ACERCANDO ORILLAS Antonio Duque Lara
La
antología “Más allá del sur” es una gran antología poética,
en la que cada poeta ha aportado lo mejor o por lo menos lo que creía
oportuno en el momento actual.
Todos
los poemas son grandes, pero inevitablemente, unos llegan al alma más
que otros. Llegan al alma o te la despiertan, por lo que dicen; no
son palabras del poeta, sino sangre de tu sangre, dormida durante
tiempo hasta que ha venido el poema a burbujear de nuevo en su
esencia.
“La
otra orilla”, página 132. Poema de María Ángeles Lonardi. Un
poema dedicado a la emigración. María Ángeles es argentina y lleva
ya tiempo en España, en Almería.
No
voy a preguntar por qué la autora emigró. En última instancia,
intentaré deducirlo del propio poema y especialmente me lo aplicaré
a mi mismo, porque al fin y a la postre, yo también soy emigrante.
En
una entrevista que me realizó Fernando Hiriart Tirone, escritor y
periodista argentino asentado en Japón, para una televisión que
transmite por internet, yo le decía que si se identificaba al
emigrante con la persona que trabaja en la fábrica, de origen
iberoamericano, nunca me ha gustado la palabra latino.
Nunca
me había considerado emigrante. Eran miles y miles los que había en
los años 1980-90 en Japón. Pero, bien pensado, yo también soy un
emigrante.
Se
es emigrante por muchas razones. Una de ellas, quizás la más
dramática, es la que está ocurriendo en oriente medio, desde Siria
hacia Europa, o desde África hacia Europa.
Huir
de la guerra, de una muerte segura buscando un poco de tranquilidad,
una nueva vida!
Otra
puede ser esa expulsión que hace ese ente abstracto llamado Patria
que, como dice Luis Cernuda: “Te chupa el sudor, la sangre, el
semen, para condenarte al destierro y al olvido”. Salir a buscar
mejores horizontes porque tu patria no te da de comer. Ese fue mi
caso. “Jóvenes de los 2000, ustedes no son los únicos”.
Desde
el principio me acogieron en una escuela para dar clases de español
y cultura. Pero hubo que responder. A partir de ahí unos y otros
debieron ver que lo hacía bien y me fueron llamando para dar clases
en universidades.
Hubo
que luchar a brazo partido y demostrar la valía. En Japón las
universidades contratan al profesor japonés para enseñar gramática,
al profesor nativo para la conversación. Siempre he sido un comodín.
Puedo hacer ambos trabajos. Y tiene tela marinera explicar gramática
española en japonés.
Así,
como el que no quiere la cosa han pasado 35 años. La mayoría de los
alumnos no habían nacido aún cuando empecé.
Curiosidad,
a veces los más jóvenes me consultan si alguna frase en japonés es
correcta o no.
¿Por
qué salí de España? Arriba hablaba de la cuestión de la
emigración económica. Siendo cierto descubrí que en lo más
profundo del alma había algo más: La misión de divulgar una
cultura que merece la pena. Gracias a los cientos y cientos de
hispano hablantes en este país, en todo este tiempo, ha cambiado
mucho la imagen negativa que había sobre el mundo hispano. No es tan
vago como muchas veces pensaban los nipones, ni los japoneses son tan
trabajadores y serios como se pintan. Ha habido que luchar con
prejuicios, a veces algo más duro que las horas de trabajo o de
desplazamiento.
“Más
allá de la otra orilla me he dejado mis mejores sueños”. En
última instancia yo diría que me traje mis sueños y esta tierra me
ha permitido realizar algunos.
“Más
allá del horizonte, donde se desvanecen las fronteras, me he dejado
la nostalgia, también la melancolía”.
En
Japón, el japonés habla siempre de “natsukashi”, de algo que se
fue, que recuerda tiempos mejores y, sin querer tal vez, han querido
insuflar en mi la nostalgia, la melancolía. Afortunadamente casi
nunca lo he sentido. La nostalgia y la melancolía son enfermedades
del alma que conectan con el suicidio. Tal vez por eso en Japón se
llevan más de 20 años seguidos con más de 30 mil suicidios
anuales. En última instancia el vino simbólico, el vino, la vida,
su raiz, ha venido clavada en el alma y ha echado raices aquí. Todo
lo bueno o menos bueno se lleva dentro del alma. Lo material, ahora,
a pesar de las distancias, es más fácil obtenerlo. No tener deseos
especiales es una ventaja.
“...
y he venido a dejarme la piel, a luchar contigo en cada intento...”
Dejarse
la piel, en algunos momentos casi literal. Hoy, en las circunstancias
actuales, los martes salgo de casa a las 7 de la mañana y vuelvo a
las 11de la noche. Hay que ir al quinto pino a trabajar. Las
distancias roban más tiempo y fuerzas que el propio trabajo.
“....
a luchar contigo en cada intento....” ¿Qué
significa luchar contigo? ¿Luchar junto a tí? ¿Entonces la
protagonista del poema habla de un amor junto al que se lucha por la
vida? Al principio, para mí ni eso. Lo que hizo que la lucha
interior fuera aún más difícil. Incomunicación por incomprensión
del idioma, por la lucha contra los tópicos. Los primeros poemas de
mi estancia aquí revelan soledad y dolor.
“Porque
me han golpeado a ambos lados del destino y sin tiempo para caer de
rodillas y llorar lo perdido usando muy bien lo que he aprendido ayer
estoy construyendo despacio, a este lado del mundo, como el hornero,
mi nuevo nido”
Sin
rebajar el valor de la opinión de los que nunca han emigrado, tal
vez estos versos sólo los migrantes puedan entenderlos, desde la
raíz del tiempo y de la sangre.
Aunque
se sea bien recibido, adaptar una planta a una tierra diferente no es
nada fácil. Hay que saber mantenerse frente a si mismo y frente al
mundo, que la savia de la nueva tierra te invada pero que no elimine
la savia esencial. Si se consigue la persona logra ser doblemente
sabia, más grande en los límites del cuerpo.
Yo
no me puse límite de tiempo, pero siempre he tenido claro que las
circunstancias sociales pueden cambiar y lo que hoy es blanco, mañana
puede ser negro y estar de patitas en la calle. Hoy en día puedo
decir que tengo dos troncos afirmados en las dos orillas, el
emigrante siempre habla de las dos orillas. Mi primer libro de poemas
se titulaba 44 poemas desde la otra orilla, como subtítulo en
japonés Poemas sin fronteras, pero en ambas orillas soy ajeno, así
que, la afirmación definitiva no es la tierra, ni el lugar de
nacimiento, la patria es el yo esencial.
Si
ese yo es de casta dará buenos resultados, si no, acabará
derrumbándose como un castillo de arena.
Gracias
Mª Ángeles por
recordarme tan hermosamente lo que ha sido más de media vida. Somos
de la raza que supera las fronteras para integrarnos en la corriente
del universo. Somos de la raza que proclamaba Juan Ramón Jiménez:
Andaluces-Hispanos de tres mundos, todo rematado en ese hermoso final
del Himno de Andalucía:
Por
Andalucía libre, España y la Humanidad.
Antonio
Duque Lara,
Primavera
de 2017.
Kokubunji,
Tokyo,
Japón
PERFIL:
ANTONIO DUQUE LARA
Lugar
de nacimiento: Córdoba, España. (25 septiembre 1956)
Estudios:
Junio
1976: Graduado en Filosofía y Letras, Universidad de Córdoba.
Junio
1979: Licenciado en Filosofía y Letras, Sección Lingüística
Románica
por
la Universidad de Granada.
EN
JAPÓN:
Enero
1982, llegada a Japón.
Febrero
1982-1984 estudios de japonés en Sendagaya Japanese Institute.
Febrero
1982 : Profesor de español y francés en Tozai Bunka Centre, hasta
el
día
de hoy.
Abril
1986-2010 Profesor de español en Universidad Municipal de Yokohama.
Abril
1987-2005 Profesor de español en Universidad Nacional de Fukushima.
Abril
1998---- Profesor de español en U. Economía de Tokyo. TKU.
Abril
2000---- Profesor de español en Escuela Idiomas de Keiogijuku.
Abril
2006--- Profesor de español en Keiogijuku Universidad.
Publicaciones:
Ediciones privadas de libros de poemas: 44 poemas desde la otra
orilla,
Palabritas
de Amor, Poemillas y variantes, Serie: Fotopoemas.
Publicaciones
variadas en revistas, periodicos, revistas universidad, internet .
Traducciones
publicadas: Satoru Oshima.- Cristóbal, déjame que te cuente, serie
Cartas de España y otros.
Traducciones
no publicadas: Miyazawa Kenji:- Tren Nocturno de la Vía Láctea.
Tanizaki
Junichiro: Elogio de la sombra etc.
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