PARÍS NOVIEMBRE. JOSÉ ANTONIO SANTANO

Cuadernos & Caridemo ha añadido una publicación de noviembre a su biografía.
Contra el terror de las pistolas, la poesía en este canto de humana fraternidad:
© José Antonio Santano (14/noviembre/2015)

PARÍS NOVIEMBRE

Negro noviembre 
en el iris del mundo
golpeando la luz toda
la infinitud del vuelo
el azul diamante 
las palabras, las voces
todas que ahora callan
y son llanto en la noche
desgarrador grito 
de silencio en la mirada
triste latido de las manos
dolor de aire mancillado
reclamo estéril.

Negro noviembre
en los labios del viento 
en las orillas del Sena estremecido
derramado en sangre virgen, 
noviembre muerte
en los Elíseos
en Eiffel oscurecida, 
en quebrantados corazones.

Noviembre huérfano 
abatido por balas asesinas
de un dios indolente,
noviembre sádico
cruel 
sanguinario
inhumano.

Noviembre soledad 
tristeza abismo infierno 
Noviembre llanto.
¡Ay, París noviembre
noviembre muerte!



Nueva traducción de "París noviembre", en esta ocasión al alemán, por Margaret von Shiller.
PARIS IM NOVEMBER

Schwarzer November
in der Iris der Welt
alles Licht erschlagend
die Unendlichkeit des Fluges
der blaue Diamant
die Worte, die Stimmen
die jetzt alle verstummen
und nachts weinen
herzzerreißender Schrei
stumm im Angesicht
trauriges Pulsieren in den Händen
Schmerz ob der verdorbenen Luft
vergebliche Klage.
Schwarzer November
auf den Lippen des Windes
die Ufer der Seine erschütternd
vergossenes unberührtes Blut,
Tod im November
in den Élyséen
im verdunkelten Eiffelturm
in gebrochenen Herzen.
November Waise
durch die Kugeln der Attentäter gelegt
von einem trägen Gott
sadistischer November
grausam
blutig
unmenschlich.
November einsam
Traurigkeit Inferno Abgrund
November zum Weinen.
Oh, Paris im November
Tod im November!
(Übersetzung ins Deutsche
Margaret von Schiller)

PARÍS NOVIEMBRE. JOSÉ ANTONIO SANTANO

Cuadernos & Caridemo ha añadido una publicación de noviembre a su biografía.
Contra el terror de las pistolas, la poesía en este canto de humana fraternidad:
© José Antonio Santano (14/noviembre/2015)

PARÍS NOVIEMBRE

Negro noviembre 
en el iris del mundo
golpeando la luz toda
la infinitud del vuelo
el azul diamante 
las palabras, las voces
todas que ahora callan
y son llanto en la noche
desgarrador grito 
de silencio en la mirada
triste latido de las manos
dolor de aire mancillado
reclamo estéril.

Negro noviembre
en los labios del viento 
en las orillas del Sena estremecido
derramado en sangre virgen, 
noviembre muerte
en los Elíseos
en Eiffel oscurecida, 
en quebrantados corazones.

Noviembre huérfano 
abatido por balas asesinas
de un dios indolente,
noviembre sádico
cruel 
sanguinario
inhumano.

Noviembre soledad 
tristeza abismo infierno 
Noviembre llanto.
¡Ay, París noviembre
noviembre muerte!



Nueva traducción de "París noviembre", en esta ocasión al alemán, por Margaret von Shiller.
PARIS IM NOVEMBER

Schwarzer November
in der Iris der Welt
alles Licht erschlagend
die Unendlichkeit des Fluges
der blaue Diamant
die Worte, die Stimmen
die jetzt alle verstummen
und nachts weinen
herzzerreißender Schrei
stumm im Angesicht
trauriges Pulsieren in den Händen
Schmerz ob der verdorbenen Luft
vergebliche Klage.
Schwarzer November
auf den Lippen des Windes
die Ufer der Seine erschütternd
vergossenes unberührtes Blut,
Tod im November
in den Élyséen
im verdunkelten Eiffelturm
in gebrochenen Herzen.
November Waise
durch die Kugeln der Attentäter gelegt
von einem trägen Gott
sadistischer November
grausam
blutig
unmenschlich.
November einsam
Traurigkeit Inferno Abgrund
November zum Weinen.
Oh, Paris im November
Tod im November!
(Übersetzung ins Deutsche
Margaret von Schiller)

Palabras clandestinas. Manuel Ruiz Amezcua



Título: Palabras clandestinas
Autor: Manuel Ruiz Amezcua
Editorial: Huerga & Fierro (Madrid, 2015)







 Celebro la vuelta del poeta Manuel Ruiz Amezcua a mi biblioteca. Su palabra poética palpitará de nuevo en mí, y espero que también en todos los lectores que se acerquen a esta sección dominical. El regreso de Manuel Ruiz Amezcua (Jódar, Jaén, 1952) es tan determinante como necesario, porque además de su último poemario “Palabras clandestinas”, en el cual nos centraremos preferentemente, han aparecido también recientemente una antología poética “Del lado de la vida”, que recoge su poesía entre los años 1974 y 2014, así como un ensayo del profesor Manuel María Morales Cuesta, titulado “La poesía de Ruiz Amezcua vista por Antonio Muñoz Molina”, quien dirá sobre el poeta: «Atravesando el fuego, atravesando el desierto, Manuel Ruiz Amezcua sigue escribiendo una poesía que está hecha con el coraje del que no se rinde, con la convicción del que sabe que el camino que ha escogido era el único posible para él». Y así es ciertamente. Alejado de los premios, grupos, de las modas y de los saraos poéticos en los que nunca creyó ni tampoco justificó, Ruiz Amezcua ha ejercido siempre y así lo sigue haciendo de poeta y es la poesía su vida. La palabra en absoluta desnudez, de tal manera que, “Palabras clandestinas”, libro que nos ocupa en esta ocasión, viene a mostrarnos la que, desde hace ya muchos años, es una voz personalísima en el panorama de la poesía contemporánea española. La naturalidad de su escritura es signo de distinción, de manera que Ruiz Amezcua no se amilana ante nadie ni nada, la dignidad del ser es su mundo en esencia, no dejándose seducir por ningún tipo de fuegos artificiales. El nada en las profundidades de la palabra, se enfrenta a ella como si se tratara de una reto a muerte, y en ella vive, sin doblegarse, con la mirada serena, con la soledad a cuestas, en libertad siempre, porque así lo quiere, porque su disidencia es al fin y al cabo su modo natural de vida. Nos dice Antonio Muñoz Molina, en el prólogo a la antología “Del lado de la vida”: «Manuel Ruiz Amezcua pertenece a un linaje muy antiguo en la literatura: el de los negadores apasionados, los acusadores furiosos, los disconformes que encuentran en todas partes y en todas las cosas una razón para la disidencia», y, ciertamente, en el poema último de “Palabras clandestinas”, titulado “Poetas oficiales o el régimen del pienso” es una pequeña muestra de lo dicho: «Esos que dicen que dicen, / y nunca dijeron nada, / amamantados con sables, / adoctrinados en casa, / se subieron pronto al carro / de la España democrática, / colocaron sus peones, / los mismos de su mesnada, / en dirección al poder, / a su mesa y a su cama. […] Esos que dicen que dicen, y nunca dijeron nada, / las palabras sustituyen / por la rodilla doblada». Pero aunque pudiera parecer que el poeta está en continuo desasosiego, no es menos cierto que en él anida y vive ese latido de luz y esperanza que es la emoción, el sentimiento profundo por las cosas naturales y sencillas, por todo lo humano, que él reclama desde la tribuna poética como expresión dignificadora. Un claro ejemplo son estos versos del poema “Estar contigo”, de influencia machadiana: «Mi infancia son recuerdos / de un pueblo de Jaén / donde nada era claro, / salvo los ojos de mi madre.[…] Tropecé más de la cuenta, / me desterró la inocencia, / pero nunca renuncié a la dicha. / Hoy, me aferro a lo que tengo. / Vivo en la mujer que quiero. / Miro su mirada clara. // Sueño siempre del lado de la vida. // No he consumido toda mi esperanza». 


Esta es la poesía de Ruiz Amezcua, tan cristalina como las aguas de un río, expresión voraz de un tiempo aciago, triste, en el cual la palabra ocupa un lugar de preeminencia y donde el poeta, el que vive en las entrañas del hombre, vocea la vuelta al “ser” y al “estar”, exige que forma y fondo, ética y estética sean una única luz, la que debe guiar al poeta en todo momento. La dignidad como verdad inextinguible. Reclama el poeta la poesía, o lo que es lo mismo, la vida, su sentido trágico para abismarse en la palabra que resurge de las sombras y en un batir de alas asciende y asciende hasta la infinitud de la nada y el todo. Poesía de ahora y siempre, avivada por llama de la memoria, de ese tiempo que vuelve en las “Palabras clandestinas”: «La estrategia está muy clara. / Paro y miseria / hasta ponerlos de rodillas. / Conseguido el objetivo, / apretad con el miedo, / la mejor herramienta de la Historia», la palabra diamantina siempre de Ruiz Amezcua.