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Secuestrados. Estación Sur


SECUESTRADOS

La verdad es que no hay motivos fehacientes para preocuparnos por la marcha del país. Las cosas están saliendo a pedir de boca. Los presupuestos del Estado, elaborados por el inefable y súper ministro Montoro, tildados a bombo y platillo como los de la “recuperación” nos salvarán a todos, y tendremos que callar cuanto hemos dicho hasta ahora. Rajoy es nuestro presidente, el mejor presidente que España ha tenido en estos ya treinta y cinco años de democracia, y ahí están las hemerotecas. Rajoy perseverante, luchador, hasta que ha conseguido su primer objetivo, ser presidente del Gobierno de España; su segundo objetivo, acabar con el paro, y en poco tiempo lo veremos también cumplido, si ahora son 700 mil españoles los emigrados a otros países, en unos años ni un parado. ¡No digan que no es eficiente nuestro presidente! Se lo propuso y lo fue.

Quiso ser presidente por encima de todo y de todos, y ahí está, tan majo, y siempre con la verdad por delante, cumpliendo sus promesas electorales, como mandan los cánones y él, que para eso es el presidente de su partido. Rajoy, el honesto y honrado, aunque le haya salido una oveja negra llamado Bárcenas, ¡qué cosas piensan algunos!, ¿acaso no sucede esto mismo en las mejores familias?; él no tiene la culpa, y, además, no se enteraba de nada, concentrado como estaba en ser Presidente del Gobierno, y tampoco, total, por unos cuantos euros de más después de jornadas interminables de mítines y discursos, de viajes y comidas y cenas y desayunos de trabajo. ¡Qué poca consideración hay en este país para los verdaderos mártires de la patria! ¿No es suficiente con el desvelo de noches enteras pensando en cómo mejorar la sanidad, la educación, la dependencia, la fiscalidad, las pensiones, las infraestructuras, el I + D, las nuevas tecnologías, el transporte, las exportaciones, la industria, el turismo, etc., etc.? ¡Qué inconscientes somos! Tampoco ha transcurrido tanto tiempo desde su toma de posesión como presidente, confiemos en su indiscutible preparación y competencia. 
 
De verdad que no es para tanto. Hay que ser pacientes, y esperar un poco más, estoy seguro que de aquí a unos añitos, se arreglará todo y viviremos felices y nos acordaremos siempre del mejor de los presidentes. Al fin de cuentas, Rajoy, nuestro campechano Mariano, solo ha secuestrado la voluntad popular. Estamos secuestrados, sí, pero vivos aún, gracias a Dios.

El alcalde invisible. Estación Sur

Sorprendentemente no aparecía en la fotografía de la portada del periódico. Tal vez se tratara de brujería o de espejismos, pero no estaba allí, donde le correspondía, en la primera página del diario, con su declaración rimbombante y demagógica a pie de foto. Nadie sabe de él, nadie lo ha visto, se ha vuelto invisible. En su lugar, la segundona, impertérrita y sonriente. Ella, la sustituta, sabe bien de qué va esta historia.
Ha tenido tiempo suficiente para imitar al jefe supremo. Tomó buena nota en su ascendente periplo hacia el poder, y sabe bien echar balones fuera, pero sobre todo, culpar a los demás. No hay estrategia política más productiva y beneficiosa que aquella que imputa o carga las tintas sobre la inoperancia o culpabilidad de los otros. La verdad –su verdad-, entonces, surge como un rayo y llega a los lectores en palabras grandilocuentes, llamativas, soporíferas y teatralizadas, como quien ha ensayado delante del espejo horas y horas (el alcalde, aún sigue invisible). La segundona y sustituta ha cambiado ese rostro frío e hierático que le caracteriza por otro más alegre y sonriente, como corresponde a quien se autocomplace de su poder y su gloria (el alcalde la observa desde su invisibilidad, y calla). La pose está estudiada, y así se muestra, ajena al resto del mundo, como si solo existiera ella (el alcalde sigue invisible) y su halo de autosuficiencia, pero aunque no sea visible (ella no, el alcalde) siente que está a su lado, murmurador y camuflado en su disfraz de invisible, y por ello, ella sonríe, con forzado gesto, pero sonríe.



En pocos minutos, casi en un abrir y cerrar de ojos, la segundona y sustituta abre la caja de los dislates y vocea las excelencias de unos y las perversidades de los otros; no deja títere con cabeza mientras sigue sonriendo (impostora sonrisa) y apurando los últimos segundos en el estertor de la maledicencia, al fin y al cabo, ella es ahora la voz y el rostro del alcalde (invisible aún), quien sostiene en su mano temblorosa el bastón de mando (el alcalde, invisible, gesticula contrariado). La segundona se crece en su discurso y habla de promesas incumplidas -el alcalde, invisible, casi se desmaya-, de los otros –añade- (el alcalde recompone su invisibilidad) y culmina su narcisista y extenso soliloquio o soflama con una nueva digresión. Mientras tanto, y a pesar de todo, el alcalde, invisible.  

ESTACIÓN SUR, DIARIO DE ALMERÍA._José Antonio Santano


Extraño huésped. Agustín Roble Santos

 
¡Gabriel!, ¡Gabriel! –grita emocionada mi anciana madre. Su voz resalta entre la multitud congregada en el pequeño embarcadero de Caleiro, muy cerca del poblado de Vilanova de Arousa.
Así comienza “Extraño huésped”, primera obra narrativa de Agustín Roble Santos.
 
Con esta novela Roble Santos nos presenta la historia de Cuba desde finales del siglo XIX y todo el XX, un siglo de avatares vividos por los múltiples personajes que afloran en las páginas de esta narración, en la que el autor expone “su visión de un mundo social “aparentemente iluminado” y servirlo en esa mesa heterogénea y controvertida que es “la mirada del lector”, como dice Ofelia Bravo en el prólogo. Gabriel Verdecia partirá en 1898 hasta la isla de Cuba para morir, como tantos otros soldados españoles, allí quedará para siempre su cuerpo (..Recibo un impacto de bala que atraviesa mi pierna derecha y sangro a borbotones. Me arrastro, se hace imposible mantenerme en pie […] Otra bala atraviesa mi cuello. Me desplomo y siento que ruedo lentamente por un abismo infinito) y su espíritu (..ya no siento el tronar de los cañones. Oigo una música maravillosa. Mi cuerpo ya no pesa). Este es el principio de una transformación, la que sufre el propio Verdecia y la narración; del primero porque se convierte en ese “espíritu” que vagará de un lado a otro para contarnos la historia de Cuba a través de sus gentes (Contaré cosas que parecerán absurdas para muchos y aquellas que si alguien desde la otra vida las contara podría ponerse en situaciones muy comprometidas, incluso con riesgos para su libertad y su propia existencia); de la segunda, porque cambiará el registro del discurso narrativo de primera persona a tercera. El “espíritu” de Verdecia estará presente en todos y cada uno de los personajes que fluyen por esta narración, pero también para contar así su propia vida: Trataré por todos los medios de no ser un extraño huésped. Comienza de esta manera mi verdadera vida; por lo que estaré muy atento a contarla sin perder ni un solo detalle.




“Extraño huésped” es una novela extensa (casi 500 páginas), pero no por ello excesiva o gravosa, difícil de leer, todo lo contrario, y donde la fantasía, a veces con tonos surrealistas planea por sus páginas. Agustín Roble ha sabido, como buen alquimista, combinar lenguajes, de tal manera que la lectura de la novela es ágil, con alguna interrupción propia de la utilización de vocablos autóctonos (acertadamente recogidos en un glosario al final del libro), pero que apenas si resta tiempo al lector ni lo distrae o desorienta del hilo argumental de la novela. En cuanto a su estructura narrativa diremos que es de tipo lineal, en el sentido de que existe un desarrollo sucesivo de los hechos, en este caso cronológicos; también son importantes elementos tales como el diálogo y, en oposición a éste, la narración y la descripción, que su autor alterna con habilidad. No obstante, y con independencia de la crudeza de algunas situaciones, de la realidad dramática que viven los personajes en algunos casos, Agustín Roble, maneja con ingenio el humor y la ironía, dos recursos que complementan el discurso narrativo. En otros casos, la preponderante fantasía en algunos pasajes pudiera llevarnos a pensar que nos encontramos ante el legado de un cierto realismo mágico (…cuentan los antiguos que por estos lares, en un monte conocido como Cayo de Yaya, suele salir de improviso, desde la espesura del bosque, una pequeña y misteriosa criatura de color negro, semejante a un chichiricú, cubierto de pelos, con ojos relampagueantes, alargados dientes, orejas puntiagudas, desprovisto de cola, con los dedos de sus pies en dirección contraria a lo que es normal; atrae a los mortales hasta internarlos en lo profundo del bosque, haciéndoles vagar durante días, desorientados y desfallecientes).

Por otra parte los temas que aborda Agustín Roble en esta novela son de tipo político -la narración obedece a un antes y un después de la revolución cubana-, es decir, desde el desembarco de los revolucionarios –entre ellos el Che Guevara- y su acogimiento por parte de Armando, “El Pastor”, hasta la victoria revolucionaria y el liderazgo de Fidel Castro, pasando por el enigmático episodio de Camagüey, en el que interviene Cienfuegos (Jamás se supo nada sobre el paradero de este hombre ni de sus acompañantes, tampoco del aparato). De igual manera nos descubre esta novela la sociedad cubana, cuestiones de tipo social referidas al “modus vivendi” de la población (diferencias, racismo, racionamiento de alimentos, carencia de industrias, condiciones laborales de los cortadores de caña, vivienda, homosexualidad, balseros, etc, etc., frente a los abusos del poder. Acompañan a las anteriores la religión (Una vez más el Gobierno gana la partida. Su objetivo es descabezas las religiones que le resultan incómodas…); el sexo ocupa un lugar significativo a lo largo de la narración y que nos recuerda la presencia continuada del sexo en la novela cubana contemporánea (El encuentro es apasionado rico en toqueteos, succiones y poses alucinantes. […] Las horas pasan y los amantes disfrutan olvidados de todo cuanto ocurre a su alrededor); y, por último, lo esotérico, la santería, la magia negra y la correspondiente aplicación de extraños exorcismos como el que El Brujo aplica a una muchacha de nombre Grisel (El encorvado anciano no cesa en prodigar abundantes succiones y copiosos lamidos por las enrojecidas partes íntimas de la hechizada, quien se retuerce acompasadamente; sin que se sepa a ciencia cierta si estas contorsiones se deben al influjo de los demonios o al eficaz desempeño oral del vetusto patriarca).

“Extraño huésped” es, pues, una novela con ricos y variados registros y matices que su autor, Agustín Roble, ha sabido crear para deleite del lector, pero es también, y como dice su prologuista, “paradigma de una verdad social que jamás podrá marginarse”.


Título: Extraño huésped
Autor: Agustín Roble Santos
Editorial: Alhulia, 2013 20 €


AGUSTÍN ROBLE SANTOS
(Cuba, 1959)

Es ingeniero agrónomo y doctor por la Universidad de Almería. “Extraño huésped” es su primera novela.

Sin levantar cabeza. Estación Sur

SIN LEVANTAR CABEZA

DIARIO ALMERIA (Viernes, 13/09/2013)

 
 No sé a que viene tanto revuelo por el préstamo del rey don Juan Carlos I a su hija Cristina y su esposo Urdangarín. Es normal que los padres ayuden a los hijos, y él, el rey de España, es también padre, padre preocupado como lo están el resto de los padres de España porque sus hijos tengan una vivienda digna donde habitar y criar así a sus hijos, que serán a su vez los nietos. Que don Juan Carlos haya prestado 1,2 millones de euros a su hija y a su yerno está dentro de la lógica más apabullante. ¿No hacen lo mismo el resto de los padres de esta España nuestra?

Don Juan Carlos solo quería que su hija no viviera en un pisillo de mala muerte, de 300 metros cuadrados, cuando ella había estado acostumbrada a vivir en palacio. Eso es todo. Es simple y llanamente la preocupación de un buen padre por ayudar a su hija a vivir dignamente, es decir, en una vivienda acorde con su realengo, el palacete de Pedralbes, como así se le conoce, valorado en unos 9 millones de euros. ¿Qué es eso, comparado con la inmensidad del océano? Peccata minuta. Don Juan Carlos, ante todo, es padre y, como padre, no puede abandonar a sus hijos, no puede permitir que vivan en un pisillo de 300 metros cuadrados, ¿dónde se alojaría él cuando fuese a visitar a los nietos?

La verdad es que no es para tanto. Bien pensado el rey ha hecho lo que cualquier padre hace con sus hijos: prestarle su apoyo y comprensión, y si ese apoyo y comprensión se llama 1,2 millones de euros, no tiene la mayor importancia.

¿Qué ocurrirá ahora, cuando su hija Cristina se vaya a vivir a Suiza (¿casualidad?) y el pisito le quede pequeño? Lo lógico será que su padre, el rey, vuelva a prestarle dinero, lo normal en cualquier familia de bien. Lo único que ya no cuadra tanto es que después de tanta tinta vertida sobre los tejemanejes de su marido, Urdangarín, lo verdaderamente escandaloso es que tengamos que pagar los españoles 400.000 euros por la seguridad de la infanta Cristina en tierras de bancos y fortunas ocultas. ¿Por qué no corren a cargo de la Caixa, entidad que contrata sus servicios, todos los gastos que genere la infanta?

Lo peor de todo esto es que, al final, siempre pagan los mismos, los de siempre, los ciudadanos de a pie, y entre tanto pillaje, venga de donde venga, sea de los banqueros, la realeza, los políticos, etc, etc, no vamos a levantar la cabeza nunca.

Libre de la tormenta. JAVIER SÁNCHEZ MENÉNDEZ

Toma el título este libro de Javier Sánchez Menéndez del Soneto VII de Garcilaso de la Vega, segundo cuarteto:


 


Javier Sánchez Menéndez . Libre de la tormenta
Tu templo y tus paredes he vestido

de mis mojadas ropas, y adornado,

como acontece a quien ha ya escapado

libre de la tormenta en que se vido.



¿Escribe, pues, Sánchez Menéndez desde el convencimiento de sentirse liberado, y ajeno, por distante, de la mediocridad que gobierna los actos del hombre en la actualidad, en un mundo cada vez más cerrado en sí mismo, para mostrarnos así, su universo, su único objetivo, cual es la asunción de la palabra poética como motor de cambio, de transformación? Que cada cual, después de la lectura, obtenga sus propias conclusiones. No cabe duda que, ya desde el título, su autor nos invita a adentrarnos en el mundo que él percibe, a conocer su particular concepción de la poesía, aunque en el proemio del libro nos lo confiesa:La poesía por encima de dios, del amor y de la propia vida, una forma de búsqueda de la pureza y de la esencia que llevan al único camino”.



Esta y no otra va a ser la tónica general de Libre de la tormenta, y en ella incidiremos en este comentario. Los textos que contiene Libre de la tormenta, y por lo tanto, los poemas (en prosa), vienen precedidos por un número, pero no ordenado o correlativo, produciendo así un caos, una anarquía numeral que viene a reproducir su creencia de que el el orden de la vida es impropio del orden de la creación. El caos nos organiza”.



El autor, así, tiene la necesidad de ser libre, de no atender a tópicos o imposiciones de ningún tipo, incluido la ordenación de sus textos en el libro. En su búsqueda por la esencia poética halla el matiz como elemento conformador de la verdadera autenticidad de la poesía (“Por más que existe la poesía acreditada y tenga acercamiento, si no es auténtica, es injusta e inútil). En Libre de la tormenta hallamos al Javier Sánchez Menéndez lector inagotable, pero también al poeta, al escritor, de ahí esa afirmación suya “Prefiero la lectura a la escritura” (pág. 96).



Para Sánchez Menéndez la palabra es la vida, y con ella, en extraordinaria comunión asciende hasta fundirse en una única voz: la literatura. Y por ello, nos dice en este libro: “De vez en cuando pienso que hay que pasar de tanta miseria que rodea la literatura. Pero no es que la literatura sea mezquina, son los autores los que la hacen así” (pág. 29).Como se puede apreciar su interés por el hecho literario es una constante en este libro, como lo es su preocupación por la crítica literaria, ese oscuro bosque donde habitan semidioses que escriben sobre lo ajeno, despreciando o alabando, según sea más o menos conocido el autor o la editorial: “En España no existe la crítica literaria. En primer lugar no es literaria y en segundo no es crítica”. Y ésta búsqueda o viaje Javier Sánchez nos habla también de sus gustos literarios, de sus lecturas, y lo hace desde la experiencia y la libertad en suma: “Sí, debo reconocerlo, prefiero a Platón antes que a Francisco Brines por ejemplo”, y muestra su admiración en unos casos, como el de Nicanor Parra: “El poema que leí anoche era de Nicanor Parra. Se titula “Cartas del poeta que duerme en una silla:



Me da sueño leer mis poesías

y sin embargo fueron escritas con sangre



(pág. 47), o en otros, su discrepancia, su crítica más atroz, como es el caso los Nocilla: “No existe la poesía en ellos. Nunca existió. Ni cuando eran cosmo o nocillas” (pág. 102).Pero por encima de todo, Sánchez Menéndez es poeta y la poesía el centro de la vida, su vida. Solo en ella (la poesía) se reconoce, y en ella vive, por y para siempre, hasta le extenuación: “El poeta nunca pela los versos, se los come a bocados si no los ve claros” (pág. 144). La vida sin poesía no existe, todo sin ella sería abismo, desvalimiento. La poesía como ente supremo, como dios al que adorar, aún a pesar de decir que “Escribir poesía es un juego de alto riesgo, un juego peligroso […] La poesía es el arte al que no debo jugar pero que no puedo dejar. Nada es lo que parece ser” (pág. 135), y tal vez no le falte la razón, por cuanto la poesía remueve las conciencias. Sánchez Menéndez no deja de indagar, de bucear en los fondos marinos de la memoria y el alma: “Busco en la poesía lo que roba la vida mientras sueño” (pág. 128). Para Javier Sánchez Menéndez la poesía es la vida y sus silencios.



Por ello nos dice: El poeta, el verdadero poeta está solo. Siempre. Busca la soledad, el silencio, la grandeza del espíritu” (pág. 96), para a continuación aseverar que: “Sin silencio no hay poesía”. No ya duda que Sánchez Menéndez, con Libre de la tormenta (tercera entrega de su proyecto Fábula, que contendrá 10 libros), nos lega un buen texto, tanto en el fondo como en la forma, estética y ética al unísono. En este libro hallamos al lector impenitente, al poeta, desnudo, sincero y crítico a la vez, contagiado hasta la médula de la poesía como rectora de vida, o lo que es lo mismo, de la palabra: ”Por encima de dios están los versos, pero muy por encima la palabra” (pág. 95).

Título: Libre de la tormenta    
Autor: Javier Sánchez Menéndez
Editorial: Isla de Siltolá, 2013               10 €


JAVIER SÁNCHEZ MENÉNDEZ
(Puerto Real, Cádiz, 1964)

 Es autor de los poemarios Motivos (1983), El violín mojado(1991), Introducción y detalles (1991), Última cordura(1993), La muerte oculta (1996), Una aproximación al desconcierto (2011), que aparecía tras quince años de silencio poético, Una aproximación al desconcierto (v.2.0) (2011) y de la plaquette Cartoons (2011). Una selección de su obra se reúne en Faltan palabras en el diccionario (Poemas escogidos 1983-2011) (2011). Es autor de varios ensayos y antologías. Sus poemas han sido traducidos al inglés y al italiano.

         Fábulaes su proyecto más ambicioso, un conjunto de diez libros sobre la grandeza de la poesía en la vida, de los que ha visto la luz La vida alrededor (2010) y Teoría de las inclinaciones (2012). Libre de tormenta es el tercer libro de Fábula.

Codicia e ignorancia. Estación Sur

         
RESULTA sorprendente comprobar que a mayor cúmulo de errores y mentiras del partido político en el gobierno de España, mayor resignación mostramos los españoles. Nadie mueve un dedo, como si nos hubiesen pegado con un potente adherente, y nuestros músculos y huesos no pudieran responder a estímulo alguno. Nuestros gobernantes, en las postrimerías de las vacaciones, vuelven a sus puestos como si aquí no hubiera pasada nada: como si las decisiones tomadas con anterioridad no afectaran a la sociedad, tampoco las que están por determinar, sin ningún tipo de escrúpulo ni vergüenza, contra sus conciudadanos. Nada les hará cambiar de estrategias políticas, continuarán con los recortes, asfixiarán cada día más a los ciudadanos con subidas de luz, agua, gas, etc.; abolirán la educación y la sanidad públicas, reiteraran sus mentiras ante la ciudadanía y los jueces, y culparán de todo lo que está pasando a los demás, que han vivido por encima de sus posibilidades, sin que se les caiga la cara de vergüenza por todos los sobresueldos cobrados, por la financiación ilegal de su partido, por la contabilidad B y por tantas y tantas otras cosas que no conocemos y, posiblemente, no lleguemos a conocer. 

Vivimos en un país arruinado en el corto tiempo de dos escasos años y nuestros gobernantes siguen propagando las excelencias de sus políticas. Con toda seguridad es este el peor momento vivido por los españoles desde que se aprobó la Constitución y se nos dotó de un régimen democrático para resolver nuestros problemas. Y ha sucedido todo lo contrario: todo lo conquistado socialmente en estos últimos treinta y cinco años, ha sido destruido de un solo golpe de mano en unos meses. La sociedad española, y por lo tanto, la voluntad del pueblo español ha sido secuestrada después de las últimas elecciones, al proceder los representantes elegidos por una mayoría absoluta contra los propios ciudadanos que los eligieron. La indecencia política es, pues, el resultado de esta lamentable situación en la que se encuentra España, y los poderes políticos sus únicos responsables, que son los que han sustraído al pueblo lo que es del pueblo.

Emilio Lledó, filósofo e intelectual español de reconocido prestigio nacional e internacional afirmaba en un entrevista reciente: El mundo está fatal por culpa de la codicia y la ignorancia, y habría que añadir que, de Rajoy y sus ministros, en el caso de España.
 
José Antonio  Santano |

Cisne esdrújulo o la poesía esencial de ANTONIO ENRIQUE

 

Confieso mi devota admiración por la poesía andaluza en general, y en particular por la que escriben algunos poetas, como es el caso del granadino Antonio Enrique.

Recientemente ha aparecido su poemario Cisne esdrújulo, editado por la Diputación de Granada, en su colección Genil de Literatura, que dirige el también poeta Antonio Carvajal. Los textos se ornamentan con unas excelentes ilustraciones del artista Miguel Rodríguez-Acosta, y están dedicados a la que fuera primera bailarina del London Festival Ballet, Trinidad Sevillano, en la actualidad apartada de los escenarios. Es la danza el eje sobre el cual gira este poemario. Cuarenta y un poemas y una coda constituyen el cuerpo de Cisne esdrújulo.

El poeta Antonio Enrique, a modo de proemio, nos invita a la lectura del libro con una cita de Li Tai Po: <>. Y eso es exactamente lo que ocurre cuando nos iniciamos en su lectura, que el vuelo nos eleva, en un solo batir de alas, a la cima de la POESÍA, con mayúscula: descriptiva y lírica a la vez, centrada argumentalmente en la danza, en ese << ser que enarca / el torso, / mientras gira los brazos>> y sobrevive a las tormentas desde el principio de los días. En ese ser que <>, y de la cual el poeta nos presenta como si se tratara de una oración, concluyente en el último verso de este primer poema.

El poeta ya no es él, sino otredad, ella, la belleza en sí misma, la danza, el arte que prodiga en su ejecución la bailarina (Te siento como si acabaran / de clavarme lanzas. / Es tu danza mi agonía […] Tú, por quien yo soy.), es la plástica del movimiento de los brazos y las piernas (Ahí / sus brazos / como Ícaro intentando volar. / Volar y volar / por un universo / donde fulguran planetas / bajo los pies.[…] De blanca, no sabe si desnuda / o envuelta en su tisú, / abre los brazos, / yergue la cabeza, alza la barbilla, / hace puntas con los pies.), la tensión del equilibrio (Nada la sostiene, cerrados / los párpados, / suspendida en el aire. / Nada como esas manos / que también bailan, se detienen / y al fin vuelan. […] El ritmo, los pies, / las manos la cadencia), el éxtasis (La vida es su pálpito / y el mundo el eje / de sus pies. / Vuelve a ser aire, con esos espamos. / Tierra, si cierra los ojos. / Agua inmóvil. / Fuego.[…] Eternidad, Trinidad. / Blanca claridad del ópalo. / Su fragilidad. / Cisne esdrújulo.) Todo en este poemario es latido intenso, y por ello el poeta describe, narra la historia de una bailarina (Yo conocí una vez a una bailarina / suave como la luz de noviembre, / gentil como una canción en medio del yerbazal.), convirtiéndose así en su cronista, en su espejo; su pasado (En una ciudad cualquiera. / Centroeuropa. / El teatro. / Frío. […] Baila, la bailarina baila / al son de una música de cisnes) y su presente, que es también el suyo, y vuelan asidos de las manos hasta alcanzar las nubes o la luna, amándose hasta la locura (Todo está en ese cuerpo al que me arrastra / el maremoto, todo me lleva a ti / y me aniquila.), alejándose así de la mediocridad de este mundo, (Y tú has llegado al infierno / para rescatar lo que de amor quedaba / en las garras de la codicia). Pero en esa búsqueda constante de la belleza, el poeta halla también el dolor de la soledad del otro, que se clava como un cuchillo (Siente frío y está sola, / camino de un hospital cualquiera: / sala de los desposeídos y quebrantados, / los sin nadie, los sin nombre.).

A pesar de todo es la magia del amor, ese encuentro de cuerpo y alma, la única verdad trascendida. El poeta siente el amor en el amor de todos los caballeros que la amaron (Las flores allí, / siempre al final de la sesión.) y ama desesperadamente (¿Por qué te siento tanto? Tengo tu voz como una espina / en la yema de la sangre.[…] Tú eres el verso infinito […] Y ella es el fulgor / de las torres y las cúpulas.). El poeta no puede sino confesarse, y se desnuda ante el lector con unos versos que bien podrían resumir esta historia: <>. Sin duda alguna Cisne esdrújulo no es un poemario cualquiera, sino el hallazgo de la esencialidad de la expresión poética; un poemario hondo y sentido, pura emoción. En él, el poeta llega a comprender <>, y por qué <>; es el dolor contrapuesto al placer de los grandes, expresado en la coda que cierra el poemario (El maestro de danza da / con el bastón / en las piernas de las bailarinas. […] Hay que complacer a los grandes / de este mundo, los ricos, los poderosos, / la realeza más infame.). He aquí, en toda su pureza, al humanista y al poeta Antonio Enrique, para quien <>.

 
  ANTONIO ENRIQUE (Granada, 1953) El presente hace el número diecinueve de sus libros de poesía, entre los que destacan El galeón atormentado, La Quibla, Beth Haim o el Reloj del infierno. En 1986 apareció su novela Armónica Montaña, a la que siguieron siete más, siento la última Rey Tiniebla (2012). Crítico en ejercicio, y académico de las Buenas Letras de Granada, es autor de los libros de ensayo Tratado de la Alambra hermética, Canon Heterodoxo y Erótica celestre, entre otros.

Antonio Enrique. Editorial Diputación de Granada 2013.
Col. Genil de Literatura. 10 euros

Inmorales. Estación Sur


ESTACIÓN SUR

EN los tiempos que corren no es fácil encontrar en la política a verdaderos servidores-defensores de lo público como pilar básico de una sociedad civilizada y progresista, preocupada por la buena administración del común, que no otra cosa es "la política", y en consecuencia la democracia, como sistema garante de libertades y derechos de los ciudadanos. Sin embargo, todo huele a corrupción, a chanchullos políticos para acrecentar las fortunas personales, máxima del poder establecido en este país desde que se votara la Carta Magna, que nos dotó de un sistema político basado en la monarquía parlamentaria, es decir, de una democracia, en la que los representantes elegidos no serían sino la expresión de la soberanía popular. Sin embargo, el ciudadano, hoy por hoy, tiene la sensación -constatación diría- de haber sido engañado durante todos estos años, más de treinta y cinco ya.

La mentira se ha convertido en el arma preferida de la clase política, compuesta por personajes ñoños e ignorantes, y donde la indecencia y la ineptitud campa a sus anchas por todo el territorio español. No hay un municipio que se salve de tanta barbarie, por muy pequeño que sea. La corrupción se ha instalado en la sociedad española y parece que no importa que se perpetúe en ella después de tantos y escandalosos casos, sobre todo aquellos que afectan a los tres poderes fundamentales del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial).

En cualquier país de nuestro entorno (Europa) casos menos graves han producido la dimisión inmediata del político de turno, pero aquí en esta nuestra España, la de todos y cada uno de los ciudadanos que viven en su territorio, no pasa nada, y si me apuran, todo lo contrario, casi se justifica que ocurran estas cosas, que se viva en perfecto ayuntamiento y connivencia con tan funestas prácticas delictivas. Es inaceptable que en pleno siglo XXI nuestros gobernantes sean noticia un día sí y otro también por repugnantes casos de corrupción: evasión de capitales, cobro de comisiones y sobresueldos, malversación de caudales públicos, financiación ilegal de partidos, etc., etc., y aquí no pase absolutamente nada.

Es inaceptable, digo, resistir en tan indigna situación, los ciudadanos somos quienes representamos la soberanía popular (el voto no es un cheque en blanco); inaceptable -reitero-, que estemos gobernados por una panda de miserables, vagos e inmorales.

INMORALES

José Antonio Santano | Actualizado 16.08.2013 - 01:00
EL DIARIO DE ALMERÍA.


Cuerpo lento del tiempo. Salón de lectura.

SALÓN DE LECTURA.- Diario de Almería. Hoy
Antonio Carvajal : "Cuerpo lento del tiempo"







Antonio Carvajal, (Albolote, 1943)
Con el título que encabeza esta reseña damos a conocer, gracias a la gentileza de Librería Nobel, el trabajo realizado por Concepción Argente del Castillo Ocaña que ha sido la artífice de esta selección de poemas e introducción a la poesía del último Premio Nacional, Antonio Carvajal, por su libro Un girasol flotante, que hay que decir, en honor a la verdad, que antes de ser galardonada con el Nacional de Poesía, fue Premio Andalucía de la Crítica 2012, lo que viene a corroborar el acierto y la excelencia del jurado de poesía andaluz.

No cabe duda que, en el panorama de la poesía española contemporánea Antonio Carvajal es un nombre a destacar. Son muchos los críticos literarios (Pedro J. de la Peña, Sanz Villanueva, García Martín, Fernando Ortiz, José Manuel Ruiz, Morales Lomas, Antonio Chicharro que se han acercado a su obra (ahora lo hace la profesora Concepción Argente) y que todos han subrayado aspectos diferentes, incluso se ha intentado enmarcar a Carvajal en alguna corriente o movimiento poético (novísimos). No obstante, lo relevante es su obra en sí después de una sólida trayectoria como poeta.

Antes de la presente antología a cargo de la profesora Concepción Argente, otras fueron publicadas: El corazón y el lúgano, Una perdida estrella y El condestable del cielo, todas ellas autoría del profesor Antonio Chicharro y que pretenden mostrar la obra del poeta granadino a partir de una selección de poemas. Este es también el caso de Concepción Argente, que nos invita en la "búsqueda del sentido y el símbolo" en la poesía de Carvajal, para lo cual selecciona ciento cincuenta y tres poemas de los diecinueve libros que el mismo autor le proporciona. Nos acerca al poeta y al profesor con unas pinceladas biobibliográficas, para seguidamente adentrarse en esa "búsqueda del sentido" mostrada a través de una cita del ilustre filósofo Emilio Lledó: 'Alma, olvido, silencio, memoria, mirada, armonizan el gozo de los poemas y su verdad. Es posible que el imperio de la auténtica poesía se entreteja en el juego de esos términos […] Conmover un aterido corazón, levantar esperanzas, es una manera esencial de vivir'.

Justifica el título de la antología: Cuerpo lento del tiempo (verso contenido en el poema Primer acorde, perteneciente a uno de los libros esenciales del poeta: Testimonio de invierno), y lo toma como guía de su lectura en la búsqueda de ese sentido y símbolo de la poesía de Carvajal. "El cuerpo -nos dice la profesora Concepción Argente- es uno de los símbolos que funcionan como eje del sistema de Ariadna para conducirnos a través del laberinto de su obra […] El cuerpo es el cauce a través del cual el poeta se percibe como sujeto en relación con lo otro y los otros, que son lo percibido por los sentidos". Básicamente, esta simbología se halla en el poemario Alma región luciente. Pero también nos muestra Argente otras variantes respecto al cuerpo, tales son la filiación -raíces del cuerpo- en dos planos (privada y social): poemas a sus progenitores; la amistad, y, por último, el amor.

La profesora Argente concluye su análisis o estudio de la poesía del granadino Carvajal con algunas observaciones coincidentes con la crítica y que se han venido reivindicando: 'la perfección técnica, tradicional y experimental, la construcción de textos intertextuales, la variedad de registros, son instrumentos demandados desde la lógica poética que es la que gobierna su producción. Para Carvajal la vida y la poesía van juntas, crear belleza no es crear objetos vacíos, es crear espejos de verdad…'.

Es este, pues, un acertado trabajo de la profesora Concepción Argente que nos invita a la lectura de esta antología, conformada por una también acertada selección de poemas de temática variada, pero donde el 'cuerpo', como símbolo, es el hilo conductor que nos revela la indiscutible maestría poética de Antonio Carvajal, descubriéndonos así no solo al poeta sino también al humanista que vive y siente y se reconoce en el otro, y desea ser compartiendo (No saben. No conocen / el corazón del hombre, / pero cómo condenan / la verdad, la alegría y la belleza), y por ello no olvida a los amigos, a los otros poetas. Carvajal es un poeta puro, perfeccionista, innovador desde la más culta tradición lírica española, donde forma y fondo se funden en un mismo ser, en un mismo cuerpo, que no es sino la poesía en sí, la única verdad posible: 'Porque antes que poeta, y antes que profesor / de vanidades, soy un varón de dolor, / un triste peregrino que busca su alegría. / Tal vez cordial o vano, tal vez il miglior fabro; / pero pocos entienden que en mis palabras labro / esa fosa con flores que llamamos poesía'.

antonio carvajal

(Albolote, 1943). Su primer libro de poemas publicado, Tigres en el jardín (1968), supuso la irrupción en la escena literaria de un nuevo escritor que pronto sería considerado como un clásico. A este libro siguieron otros: Serenata y navaja (1973), Casi una fantasía (1975), Del viento en los jazmines (1984), De un capricho celeste (1988), Testimonio de invierno (1990), Miradas sobre el agua (1993), Alma región luciente (1997) y Un girasol flotante (2011), galardonado en el año 2012, primero con el Premio de la Crítica de Andalucía y luego con el Premio Nacional de Poesía).

Ántonio Carvajal. Selección de poemas e introducción Concepción Argente del Castillo Ocaña. Editorial Point de Lunettes. 352 pags. 18 euros.

En el año 2010, junto a Juan Carlos Friebe y Francisco Acuyo, Editorial Alea Blanca
ISBN 978-84-92710-19-5, Depósito Legal GR: 2146-2010, portada de Ángel Lupiañez, publicaron una pequeña antología con el título "Poetas en Abril"

Malola.Estación Sur

ESTACIÓN SUR. Diario de Almería.



DICE el poeta Antonio Colinas, en el prólogo al recién publicado "Idilios" (libro inédito), de Juan Ramón Jiménez: "La palabra en los límites del ser y de ser. No otra cosa es la mejor poesía". Ciertamente, la palabra en su propio límite que es, por otra parte, ilimitado, ha de imbricarse en el ser, y además, ha de ser, para poder llevar a cabo esa sensación de vértigo, de alteración interior, de conmoción, de éxtasis. La palabra que trasciende la realidad convirtiendo a ésta en algo mágico y misterioso, encumbrada por el ingenio y la emoción del poeta. Pues bien, algo de esto ocurrió hace unos días, al leer un poemario antiguo (1976) pero reeditado ahora por el Instituto de Estudios Almerienses (IEA), "Malola", del poeta murciano afincado en Almería, Domingo Nicolás.

"Malola" es un bello y extenso poema a camino entre el verso libre y la prosa poética, como dijo en su día el también poeta Juan José Ceba, y yo diría más, es un poema que nace del dolor y trasciende el dolor convirtiéndose así, en esencia, llama de amor: Malola. Desde el preciso instante de su pérdida, el poeta se abisma, se metamorfea en otro ser que es el mismo ser ausente (Malola) y su figura es un jardín de rosas y estanques con nenúfares, la voz del viento hacia levante, una vuelta a los orígenes de la vida y la muerte: "Sin vida y aún cálido tu cuerpo, es acunado entre mis brazos y mi pecho. Ardiente todavía y dormida para siempre".

Malola es la elegía en sí, el canto que nunca acaba, el sueño que se repite cada noche cuando la luna otea la tierra desde su altura de siglos, y el poeta solo el compañero de viaje, el que asiste, conforta y reconforta la espera en el reencuentro: "Malola, he grabado con sudor y amor tu nombre sobre el más alto granito; y lo besas las estrellas y el viento. He grabado tu nombre con sudor y amor sobre el más profundo acantilado; y lo besa el mar". Malola es esa sinfonía que nunca acaba, que vuelve siempre para otoño y primavera, que se hace luz en las umbrías y recorre los caminos por donde el poeta, errante y solitario, bebe los silencios de la vida. Y así será siempre. Domingo Nicolás es Malola, y viceversa, ambos son la misma mar y el mismo cielo, los silencios que habitan en los días de lluvia y los ecos que anuncian el devenir del tiempo:
Colaboración con DIARIO DE ALMERÍA. ESTACIÓN SUR

Las frutas de la luna. Salón de lectura.

Ángel Olgoso, (Cúllar Vega, 1961) Es autor de varios libros de relatos, entre los que destacan Los demonios del lugar (2007) y Astrolabio (2007).           

Desde el mismo título ya se adivina el dominio de la metáfora, la condición de fabulador neto de  Ángel Olgoso, el autor de los relatos contenidos en este libro.

 Publicado en la columna Salón de Lectura de Diario de Almería 28/07/2013.

El mal gobierno de España. Estación Sur

Estación Sur

 SORPRENDE comprobar la rabiosa actualidad de la poesía de Jaime Gil de Biedma. Uno de sus poemas, concretamente una extraordinaria sextina provenzal (composición de treinta y nueve endecasílabos de seis estrofas y una contera final con tres versos), nos redescubre la realidad en la que vivimos los españoles hoy, año 2013, pleno siglo XXI. Gil de Biedma se adelanta así al futuro de lo que es ya presente, y se pregunta:

        ¿Y qué decir de nuestra madre España, / este país de todos los demonios / en donde el mal gobierno, la pobreza / […].

El poeta no solo intuye, conoce y reconoce en las formas la propia realidad política y social de España. Sabe discernir entre deseo y realidad, hasta el punto de ser hoy, su poesía, y esta sextina de una rabiosa actualidad, como ya se ha dicho. Su mirada es tal que, llega a decir que de 

            "Todas las historias de la Historia / sin duda la más triste es la de España",

y no hay más que otear a nuestro alrededor para comprender y hacer nuestra esa tristeza de la que habla Gil de Biedma: corrupción política que salpica y mancha de lleno hasta el propio gobierno de España.

Pero quizá, y aún siendo triste esta circunstancia, lo es más pensar que no hay nada que hacer, que la justicia no actúa porque no es independiente y que el paso del tiempo ocultará la verdad hasta hacerla desaparecer definitivamente sin que nadie sea condenado y pague sus culpas. Biedma escribe:

      Nuestra famosa inmemorial pobreza, / cuyo origen se pierde en las historias / que dicen que no es culpa del gobierno / sino terrible maldición de España, / triste precio pagado a los demonios / con hambre y con trabajo de sus hombres.


¿Hasta cuándo esta pobreza de siglos, que no es solo material, sino sobre todo cultural? ¿Hasta cuándo esta oscuridad? El poeta se pregunta y responde, asciende hasta el espacio sideral o desciende hasta las entrañas de la tierra para comprender, para sentirse unido al hombre en el mismo destino, y escribe hasta la extenuación: Porque quiero creer que no hay demonios.

 / Son hombres los que pagan al gobierno, / los empresarios de la falsa historia, / son hombres quienes han vendido al hombre, Los que le han convertido a la pobreza / y secuestrado la salud de España.

 Y al fin, el hombre y el poeta, al unísono, exigen la restitución de la dignidad perdida. Certero dardo esta sextina de Jaime Gil de Biedma al hoy mal gobierno de España.

La tumba del arco iris. ALEJANDRO LÓPEZ ANDRADA



Reseña del poemario 
 "La tumba del arco iris",

publicada hoy en el

Diario de Almería.

 El poeta cordobés
 Alejandro López Andrada
 es su autor. Libro muy recomendable en su nueva edición al cuidado del editor Máximo Higuera (Trifaldi).


 
 
 
No es habitual, en este tiempo de culto a la inmoralidad de todo tipo,  incluido el aspecto literario, hallar en el camino honestidad, decencia y esencia poética. No son estos conceptos que nazcan al albur, no. Esto se aprende desde la cuna, en los orígenes de la vida. Tomo prestadas las sabias palabras del poeta Antonio Enrique para reafirmarme en lo dicho:

"Un poeta es quien interpreta en la Naturaleza los signos del porvenir... El poeta lee en la Naturaleza y nos lo trasmite en tanto que nosotros, los seres humanos, formamos parte integral de ella."

Cercano DOMENE. Estación Sur

ESTACIÓN SUR:             CERCANO DOMENE


SUCEDE con frecuencia, casi no le prestamos atención pero ocurre.  Vivimos contemplándonos, ensimismados en nuestro propio ombligo y no vemos más allá de nuestras narices. 
Es tal el narcisismo que a duras penas comprendemos que existen otras cosas, otros lugares u otros hombres y mujeres dedicados en cuerpo y alma al conocimiento y su divulgación, personas mantenedoras de una solidaridad sin límites. Nos dice el escritor granadino Ángel Olgoso en el último de los relatos que componen el libro "Las frutas de la luna": "Siempre nos sentimos más atraídos por la brumosa lejanía y por lo desconocido que por aquello que yace ante la vista". Y algo de esto ocurre con el escritor, ensayista y crítico literario Pedro M. Domene, que la cercanía de su persona y su obra es tal que ignoramos, desafortunadamente, a uno y otra. Domene, lector infatigable, desde su tierra madre nos lega, lo mejor de sí mismo, como el que encerrado entre cuatro paredes dedica su vida a los libros, verdadero y singular amanuense; creador y docente, ensayista y crítico vuela por el espacio fúlgido de la literatura dándonos a conocer una ingente cantidad de textos. Huércal Overa es ese pueblo silencioso y frontera, pero su patria es otra más grande y universal, la de la literatura de todos los tiempos y tendencias, la única literatura posible, y de su generosidad aprendemos cada día, de su magisterio indiscutible. A esa actitud generosa dedico hoy estas líneas. Hace unos días recibía uno de sus breves pero jugosos ensayos: "Disidencias. (en la Literatura Española del siglo XX)". Extraordinario estudio sobre el olvido al que se han visto sometidos muchos de nuestros escritores, "Disidencias: antología del olvido", podría titularse sin temor a engaño. Con unas palabras preliminares del desaparecido Medardo Fraile, Domene nos acerca a una nómina de autores desgraciadamente ignorados, pero que conformaron, independientemente de ideologías, lo mejor de nuestra literatura respecto al siglo XX (Lanza, Sawa, Colombine, Villaespesa, Díez Canedo, Gutiérrez Solana, Jarnés, Bergamín, Barea, Dieste, Salazar Chapela, Ros, Ayala, Rodoreda y Ridruejo). Así y no de otra forma se escribe la historia. Tal vez para algunos esta actitud generosa no tenga la menor importancia. Lamento llevarles la contraria, pero son estas aportaciones al conocimiento lo que nos hace libres de verdad, y Pedro M. Domene es sabedor de ello, como humanista que es.



El trapero del tiempo. GARCÍA MALDONADO



El trapero del tiempo

Esta ambiciosa y compleja novela recorre casi por completo el siglo XX 


Con una acertada cita de William Faulkner acerca de la muerte, García Maldonado, autor de la novela El trapero del tiempo nos invita a su lectura. En primer lugar hay que decir que es su primera novela, y acto seguido que, para ser su primera experiencia como narrador, es justo indicar que este joven autor cuenta con adecuadas capacidades, teniendo en cuenta que este género literario reviste una considerable complejidad. En este sentido cabe destacar su estructura que, compuesta por treinta y tres capítulos y un epílogo, desarrolla una trama que narra, básicamente, la historia de tres de los personajes protagonistas: Gregorio Adames y Alberto Kummer.

Es esta una novela ambiciosa que recorre casi el siglo XX, de ahí su complejidad. García Maldonado emprende la difícil tarea de contar en una novela toda una serie de avatares y hechos históricos que se suceden en ese convulso siglo: desde la Guerra Civil española, la consiguiente dictadura de Franco, el nazismo y el deterioro del comunismo en Francia con la llegada del socialista Miterrand, y, entrecruzadas historias de masones y de corrupción urbanística. Estos son los ingredientes con los que García Maldonado adereza la narración de El trapero del tiempo. Pero tal vez lo más importante que hallamos en esta narración es la construcción de una trama y cómo los personajes se desenvuelven en la misma, para lo que, previo análisis de estos personajes, nos presenta la historia de cada uno de ellos, con el acierto de cruzarlas en el desarrollo de la misma. Una sólida historia y unos sólidos personajes hacen de El trapero del tiempo una novela -primera novela de Rafael García Maldonado) recomendable, de fácil lectura, que nos aporta, con esa mezcla de ficción y realidad, más conocimiento sobre las conductas humanas, y, sobre todo, razones para mantener viva la llama de la literatura.

El principal protagonista de la novela, Gregorio Adames nos descubrirá la ciencia de la Malacología, y algo más, el significado de la amistad, concretada en Antoine Dupont, y conseguiremos descubrir su secreto, su verdadera identidad, que no descubro por razones evidentes. Alberto Kummer es el otro joven sobre el que cae el peso de esa intrahistoria colmada de asesinatos, violaciones y corrupción, que representó el nazismo alemán, y con él esa odiosa y temida organización denominada Gestapo. Entre uno y otro protagonistas se entrecruzarán otras historias: las del médico José Quiles y su hijo Roberto, las del ministro Gascón y otros prebostes de la dictadura franquista, las del socialista Antoine Dupont, todas ellas contadas a través de fenómenos anacrónicos de analepsis (salto hacia atrás discursivo) y prolepsis (hacia adelante), que no interfieren en la comprensión de la narración. Otro de los recursos utilizados y bien construidos son los frecuentes diálogos, pero también hallamos en la novela algunos defectos, tales como sucesivas repeticiones de expresiones tópicas o solecismos (silencio sepulcral), gramaticales como la falta de comas, reiteradas ausencias de tildes acentuales o la abusiva frecuencia de errores tipográficos en la edición del texto que distraen al lector en muchas ocasiones. No hay duda que para ser una primera novela son más los aciertos que nos errores, porque la construcción de la misma y su posterior desarrollo narrativo (en tercera persona) auguran la presencia de un futuro e interesante novelista en la persona de Rafael García Maldonado.

García Maldonado ha sabido conjuntar en El trapero del tiempo trama, personajes, intriga y desenlace (a manera de epílogo) con una historia creíble y bien estructurada, donde convergen a la vez otras vidas con sus propias historias. En definitiva, una novela para leer sin prisas, emotiva. Quedamos, pues, emplazados para una próxima entrega de este joven escritor gaditano.


Rafael García Maldonado (1981) es farmacéutico comunitario en el pueblo donde nació, Coín. Allí reparte el tiempo, como su admirado Gregorio Marañón, entre la ciencia y la literatura. Ha colaborado con diversos medios, como los diarios SUR y La Opinión de Málaga. El trapero del tiempo es su primera novela.

Rafael García Maldonado. Editorial Almuzara, 2013

Acera-Bici en Aguadulce. Estación Sur

Estación Sur:  ACERA-BICI EN AGUADULCE

Acera-Bici en AguadulceVivimos un tiempo extraño. Los comportamientos son cada vez menos lógicos, y, la sociedad democrática brilla por su ausencia. La dictadura del más fuerte sobre el más débil va tomando cuerpo hasta límites insospechados. No hay respuesta a los conflictos y los gobernantes viven en una inmensa burbuja, ajenos a sus conciudadanos.

El Ángel de la Danza.




 

El ángel de la danza

LA poesía es danza, y viceversa. En ambas se halla la esencia de la vida, el aterciopelado vuelo de los sueños. En ellas concurren la cara y la cruz de las más extraordinarias pasiones, la luz del universo y los silencios del abismo. La poesía es belleza, al igual que la danza. Y a veces, en muy raras ocasiones, se citan como dos enamorados, y en el jardín donde habitan las palabras se acarician y se aman, ajenos al resto del mundo. Esto y no otra cosa hallamos en el poemario Cisne esdrújulo, del poeta granadino Antonio Enrique. 

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