pero son estas aportaciones al conocimiento lo que nos hace libres de verdad, y Pedro M. Domene es sabedor de ello, como humanista que es.



Acera-Bici en Aguadulce. Estación Sur

Estación Sur:  ACERA-BICI EN AGUADULCE

Acera-Bici en AguadulceVivimos un tiempo extraño. Los comportamientos son cada vez menos lógicos, y, la sociedad democrática brilla por su ausencia. La dictadura del más fuerte sobre el más débil va tomando cuerpo hasta límites insospechados. No hay respuesta a los conflictos y los gobernantes viven en una inmensa burbuja, ajenos a sus conciudadanos.

Mesas petitorias. Estación Sur

PREPÁRENSE para ver un noticiario histórico.

http://www.elalmeria.es    Acomódense en sus sillas y estén atentos a la pantalla. Comienza la inconfundible sintonía: pa parapapa pa pa pa, pa parapapapa pa pa pa pa pa, pa parapapapapa… Y aparece el águila imperial planeando por el cielo, desde Asia hasta España. 


Y de nuevo el águila -mientras la bandera ondea-, a lo ancho y alto de la pantalla en blanco y negro, y, luego, la majestuosa leyenda:
 
"Noticiario y Documentales Cinematográficos. No+do. Presenta (se desvanece la leyenda y aparece otra): NOTICIARIO ESPAÑOL" (con los compases últimos de la sintonía: tun, tun, tuntutuntuntun). A continuación una voz, también inconfundible porque siempre era la misma: segura, pero aguda, metálica casi, comentaba la noticia con un lenguaje que, visto ahora, después de los años transcurridos, era ininteligible para la gran mayoría de los españoles, analfabetos por la gracia de Dios y de Franco. El locutor en cuestión decía, aceleradamente:...."  (más en el Diario de Almería.- http://www.elalmeria.es)